Todo sobre la vitamina K y cómo beneficia a la salud

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Presente en hortalizas de hojas verdes, fundamentalmente, la vitamina K posee ciertas propiedades que favorecen, y mucho, el bienestar de las personas.

Nutriente indispensable para el correcto funcionamiento del organismo, así como para conseguir una salud interna del cuerpo mucho más estable, la vitamina K se encuentra dispersa en muchos alimentos; lo que es una suerte, por cierto, ya que el cuerpo requiere de una dosis diaria de su sustancia, y eso solo se logra ingiriendo ciertas fuentes alimenticias. Y en este artículo le explicamos cuáles son y en qué medida lo hacen.

¿Qué es la vitamina K?

Llamada por los expertos como filoquinona o K1, o Menaquinona o K2, o Menadiona o K3, hablamos de una vitamina que juega un papel fundamental en el organismo, tanto en la coagulación sanguínea como en la salud de los huesos, hasta el punto de que también la llaman la vitamina de la coagulación, ya que sin ella la sangre ni siquiera coagularía.

Pero el papel de este vitamínico va más allá, incluso, ya que son muchos los estudios que sugieren que la vitamina K también ayuda a que los adultos mayores mantengan los huesos fuertes; y es que tenerla en su justa medida por el torrente sanguíneo ayuda a evitar que la masa ósea de los huesos se destruya más rápidamente.

Tal es el caso de algunos estudios presentados por el Instituto de Salud Pública de Estados Unidos, cuyos datos concluyen que quienes consumen alimentos ricos en vitamina K tienen huesos más fuertes y, por tanto, afrontan menos probabilidades de acabar rompiéndose la cadera; algo que no ocurre con las personas cuyas dietas andan muy escasa en esta vitamina.

Liposoluble y con tendencia a almacenarse en diversos tejidos corporales, desde el hígado y el cerebro, hasta el páncreas, el corazón y los huesos, la vitamina K tiene muchos nutrientes que aportar, siendo fundamental mantener unos correctos niveles de este catalizador por excelencia de alguno de los procesos fisiológicos más indispensables del cuerpo.

Y al igual que ocurre con la vitamina D, el organismo es incapaz de sintetizar vitamina K por sí solo, debiendo obtenerla necesariamente a partir de factores externos; es decir, a través del consumo directo de alimentos, mediante suplementos vitamínicos ofrecidos en farmacias, o incluso a través de la fermentación que las bacterias realizan en el intestino, justo en el tracto gastrointestinal inferior.

A falta de más trabajos que investiguen y determinen el tipo de relación que existe entre las fracturas de huesos, en función de las edades y los niveles bajos de esta sustancia en el organismo, se puede afirmar que existe, no obstante, cierto riesgo de déficit de vitamina K; algo que ocurre sobre todo cuando los problemas de coagulación hacen acto de presencia; lo que se hace extensible a la osteoporosis, por cierto, la cual afecta mayoritariamente a las mujeres inmersas en la menopausia.

Entonces, ¿cuáles son los alimentos que más vitamina K tienen?

¿Sabía que en muchos hospitales de EEUU se suele administrar vacunas de vitamina K a los recién nacidos? O así lo recogen en la institución médica antes citada, poniendo de manifiesto la gran importancia de este vitamínico para la salud de las personas.

Sin embargo, y a fin de incorporarlos siempre al menú semanal, cabe aclarar, en este punto, que entre los productos comestibles que más vitamina K contienen destacan las verduras y las hortalizas de hoja verde. Más exactamente la col y la col rizada, las coles de Bruselas y la coliflor, la lechuga romana y la lechuga de hoja verde, las espinacas y las acelgas, el brócoli y el repoyo, el perejil y las hojas de mostaza.

Una lista a la que también se suman los lácteos fermentados como el queso o los yogures, las frutas de la talla de los higos y los arándanos azules, los aceites de oliva y soja, y los productos de origen animal como las carnes magras. Asimismo, se dice que tanto el hígado como el pescado también contienen vitamina K, si bien en cantidades más pequeñas, al igual que los cereales, los huevos, el aceite de girasol y la carne de res.

Según consenso de especialistas, tomar 60 miligramos de esta sustancia al día garantiza una nutrición suficiente para los niños de 9 a 13 años; una cantidad que asciende a 75 mg al día en el caso de los adolescentes de 14 a 18 años, subiendo un poco la dosis para mujeres de 19 años en adelante (90 mg) y con los hombres de esa misma franja de edad (129 mg por día).

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