El Centro Español sobre trastorno del espectro del autismo ha alertado de la conferencia ‘El autismo es recuperable con MMS y otros protocolos’, organizada para el pasado 9 de septiembre en Lleida por Josep Pàmies, y ha advertido de que es “un acto que atenta contra los derechos del colectivo y que puede poner en grave riesgo su salud“. La organización también ha puesto los hechos en conocimiento de los organismos e instituciones competentes para que inicien las acciones oportunas y evitar su celebración: el Ministerio de Sanidad; la Organización Médica Colegial; la Oficina de Atención a la Discapacidad (OADIS), dependiente del Consejo Nacional de Discapacidad; el Defensor del Pueblo, y la Fiscalía General del Estado, para que pueda intervenir si lo considera necesario.
LA CONFERENCIA FINALMENTE NO SE CELEBRÓ
Pàmies ha sido ya sancionado en varias ocasiones por promover el uso del MMS para «curar el autismo». Las asociaciones de Autismo de España recuerdan que el “autismo no es una enfermedad y, por lo tanto, no tiene cura. Es un conjunto de condiciones que afectan al neurodesarrollo y acompañan a la persona que lo presenta durante toda la vida, influyendo principalmente en la comunicación y la interacción con los demás y en la forma en la que piensa y se comporta”.
Este es el caso del MMS o clorito de sodio, compuesto que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) retiró del mercado en 2010, señalando que este «producto, cuando se consume siguiendo las instrucciones dadas por sus defensores, produce efectos adversos que pueden ser graves”.
“El clorito de sodio, en solución acuosa y cuando se administra en las condiciones indicadas,se transforma en ácido cloroso que se degrada a dióxido de cloro. Todas estas sustancias tienen una acción oxidante fuerte, y su consumo directo en esas condiciones puede producir dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, intoxicaciones, fallo renal y metahemoglobinemia“, explica el escrito.
Estas pseudoterapias o pseudotramientos, ajenas a la evidencia científica, se valen de la desesperación y vulnerabilidad de las familias y les prometen que gracias a estos supuestos compuestos milagrosos sus hijos se curarán.
Si las sustancias que recomiendan fueran inocuas, para las familias resultarían en una mera decepción o frustración, pero el problema va mucho más allá.
Estos tratamientos que prometen curar el autismo son sustancias extremadamente peligrosas que pueden comprometer seriamente la salud de las personas que las tomen.