Nos encontramos con Cinta Pascual, la voz de las personas vulnerables; esas que parecen ser invisibles a los ojos de los que nos gobiernan año tras año. Partimos de una realidad para todos inolvidable, esa en la que confluyeron el pánico, la inacción, un virus desconocido y el caos, porque quienes aparentemente tomaban decisiones, se equivocaron de rumbo. Fue entonces cuando bajo la batuta de unos «expertos» —que resultaron ser inexistentes— en aquellos meses de confinamiento y confusión, fallecieron muchos de nuestros mayores y la pandemia se apoderó del planeta. Esas personas a las que se les arrebataron muchos años de vida; esas que no aparecen en las estadísticas oficiales. Esas, a las que les debemos tanto: los de la España de la posguerra, los que nos sacaron adelante, abandonados a su suerte. Hoy (ya decimos) años después, reflexionamos con la presidenta de CEAPs, una mujer que lo vivió en primera persona.
Prensa Social: Tercer año de pandemia por el virus Sars-Cov2, doña Cinta. Si lo contextualizara, ¿considera que se hizo todo lo posible? ¿Se hicieron las cosas bien al inicio de todo esto?
Cinta Pascual: El sector lo dio todo. En algún momento llegamos a tener al 70 por ciento del personal contagiado y reponer a ese personal era una tarea muy difícil. Además, a nivel sanitario nos encontramos los hospitales cerrados a nuestros mayores y, aunque estaban también en primera línea, a estos equipos nadie los aplaudió. Sin embargo, lo dieron todo.
Lo que se ha demostrado es que tiene que haber es un servicio sanitario que sea complementario, una historia clínica compartida o incluso tener derecho a que desde la atención primaria puedan enviar enfermeros para ver a los residentes. Son servicios básicos que fallaron y que no pueden volver a dejar de lado a las personas mayores.
P.S.: ¿Murieron más personas de las 29.000 de las que se citan? ¿Qué hay de esas cifras?
C.P.: No había coordinación sociosanitaria, por lo que las cifras varían. Cada una de las defunciones que se cuentan en números, para nosotros y para sus familias tienen nombres y apellidos. Por ellos trabajamos sin descanso durante el año más duro de nuestras vidas.
P.S.: ¿Cree que falló el derecho a la sanidad universal?
C.P.: Por supuesto que falló el derecho a la sanidad universal. Ante una crisis sanitaria sin precedentes, las administraciones no estuvieron a la altura y el sector tuvo que asumir las consecuencias. Hace años que denunciamos la falta de coordinación entre el sector social y la atención sanitaria, por eso, cuando celebramos la Cumbre del Baby Boom en CEAPs* para aplicar un nuevo modelo, consideramos fundamental la coordinación.
Queremos que el derecho a la sanidad universal sea real y no una ilusión y queremos a las familias a nuestro lado y participen en los proyectos asistenciales.

P.S.: La Ley de Dependencia está haciendo que nuestros mayores tengan diferente trato según la C.A. en la que residan, ¿es verdad? ¿Sigue siendo así?
C.P.: Las competencias están transferidas a las regiones y cada una aplica la Norma en base a unos criterios y con una infrafinanciación, lo que provoca las grandes desigualdades. Hay que tener en cuenta que el Estado destina entre el 0,58 y el 0,75 del PIB, cuando hay países del entorno que invierten un 2 por ciento. Necesitamos una inversión real y básica para realizar una revolución de los cuidados. En Europa, detrás de nosotros, solo están Portugal, Eslovenia y Chequia.
Además, nuestro sistema es muy rígido y debemos ser más flexibles. También en el plano económico. Un dependiente que tenga reconocido el copago debería poder invertirlo en función de sus necesidades.
El modelo debe garantizar la igualdad de Derechos y tiene que comenzar con unos criterios únicos con una financiación digna que equipare los servicios de todos los ciudadanos con independencia de donde residan, que los gobiernos que concierten plazas exijan indicadores de resultados; que los mayores y sus familiares decidan dónde quieren vivir; que ningún gobierno concierte ninguna plaza por debajo del precio justo; mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y que se cumpla la ley de la Dependencia para que una persona no tenga que esperar 438 días para recibir un servicio, que es la media estatal.
P.S.: El peaje ha sido caro, pero ¿hemos aprendido algo?
