De España a Estonia pasando por Suiza. Si algo rebosa Europa es orgullo por su legado e historia, y asomarse a estas ciudades medievales es entender por qué.

El sobrenombre de Europa como Viejo Continente es de todos conocido; y al visitar estas ciudades medievales se consigue captar el porqué. Y es que sus cascos históricos no solo conservan huellas monumentales y edificios con encanto, sino que también dan testimonio de una ingente heredad muy bien conservada. Amén, cómo no, de que hacen alarde de eras legendarias, de joyas esculpidas en patrimonio y pasado, de epopeyas ganadas al hito y a la cultura.

Y como máximo ejemplo de este estandarte se yerguen estas villas antiguas, ya que recorrerlas es evocar el espíritu gótico de cientos de generaciones atrás, vivir la experiencia de un viaje en el tiempo que aterrice en una época tantas veces recreada como la Edad Media.

Entonces ¿cuáles son las ciudades medievales mejor conservadas de Europa?

Para visitar la primera de ellas no hace falta ir muy lejos; al menos, si uno ya vive en la península Ibérica. Hablamos de Ávila, en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, justo en el centro de España y declarada por la Unesco Ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Y es que sus palacios y monumentos conjugan la historia y el arte de su pasado medieval, igual que lo hacen sus templos y conventos; empezando por la mismísima muralla, catalogada como la mejor conservada de todo el mundo.

Un lienzo de cercado que lleva siglos en pie, y que cuenta con nueve puertas, 87 torreones, 2.516 metros de perímetro, y unos muros colindantes que rondan los 3 metros de grosor y los 12 metros de altura.

Del sur al norte. La siguiente parada en esta ruta por las ciudades medievales más sorprendentes de toda Europa es Berna, la capital de Suiza. El magnífico estado de conservación de su casco antiguo le ha dado fama y admiración. Aunque al éxito cosechado en el campo del turismo también ha contribuido la fachada de su Ayuntamiento, la casa de Albert Einstein, y el reloj astronómico de la torre del Reloj, localizada en el casco antiguo y terminada en el siglo XIII.

Otra de las ciudades medievales de Europa que merece mucho la pena visitar es Brujas, en Bélgica, rabiosamente aplaudida por contarse entre las mejores conservadas en esta clasificación medieval. Y bastará dar un paseo a pie por su centro histórico para darse cuenta de ello enseguida. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Brujas tiene muchas referencias arquitectónicas por admirar, empezando por la iglesia gótica de Nuestra Señora, continuando por el campanario de Belford, y ratificándolo bajo la sombra de la Catedral del Salvador.

No menos sorprendente es Carcasona, en Francia, también Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, y una de las ciudades europeas que más millones de visitas recibe al año.

En su ciudadela, de mayor antigüedad, por cierto, se acogen hitos monumentales tan únicos e interesantes como el Castillo y la Basílica de Saint-Nazaire, cuyas estructuras lanzan un bello canto de sirena al turismo.

Pasear por las calles de este casco antiguo es darse de bruces con la Edad Media. Y asomarse a su llamada ‘Ciudad Nueva’, ubicada más allá de la Bastida de San Luis y al otro lado del puente, es descubrir otras joyas edificadas como la Puerta de los Jacobinos y la plaza Carnot, dos de sus lugares más interesantes.

Sinónimo de leyenda y fantasmas, la capital escocesa de Edimburgo ha hecho de las dos partes que fragmentan su estructura la cara A y B de su alma, lo que le ha permitido coronarse como una de las ciudades medievales más visitadas de todo el Viejo Continente.

A un lado tiene la Royal Mile como su calle principal, y en torno a la cual se cimbrea la cara medieval; una calzada que ayuda a salvar las distancias entre el castillo y la residencia oficial de la familia real británica en Escocia, el palacio de Holyrood. Y al otro lado se ubica la ciudad nueva, justo más allá de los jardines de Princess Street.

A caballo entre Baviera e Italia

Baviera, por su parte, guarda entre sus urbes otra joya de las edificaciones más históricas de la región europea, y esa se llama Rothenburg, es decir, ‘fortaleza roja’ sobre el Tauber.

Un nombre que claramente hace alusión a la posición de la ciudad, sobre el mismísimo río, y al hecho de que los techos de la urbe son rojos, tradicionalmente. Rothenburg se ha convertido en una atracción turística de fama mundial, y todo gracias a su centro medieval, por un lado, y a las huellas que conserva de su época como Ciudad Imperial Libre, por otra parte, condición que mantuvo hasta 1803.

La sombra de las ciudades medievales de Europa que más dejan sin aliento se extiende hasta Siena (Italia), una urbe que ha conseguido mantener inalterado su aspecto original… o casi, desde que en el siglo XIII empezó a sembrar su propia riqueza y a escribir su propia historia, trazada entre un maravilloso patrimonio histórico y un legado arquitectónico de lo más excepcional.

Situada entre colinas toscanas, esta metrópoli parece haberse detenido en el tiempo, siglos atrás, viendo pasar las eras, pero sin saltar a su carro cambiante. Algo que se puede comprobar nada más poner los pies en su plaza principal, la llamada plaza del Campo, con ese Palio que la preside y le da fama, y que despliega a izquierda y derecha el amplio abanico de bares y restaurantes en los que degustar la gastronomía del lugar.

Con Tallin (Estonia) ponemos punto y aparte a esta lista de ciudades medievales más bonitas de Europa; y es un punto y aparte porque para gustos los colores, para reivindicaciones de encanto las cientos de rutas que hacen mapa en otras urbes europeas, y para más opciones entre las que elegir las muchas docenas que aún esconde el continente; por ahora, nos volveremos a centrar en la capital de Estonia.

También llamada Vanalinn y nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, galardón que también lucen la mayoría de las otras ciudades medievales arriba mencionadas, por cierto, la vieja urbe de Tallin está conformada por una buena cantidad de calles y plazas rodeadas de una monumental muralla, y eso que muchas de ellas son peatonales.

¿Sus mejores reliquias? La plaza del Ayuntamiento, quizá, con su precioso estilo gótico; o tal vez la fachada de la farmacia, reconocida como la más antigua de todo el continente. O puede que sea… bueno, opciones para elegir hay muchas, aunque el turno de completar la lista llega ahora, según cada gusto, persona y turista. ¡Anímese!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí