*Ana Lobo para Prensa Social

Antes de que la serie hispano-mexicana de Netflix fuera un éxito, otra casa de las flores abría sus puertas en el año 2015 en Madrid para la inclusión laboral de jóvenes con discapacidad intelectual.

«Pensamos en unir el mundo de las flores y el de la discapacidad porque se complementan muy bien», afirma Ana Arroyo. «El mundo de las flores es muy creativo e imaginativo, donde se despiertan muchísimos sentidos, y eso a nuestros alumnos les da unas capacidades que os asombrarían», añade. Así empezó a tomar forma Fundación Oxiria, una casa de las flores para la inclusión laboral de jóvenes con discapacidad intelectual.

Arroyo y su esposo fundaron esta entidad en el año 2015. Padres de tres hijos, su primogénita, Cristina, nació con discapacidad intelectual. «Creamos este proyecto para ayudar a jóvenes con discapacidad intelectual una vez que terminan sus estudios reglados», relata. Con el objetivo último, apostilla, de «intentar incorporarles al mercado laboral».

Ana Arroyo, fundadora de Fundación Oxiria para la inclusión laboral de jóvenes con discapacidad intelectual.

Así, en colaboración con la Fundación Universitaria San Pablo-CEU (FUSP), nació el curso de formación profesional ‘Gestiones comerciales y actividades auxiliares en Floristería’ para jóvenes con discapacidad intelectual. «Somos una especie de programa FP (Formación Profesional), con título propio de Instituto Superior de Estudios Profesionales CEU (ISEP CEU); nuestro alumnos son alumnos CEU de pleno derecho», explica Arroyo. Y hasta la fecha, seis ya tienen un contrato en el mercado laboral ordinario.

Todo un logro, teniendo en cuenta la baja inserción laboral de las personas con discapacidad intelectual. Según datos del Imserso, a finales de 2015 había en España más 268.600 personas con una discapacidad intelectual igual o superior al 33%. De ellas, cerca de 75.000 tenían entre 18 y 34 años; es decir, estaban en edad de trabajar. Sin embargo, apenas un 1% había conseguido integrarse en el mercado laboral.

Abierto el plazo de matriculación

El curso de formación para el empleo en ‘Gestiones comerciales y actividades auxiliares en Floristería’ de Fundación Oxiria e ISEP CEU tiene una duración de dos años y prepara a los alumnos para una futura inserción laboral en el ámbito de la PYME. Entre otras cuestiones, reciben formación en prestación de servicios al público en espacios comerciales, prevención de riesgos laborales, técnicas de venta y seguimiento post-venta, preparación de pedidos, almacenaje y Arte Floral. El programa se completa con prácticas profesionales en comercios y/o floristerías de Madrid.

Desde la su puesta en marcha, han acabado el programa formativo cinco promociones de estudiantes. A finales de septiembre empezó su formación una la séptima promoción y desde hace unos días se abrió el plazo de matriculación del curso 2022-2024.

La quinta promoción de alumnos graduados ha sido la de Ana, Jaime, Javier, Julen, Mario, Beatriz, Óscar, Alfonso, Matías, Laura, David y Tomás, que han sacado adelante su último curso en plena pandemia. «Ha sido un año dificilísimo y hay que poner en valor el esfuerzo que han hecho en todo, desde el uso de mascarillas a protocolos COVID, han sido un ejemplo a tener en cuenta», destaca Arroyo.

«Vimos desde el primer momento que nuestros alumnos tenían que enfrentarse a la calle, a la vida y a los problemas; lo que tenemos es que enseñarles y darles las herramientas adecuadas»

Ana Arroyo, fundadora de Fundación Oxiria

Prensa Social pudo estar con ellos a escasos días de fin de curso, cuando los nervios por la graduación estaban a flor de piel. Y comprobamos cómo, efectivamente, no solo son un ejemplo a seguir en cuanto a protocolos COVID, sino también en educación. Además de ser unos magníficos estudiantes, como así lo demuestran sus conocimientos del mundo floral.

Los alumnos de Fundación Oxiria para la inclusión laboral de jóvenes con discapacidad intelectual demuestran sus conocimientos en el taller de flores.

De profesores y voluntarios

Las clases son impartidas por una plantilla de profesores y educadores profesionales, al que se suma un cuerpo de veteranos voluntarios, que aportan otras experiencias vitales y visiones alternativas. Con Javier, por ejemplo, analizan la actualidad mediante la lectura de noticias y y su comprensión, mientras que Ana es voluntaria desde el principio y participa «en lo que haga falta», y Manuela Calvo apoya en clases de informática, matemáticas, lengua… «Se ayuda en lo que se puede», dice. Y acto seguido explica que colabora con Fundación Oxiria desde sus orígenes. «Es tan emocionante lo que hacemos aquí, que no pude decir que no», apostilla.

Cuerpo de profesores y voluntarios de Fundación Oxiria para la inclusión laboral de jóvenes con discapacidad intelectual.
Cuerpo de profesores y voluntarios de Fundación Oxiria. Imagen cedida por ©Fundación Oxiria.

Los voluntarios, la mayoría reclutados directamente por Ana Arroyo, son maestros floristas jubilados, docentes jubilados del CEU, directivos pre-jubilados y jubilados de entidades bancarias, alumnos del CEU y de CES Don Bosco, y hay también perfiles de voluntariado corporativo, procedentes de empresas como Telefónica, Fundación Europamundo, La Caixa o BBVA, entre otras.

Las otras vías de Fundación Oxiria para la inclusión laboral

Más allá del programa de formación, Ana Arroyo ha ido abriendo nuevas vías en su Fundación que faciliten aún más la inserción de sus estudiantes en el mercado del trabajo. Este año, sin ir más lejos, se ha implementado un nuevo área de laboral, para complementar la formación académica de aquellos alumnos que han conseguido un empleo. «Seguimos trabajando lenguaje, habilidades sociales, comprensión… y al mismo tiempo, damos un respaldo a los empresarios que nos han contratado, avalando ante ellos que esos alumnos siguen estando con nosotros», relata la artífice de Oxiria.

Estos nuevos programas se han ido implementando gracias al avance de los propios alumnos. «Según hemos ido viendo que los chicos tienen esas capacidades», matiza Arroyo.

Así, hace dos años se puso en marcha un proyecto piloto de hostelería para que los estudiantes de Fundación Oxiria realicen prácticas en empresas del sector y, gracias a un convenio con la universidad CEU, los estudiantes también pueden realizar prácticas de bedel en la facultad de Derecho. «Nos adaptamos en formar a los chicos en aquellas necesidades que nos va demandando el pequeño empresario; es decir, una formación ad hoc», concluye.

Ana Lobo es periodista y responsable de Comunicación del CEDDD.

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