C.P.: La crisis, no obstante, ha dejado alguna experiencia positiva, como una mayor colaboración con la atención primaria, así como unidades de convivencia más pequeñas en las residencias, aunque este último avance también peligra si no se cuenta con presupuesto. En este sentido, apuntó, España está entre los países a la cola de Europa en inversión para la Dependencia.
Los profesionales llevamos años reclamando un modelo centrado en la persona que sólo puede ser posible con una financiación digna.
Además, no debemos olvidar que la pandemia ha centrado la atención en este recurso, pero existen otros, como la teleasistencia, la comida a domicilio, la atención domiciliaria o como los centros de día, que están atravesando un momento crucial y determinante, ya que la viabilidad de muchos de los mismos está en riesgo.
La paralización o cierre de estos servicios ha provocado el deterioro físico y cognitivo de los usuarios y la sobrecarga de los cuidadores informales y la teleasistencia que se ha manifestado esencial.
Resulta esencial recuperarlos. Si el futuro tiende a la atención global y al apoyo a que las personas permanezcan el máximo tiempo posible en sus casas, no podemos dejar de lado a nadie. Son necesarios y fundamentales.
P.S.: ¿Qué sintió usted con toda esa responsabilidad encima?
C.P.: Esta pandemia nos ha cambiado la vida. Los primeros momentos de la misma fueron muy complicados, ‘de guerra’ y que los EPIS que el Círculo Empresarial adquirió fueron confiscados y no llegaron a su destino. Fue muy duro y no sentimos lo que otros compañeros del sector sanitario recibieron.
Ahora lo que hacemos es mirar hacia el futuro y pensar experta en la atención a las personas mayores. En contar con servicios para atender a aquellas de más edad teniendo en cuenta sus historias de vida y sus necesidades.
Por explicar un dato: actualmente el 90% de las personas mayores dependientes son atendidas en casa por parte de cuidadores no profesionales. Esto convierte a muchas familias, y en especial a muchas mujeres, en cuidadoras las 24 horas de personas que requieren atención constante. Y esto rompe las relaciones familiares.
Como sociedad tendremos que preguntarnos dónde y cómo queremos vivir cuando seamos mayores. Es algo evidente. En el caso de que la respuesta sea «en casa», falta un largo camino por recorrer, apunta, que debería poner sobre la mesa más horas de atención domiciliaria (actualmente hay una diaria de media) y otros servicios como un sistema de teleasistencia avanzada, los centros de día, o comidas a domicilio, por ejemplo.
En el caso de que la necesidad implique vivir en una residencia, se trata de que la administración ponga los recursos que hacen falta y de manera ágil.
P.S.: Hablemos de vacunación: ¿están los residentes protegidos ante esta sexta ola con la amenaza de la gripe en ciernes?
C.P.: Podemos garantizar que los recursos de atención a las personas son seguros. La vacuna se ha demostrado efectiva y ha devuelto cierta normalidad interna a los centros reforzada con las dosis de refuerzo.
Ahora, desde CEAPs pensamos que la vacunación obligatoria de los profesionales es necesaria como ocurre en otros países europeos como Francia o Alemania. Tenemos un contacto directo con ello en las tareas que se desarrollan día a día en lo más elemental como la higiene o la alimentación.
Yo apelo a la ética para implantar la obligatoriedad de la vacunación, pues el riesgo es poner en peligro la vida de otras personas. No podemos trasladar de puesto a los profesionales dentro de la propia residencia, ya que en cualquier entorno el contacto con los ancianos residentes es continuo y constante. Incluso la recepción de los centros está llena de ancianos a todas horas.
Además, creemos y pedimos el compromiso de los familiares y amigos de las personas usuarias. Es fundamental realizar todo el proceso de inoculación, incluidas las dosis de refuerzo, y seguir manteniendo las mayores medidas de protección de la salud posible.

P.S.: Vayamos ahora con el tema que han puesto ustedes sobre la mesa. Hablemos de la discriminación histórica que pretenden evitar desde CEAPs. ¿Por qué sigue sucediendo esto?
C.P.: Los datos indican que 130.661 personas solicitantes de la Dependencia han fallecido en España en los 7 primeros meses del año en el limbo, y lo que es más relevante, 90.491 eran personas beneficiarias de los servicios y prestaciones del SAAD y 17.733 estaban pendientes de recibir las prestaciones que les correspondían por derecho. Es decir, más de 100.000 personas fallecieron pagando un 6 por ciento más de IVA del que les correspondía.
