Las cervicales esconden uno de los dolores más frecuentes que suponen un incremento importante de absentismo laboral y un revés a la actividad y a la calidad de vida.
Las cervicales conforman un puntal propio en la parte más alta de la columna vertebral y en su conjunto se citan siete vértebras y varios discos intervertebrales con carácter amortiguador, encargados de la movilidad. Unidos a la médula espinal mediante ramas espinales, son nervios que pasan por el cuello y bajan hasta los brazos, haciéndose cargo de la sensibilidad de las extremidades por donde serpentea, así como de la movilidad de los músculos.
Ahora bien, ¿cómo se producen los dolores cervicales?
Manteniendo una postura incorrecta durante muchas horas, por ejemplo, al acumular tensión, mismamente, e incluso con una sobrecarga muscular en el cuello tras hacer un esfuerzo físico, sin ir más lejos. Todos estos factores hacen de ingredientes en la explosiva olla de los dolores cervicales y el cuello.
Este mal de la columna vertebral es bastante frecuente en el abanico de posibles molestias en dicha región, solo superado por los dolores en la zona inferior de la espalda, o así lo indican desde la Clínica Universidad de Navarra.
Hablamos de un dolor en la región cervical que puede llegar a paralizar el ritmo de vida y la actividad diaria de una persona. Y es que pese a iniciarse de forma casi fortuita, como una leve molestia en el cuello, acaba empeorando poco a poco, y más si no se trata a tiempo, hasta adolecer hombros y brazos, el resto de la espalda e incluso las manos, manifestándose en esta extremidad como una sensación de hormigueo.
¿La buena noticia? Que afortunadamente existen formas de prevenirlo, así como recomendaciones para cuidar la zona como es debido. Algo que es bastante importante adoptar y tener en cuenta, especialmente porque los dolores cervicales pueden convertirse en un padecimiento crónico.
Entonces, ¿cómo podemos prevenir y aliviar los dolores cervicales?
En opinión de los profesionales, todo empieza por eliminar tensiones en la zona, gracias a un cambio de hábitos, una serie de nuevas costumbres y unos sencillos ejercicios diarios, y así lo recomienda y subraya el consenso de los especialistas.
Así, para aquellos que queman horas enteras haciendo una misma actividad, con una postura incorrecta, además, los entendidos en esta materia advierten que esa actitud bien puede derivar a un dolor constante en las cervicales.
¿Cuál es el mejor antídoto preventivo?
Hacer regularmente una pausa en dicha actividad monótona, transcurridas una o dos horas. Y durante ese tiempo se debe cambiar de actividad y postura, a fin de relajar la musculatura del cuello.
Ahora bien, ¿qué cosas se pueden hacer en esta pausa? Dar un pequeño paseo, por ejemplo, ya que caminar puede llegar a ser bastante beneficioso; la clave está en hacerlo de forma correcta, por supuesto; es decir, espalda recta, cabeza erguida y hombros relajados.

Según los especialistas, pasar tiempo sentado no es malo para las cervicales, siempre y cuando se haga bien y se impida sufrir a la columna cervical. ¿Qué implica esto? No sentarse inclinados hacia adelante, por descontado, y permanecer más bien con la espalda apoyada correctamente sobre el respaldo de la silla. Mantener la cabeza erguida tampoco está de más, igual que ayudarse de un reposapiés para elevar un poco las piernas, favoreciendo que estas descansen mejor.
Y hablando de descanso… dormir de lado con las rodillas flexionadas es la postura más recomendada entre los especialistas, quienes también apuntan la conveniencia de utilizar una almohada intermedia; es decir, ni demasiado gruesa ni demasiado fina.
Las almohadas cervicales, de hecho, son la mejor apuesta reiterada por estos profesionales de la salud en la prevención de los dolores del cuello, ya que dicha almohada en cuestión ayuda a que la cabeza y el cuello descansen correctamente.
Un placentero descanso en el que también influye el tipo de colchón que se use, por supuesto, siendo más aconsejables los colchones firmes, a caballo entre una solidez dura y blanda, y cambiarlos además cada 10 años para así mantener estable el cuidado de las cervicales.
¿Y qué hay de los masajes?
Tanto masajearse la zona dolorida de las cervicales como hacer pequeños ejercicios que beneficien la salud de la zona suponen una buena forma de aliviar las molestias en el cuello, aunque solo cuando el dolor no es muy agudo, por supuesto, y siempre y cuando no se trate de esos ramalazos que persisten durante días.
Estos automasajes consisten simple y llanamente en intentar aliviar la tensión acumulada en las cervicales.
¿Cómo realizar automasajes?
Presionando los dedos contra la nuca, suavemente, eso sí, extendiendo el gesto a toda la parte de los hombros. Lo aconsejable es detenerse especialmente en los puntos donde el dolor se ha acumulado, debiendo ejercer un poco más de fuerza con los dedos durante unos segundos.
Si se ha hecho bien, el dolor se irá calmando progresivamente. Aunque tampoco está de más complementar este automasaje con otras tácticas igualmente recomendadas por los especialistas, ya sea girar la cabeza de forma suave a ambos lados, por ejemplo, o relajar los hombros haciendo círculos, simplemente; incluso estirar los brazos por encima de la cabeza durante unos segundos puede ayudar a aliviar y prevenir el dolor en las cervicales.