Tanto los dolores cervicales como los mareos son una presente irregular, así que no está de más aprender a prevenirlos tras saber cómo se producen.
Mantener el cuello erguido cuando uno está despierto es tarea de las vértebras cervicales; un trabajo nada fácil, por cierto, que llega a pesar incluso a las propias vértebras; pesadez que a su vez se traduce en esos dolores cervicales tan conocidos que, aunque no son pan de todos los días (menos mal) llega a afectar al 60 por ciento de la población, según estimaciones de los especialistas.
¿Qué es la cervicalgia?
Los dolores cervicales o cervicalgia generan mareos, y ambos males pueden deberse a contracciones musculares, una afección que más de la mitad de la población llega a sentir en algún momento de su vida. El lote se completa con los fuertes mareos que sobrevienen a raíz de esos pinchazos, y es que existe relación entre los dolores cervicales y los mareos.
El remedio preventivo para ambos casos pasa por la misma solución, afortunadamente. Tal y como explica el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Navarra (COFN), «la cervicalgia es un dolor en la región cervical o una algia».
«Según expresan los tratados de anatomía, la columna cervical comienza en la base del cráneo y son siete las vértebras que la componen, además de ocho pares de nervios cervicales».
Entre las funciones de estas zonas corporales se encuentra el «contener y proteger la médula espinal, soportar el cráneo y permitir los diversos movimientos de la cabeza», en palabras de los profesionales.
Por ello no es inusual sentir mareos cuando uno acumula dolor en la zona de las cervicales, habida cuenta de que ese, precisamente, es uno de los síntomas de la cervicalgia; un pack de dolencia al que también pueden sumarse los trastornos de equilibrio, y así lo exponen los fisioterapeutas.
De hecho, las manifestaciones de la cervicalgia no suelen aparecer súbitamente, todo lo contrario, prefiriendo relacionarse primero con un dolor y dificultad para mover el área afectada; extendiéndose a partir de ahí hacia la espalda, el pecho, los hombros y los brazos, y levantando a su paso una ola de mareos, visión borrosa y hasta zumbidos en los oídos.
¿Qué causa estos males?
Los discursos de profesionales y especialistas coinciden en señalar que el origen de los mareos y del dolor en las cervicales no responde únicamente a una sola fuente, sino más bien a diferentes causas, desde las hernias discales y la artrosis cervical, hasta el envejecimiento y el estilo de vida, con el sedentarismo, el estrés y la falta de ejercicio como causantes principales de esta última opción.
Otros factores que derivan hacia la cervicalgia y sus correspondientes mareos son las contracciones musculares, el síndrome del latigazo cervical, las enfermedades inflamatorias y, cómo no, también las caídas y traumatismos.
«El latigazo cervical se produce cuando hay una fuerte sacudida producto generalmente de un accidente de tráfico», explica uno de los fisioterapeutas del Colegio de Navarra, Andrés Coronado. «En consecuencia, el cuello de la persona queda expuesto a hiperextensión extrema, es decir sus estructuras se estiran al máximo, produciendo consecuencias en las estructuras cervicales».
En este sentido, no son pocos los casos con cervicalgia y mareos que guardan relación con el estrés, como han podido comprobar en consulta los fisioterapeutas, un cóctel al que también se suman las tensiones diarias en el trabajo o en casa, amén de las preocupaciones familiares y otros problemas puntuales.
¿Se pueden eliminar los dolores cervicales y los mareos?
Ciertamente sí. La cervicalgia exige un tratamiento preventivo, aunque no para su aparición, sino para descartar que no se debe al perfil sintomático de otras patologías, tal y como explican desde la rama de la traumatología. Un descarte que requiere de una radiografía, principalmente.
Eliminada esa opción, la terapia más recurrente para acabar con la cervicalgia común pasa por tomar analgésicos como el paracetamol o el ibuprofeno, fármacos capaces de calmar el dolor de cuello; o ingerir vitaminas B, ya que tienen un efecto analgésico que al final alivian este tipo de dolencias.
Otra opción válida es tomar relajantes musculares que terminan durmiendo la zona, utilizar la adecuada almohada y el colchón correcto, y no mantener la misma postura durante mucho tiempo. E igual de efectivo es practicar ejercicio físico con regularidad, hacer estiramientos diarios, y recurrir a un fisioterapeuta que elimine las contracturas del cuello, erradicando así la aparición de los mareos.
Tener en cuenta todo esto es muy importante a la hora de soslayar los dolores de cervicales y los mareos, porque a juicio de los especialistas traumatólogos, una cervicalgia mal tratada puede desembocar en una espalda demasiado contracturada, disparando así la presión intervertebral.
«Esto hace que los discos se vayan comprimiendo y se acelera la artrosis de toda la columna», afirma José Pérez, experto en traumatología.
Excelente artículo, claro y conciso. Muchas gracias 🙂
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Ana De Luis, directora.