Hay que recordar que actualmente el IVA que se paga por los servicios asociados a la Dependencia es del 10 por ciento si los contratan de forma personal, mientras que solo tributan un 4 por ciento por idéntico servicio si este es concertado o público. Esta diferencia puede suponer hasta 120 euros más mensuales, en el caso de que la residencia cueste 2.000 euros (con el IVA del 10 por ciento serían 200 euros de IVA y con el 4 por ciento serían 80 euros).
Una injusticia que explica la unión del sector, y que refleja la realidad que viven las personas mayores que pasan una media en el Estado de 438 días esperando en ese limbo cuando si se cumpliera la ley, debería recibir el servicio o prestación que solicita en un plazo máximo de 180 días.
No estamos solos en esta reclamación. Más de 8 millones de pensionistas y jubilados avalan esta petición y así lo expresaron con su firma al manifiesto, impulsado por CEAPs, que exigía eliminar ese doble rasero injusto que implica que no todas las personas que viven en residencias acuden a centros de día o reciben cuidados en el entorno familiar paguen el mismo IVA por el mismo servicio.
Seguiremos luchando por acabar con esta discriminación en consonancia con todos los firmantes del manifiesto, y queremos agradecer el PdCat, al PP y a ERC presentar la enmienda, que al final no ha salido hacia delante.
P.S.: ¿Esos apoyos que ha tenido a la enmienda presentada para acabar con las desigualdades en el IVA de las residencias y centros de día son suficientes?
C.P.: Un mejor servicio implica necesariamente recibir más recursos. Y estos solo pueden salir de las arcas públicas o directamente de los bolsillos de los ciudadanos. En España se dedica a dependencia el 0,7 por ciento del PIB. En Francia, el 1,9 por ciento; en Italia y Bélgica, el 2,2 por ciento; en Alemania, el 3,7 por ciento; y en los Países Bajos, el 4,3 por ciento. Y del mismo modo que se nos pide que reduzcamos el tamaño de los centros, nosotros podemos pedir que el presupuesto en dependencia del estado sea equiparable al de estos países.
P.S.: Prensa Social es la voz de las personas con discapacidad, en situación de dependencia y mayores, ¿qué quiere trasladarles?
C.P.: Que desde CEAPs seguiremos luchando por las personas con discapacidad y mayores. Reclamando al Gobierno y las Comunidades Autónomas que responda a ese compromiso de las personas mayores y de los profesionales con una financiación digna de los servicios, que garanticen la sostenibilidad del sistema, y que establezca una coordinación socio sanitaria real y eficaz.
Además, lucharemos por reducir las grandes diferencias que existen entre comunidades con hasta 15 regiones con precios diferentes y que trataremos de implantar modelos reales de atención centrada en la persona que trabajen por indicadores de resultado de satisfacción de los mayores y de calidad garantizando el uso de herramientas de atención centrada en la persona (ACP).
El sector de la dependencia ha mejorado muchísimo en los últimos años y lo que pedimos es trabajar, primero con confianza, pero después con indicadores reales de satisfacción de las personas, conocer la historia de vida, de sus proyectos de vida… hablamos de modelo de vida porque cada persona tiene que ser la que nos transmita como quiere ser cuidado.
CEAPs apuesta por una cultura de los cuidados que construya 5.000 realidades diferentes, en función de cada centro o servicio, adaptados a cada persona, a su comunidad, a sus profesionales y familiares y siempre con una base de calidad e indicadores que garanticen la satisfacción de las personas. Estaremos para apoyaros siempre.
P.S.: Muchas gracias por sus palabras, doña Cinta. Le deseamos todo lo mejor para el año entrante con el panorama nada halagüeño que se presenta debido a las variantes que asolan de nuevo el planeta.
Cinta Pascual, (La Rápita 1970), es Diplomada en Trabajo Social por la Universidad de Barcelona, posgraduada en Dirección de Equipamientos Sociales por la Universidad Ramón Llul y Máster en Dirección de Empresas basado en el modelo de calidad EFQM por la Universidad Rovira i Virgili.
Actualmente es miembro del Comité de Ética de Servicios Sociales de Cataluña, Presidenta del Círculo Empresarial de Atención a Personas (CEAPs), Presidenta de Associació Catalana de Recursos Assistencials (ACRA), miembro del Comité Ejecutivo de Fomento y Directora General de Perfect Group y L’Onada Serveis.
*CEAPs: La suma de empresas, plazas, trabajadores y personas atendidas de las respectivas patronales autonómicas convierten a la entidad en el referente estatal del sector de la dependencia.