La Confederación ASPACE pide regular la asistencia sexual a personas con discapacidad como forma de apoyo y sin que incluya las relaciones directas, lo que sería «caer en la explotación», «fundamentalmente del cuerpo de la mujer».
Telmo Irureta al recoger el Goya a Mejor actor revelación en la gala de la 37 edición de los premios por su papel en ‘La consagración de la primavera’, abordó precisamente la sexualidad de una persona con discapacidad a través de una improvisada asistente, una universitaria.
«Las personas con discapacidad también existimos y también follamos», clamó el intérprete, que tiene parálisis cerebral, en un discurso que Blanco considera que denuncia la «visión capacitista» que «deja de lado el derecho a la intimidad» de estas personas. «La sociedad sigue imaginando a las personas con parálisis cerebral como niños y niñas eternos», critica la delegada de DDHH de ASPACE.
ASPACE apoya esta asistencia como un «apoyo para que las personas puedan llevar a cabo el ejercicio de su sexualidad». La opción de que el asistente mantuviese relaciones directas con el asistido «caería en la explotación», «fundamentalmente del cuerpo de la mujer», advierte.
En esta línea, Blanco aboga también por empezar a transmitir un «concepto amplio» de la sexualidad ya que no siempre es llegar a mantener el acto coital. «Hoy he tenido una sesión con personas con parálisis cerebral y había una mujer que decía que para ella la sexualidad es abrazar, sentir a la otra persona, besar y apoyarse mutuamente», cuenta al respecto.
Para la delegada de DDHH de ASPACE es urgente una regulación de esta asistencia, así como una profesionalización, ya que hasta que ello no llegue no se podrá apoyar realmente a las personas con discapacidad en este sentido.
ASPACE, que comenzó a trabajar la sexualidad de personas con parálisis cerebral en 2016, tiene por el momento solo una entidad en la que desarrolla este proceso en todas sus fases. «La demanda de asistencia sexual es latente», asevera Blanco al respecto, para precisar que suelen ser los hombres quienes más llegan a demandar la asistencia, si bien las mujeres también lo hacen.