Porque medirse la tensión en casa puede ayudar a prevenir dolencias graves, aprenda cómo hacerlo correctamente y esquivar así ciertos errores comunes.

Uno de los efectos secundarios que más se han agudizado con la llegada de la pandemia del coronavirus ha sido la preocupación por mantener controlada y vigilada la salud, a fin de prevenir enfermedades futuras. Sentirse bien, física y mentalmente hablando, es uno de los objetivos de esta tendencia sanitaria exacerbada, igual que el tomarse la tensión.

¿Para qué sirven los tensiómetros caseros?

Hoy en día existen ciertos dispositivos que ayudan a que uno se tome a sí mismo la tensión, desde la comodidad de casa. Pero la clave de todos esos terminales de asistencia, apoyo y tecnología fácil no está en su modo de funcionamiento, sino más bien en el conocimiento genérico de cómo tomarse la tensión correctamente, esquivando los errores más comunes. Así que abajo le dejamos precisamente eso, unas líneas, en forma de guía y consejo, sobre cómo medirse la tensión en la debida forma.

Hablamos de dispositivos bastante cómodos, que ocupan un puesto primordial en la lista de productos farmacéuticos más vendidos a domicilio, gracias seguramente a que permiten llevar un seguimiento de la hipertensión, o a prevenir dolencias graves, detectadas enseguida, además, si encima se tiene la costumbre de medirse la tensión con asiduidad.

Algo que resulta inequívoco e incuestionable es la utilidad de estos aparatos, hechos específicamente para poder medir con rapidez ciertos parámetros importantes de la salud cardiovascular y del estado sanitario del organismo, en cuerpo y mente, y saber enseguida si todo está en orden.

Con un tensiómetro de brazo en casa, por ejemplo, uno puede controlar su presión arterial, práctica preventiva que cobra suma importancia si se sufre de hipertensión, sobre todo, o se padece de sobrepeso o de alguna otra enfermedad coronaria.

Son medidores bastante sencillos e intuitivos en su diseño, modelo y modo de utilización, dicho sea de paso; llegan a ser bastante económicos, además, ocupando poco espacio en casa, de modo que aumentan sus papeletas de hacerse con uno, ya que nunca están de más.

¿Qué modelos son más aconsejables por su facilidad para tomar la tensión desde casa?

Como ejemplo de ello se encuentra el modelo de Medisana, disponible mediante Amazon, el cual se ajusta al brazo y cuenta con más de 17.000 valoraciones y unos 23,99 euros.

Se trata de un dispositivo capaz no solo de monitorizar la presión arterial, sino también de mostrar el resultado extraído de la tensión, gracias al semáforo de colores con el que cuenta, y que facilita la interpretación de su medición.

Tiene función memoria, asimismo; una bolsa de almacenamiento que permite transportarlo de un sitio a otro, incluso en un viaje; amén de un manguito que se amolda adecuadamente a la circunferencia de brazos que miden entre 22 y 36 centímetros, aproximadamente.

Cuenta a su vez con una pantalla que chiva otros datos de interés, el pulso, la fecha del día y hora de cada medición de tensión; incluso permite atisbar los valores de sístole y diástole.

¿Pero cómo medirse correctamente la presión arterial en casa?

Eso es lo más importante; no importa lo sofisticado o sencillo que sea el dispositivo con el que uno cuente, porque lo más esencial es saber cómo tomarse bien la tensión.

Dos son los parámetros que hay que tener en cuenta a la hora de realizar esta actividad preventiva y cardio arterial. La primera es la presión sistólica (la cifra máxima de la tensión), mientras que la segunda es la presión diastólica (la que ocupa el número mínimo en la escala de medición).

Según estos parámetros, se considera tensión normal a una presión de hasta 130, siendo alta aquellas cuyos marcados oscilan entre 130 a 140. Por su parte, sacar un 85 como máximo en la presión arterial diastólica está considerado algo normal, siempre y cuando no supere el 90, que ya es alta.

Es importante saber, asimismo, que los niveles superiores a 140 como máximo y 90 como mínimo ya entran a formar parte de los valores de la hipertensión.

En cualquier caso, si bien utilizar el tensiómetro y otros aparatos de medidor de tensión es muy sencillo, es requisito imprescindible andarse con cuidado y no cometer errores, pues estos pueden llegar a distorsionar los verdaderos datos, sin mostrar los valores reales.

Hablamos de tres errores fáciles de evitar y, sin embargo, son bastante comunes de ver infligir y cometer.

¿El primero de ellos? Sentarse incorrectamente mientras se está tomando la tensión. ¿Cómo? Sin mantener los pies bien apoyados en el suelo, o tener la espalda tiesa, lejos del descanso que supone el respaldo de la silla.

Parecen nimiedades, cierto, pero lo cierto es que pueden modificar los parámetros de la toma de medición de la tensión, igual que el tener el brazo sin apoyar en alguna mesa, justo a la altura del corazón.

Otro error que se suele cometer a la hora de tomarse la tensión es colocar el manguito por encima de la ropa, siendo que debe disponerse por encima del codo y en torno a un brazo desnudo. ¿Por qué saber esto es importante? Porque los valores se presentan más elevados al hacerse con tela de por medio, algo que no llegaría entonces a reflejar la tensión real.

Otro error que es preciso no cometer es hablar o estar en movimiento durante el rato que toma completar la medición; y es que es aconsejable respirar con normalidad para que los parámetros no se alteren, igual que es aconsejable no hablar, permanecer quieto y no moverse hasta que la cifra de la tensión aparezca y el procese termine.

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