La neurociencia moderna sigue teniendo al doctor Ramón y Cajal como maestro por su impacto en la comunidad médica internacional. En el hospital que lleva su nombre, donde la doctora Araceli Alonso Canovas ejerce como neuróloga, abre sus puertas con la conocida frase: «Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro».
Bajo esta idea, hoy nos sentamos con la doctora Alonso para preguntarle por su profesión y pasión, y sobre los resultados de la meditación en pacientes con enfermedades neurodegenerativas.
Francisco Olavarría: En el pasado Congreso de la Sociedad de Neurología tuvo la oportunidad de presentar una conferencia relativamente novedosa para la disciplina de la que usted es una reconocida profesional. Bajo el título Meditación y Neurología ilustró a sus compañeros de profesión con su investigación, pero antes de todo, ¿cómo llegó a desarrollar este interés?
Dra. Araceli Alonso: Bueno, mi interés por la meditación surgió sobre todo por mi proceso personal. En el 2020, un poco antes de la pandemia, empecé a hacer yoga. Más por la parte del ejercicio físico, pero progresivamente me fui acercando a la meditación. Un compañero, un residente que estaba con nosotros, me regaló un libro de mindfulness, una de las obras más importantes de Jon Kabat-Zinn. A su vez, empecé a leer textos de yoga que también hablaban de la meditación. Y bueno, este interés personal lo fui complementando con un poco de investigación científica para ver las bases más biológicas.
Desde entonces, he ido complementando las lecturas tanto de libros más de neurociencia divulgativa como los de Nazaret castellanos, complementándolo con la investigación de revistas científicas directamente, para dar varias ponencias sobre el tema, y parece que el interés social también está creciendo. Todo se dio en paralelo a mi proceso personal y también animada por lo que iba encontrando de lo valioso de la técnica, lo fácil, lo arraigado en tradiciones milenarias.
Además de la facilidad, sobre todo para ponerlo en práctica, la que no requiere ni una gran inversión de tiempo ni de dinero. Solo requiere de una fuerza de voluntad. Me ha estimulado mucho ver la experiencia positiva de personas que veo en consulta que la practican, cómo ha cambiado su enfermedad y sus vidas y eso ha sido también otro, gran estímulo para mí.
F.O.: La meditación es una práctica milenaria utilizada para promover la salud y el bienestar. En los últimos años, la investigación científica ha demostrado que puede tener efectos positivos para el cerebro, ¿es así? ¿Lo ha podido comprobar con sus pacientes?
A.A.: Pues efectivamente, como os comentaba la pregunta anterior, he podido comprobar directamente experiencias muy positivas con la meditación en la práctica clínica, sobre todo en personas con Parkinson que es la enfermedad en la que me he especializado.
El Parkinson es una enfermedad que depende mucho los síntomas del manejo del estrés, de la regulación emocional. Falta muchas veces una conexión cuerpo mente fluida. Una capacidad para leer los síntomas y las sensaciones corporales e interpretarlas correctamente.
La atención juega un papel muy importante, muchas veces la marcha o la memoria se deterioran. Si la atención está bien posicionada, entonces el efecto que he visto en consulta ha sido totalmente alentador y como digo eso se corrobora por la investigación que he estado siguiendo estos años.
Con la meditación el cerebro funciona mejor porque desarrollamos mejor los mecanismos de atención, que nos distraigamos menos con las rumiaciones obsesivas, con el ruido de fondo de nuestro cerebro, con la preocupación por el pasado y el futuro y que podamos estar más en el presente. También nos ayuda a regular mejor nuestras emociones, actuando sobre estructuras cerebrales importantes como la amígdala, la red de la relevancia, formada sobre todo por la ínsula, el cíngulo anterior, que son estructuras que van leyendo de forma continua cómo está nuestro organismo en cada momento. Cambios que percibimos en la resonancia magnética funcional. Y que, como digo, ya se conocían perfectamente sin saber el mecanismo exacto, tradiciones milenarias como el hinduismo o el budismo lo han sabido potenciar.
F.O.: Para quien nunca se haya interesado en estos recursos, tales como el yoga o la atención plena, y tengan algún daño cerebral diagnosticado. ¿Cómo pueden iniciarse en este mundo? ¿Qué recursos les recomienda?
Bueno, yo creo que el yoga se puede adaptar a cualquier daño cerebral, porque siempre que podamos mover alguna parte de nuestro cuerpo y respirar, acompasando el movimiento con la respiración, podemos practicarlo.
Hay algunos tipos de yoga como el Iyengar o el yoga en silla que permiten hacer ejercicios de yoga sencillos en personas con movilidad reducida. Tanto el yoga como la atención plena y especialmente ésta, porque eso sí que no requiere, no tiene ningún requisito de movilidad, pues todos podemos hacerla con daño cerebral o sin daño cerebral. Hace falta motivación, hace falta dedicarle tiempo. Hace falta ser muy, muy constante. Coger la sistemática y no soltarla, yo siempre recomiendo intentar hacer lo que nos podamos comprometer sean 5 o 10 minutos o si podemos más tiempo o ir alargando progresivamente, pero ser hacerlo al menos durante un mes, todos los días, para que podamos coger esa rutina y nuestro cerebro haga espacio para ese es para ese momento de conexión con uno mismo.
Textos que pueda recomendar bueno, para entender la motivación y el valor, con una forma de explicarlo, muy sencillo de comprender, los libros de Nazaret Castellanos para los que estén más interesados en el sistema de mindfulness o de meditación. Recomiendo el libro ‘Vivir con Plenitud las Crisis’, que es el libro que me regalaron a mí, aunque es un poco denso y largo. Libros de sobre meditación hay muchísimos, pero bueno, yo buscaría sobre todo algo que sea motivador y que conecte con cada persona. En fin, siempre se puede recurrir a una librería y dentro de la sección de meditación, ver cuál de esos libros te despierta interés. Lo que hace falta es reservarse 5 o 10 minutos al día de sentarnos con los ojos cerrados, tratar de respirar por la nariz y enfocar nuestra respiración. No hay atajos, pero tampoco hay secretos.
También, por cierto, existen muchas aplicaciones de móviles tutoriales en Youtube, incluso documentales sobre meditación que se pueden. Recomiendo buscar en la carta en muchas plataformas de televisión porque pueden ser un recurso muy valioso y accesible, con meditaciones guiadas, más fáciles para empezar y pueden ser también un apoyo enorme.
F.O.: Sabido es el agotamiento de la labor de los cuidados a enfermos de toda condición, ¿recomienda la meditación para que los familiares canalicen esa situación de desgaste y/o frustración?
A.A.: La labor de los cuidadores y el apoyo de la meditación es otra cosa que también he podido yo comprobar en la consulta y está también avalado por la ciencia, hay muchas publicaciones que hablan de que cuidadores de personas con Alzheimer, sobre todo, que tienen especialmente miedo a padecer la enfermedad, está muy estresados y deprimidos, cansados, no tienen tiempo para ellos mismos, no pueden muchas veces hacer ejercicio ni dedicarse tiempo de autocuidado. Tienen que estar físicamente con una persona y no tienen tiempo para dejarla sola. La meditación es un recurso valiosísimo porque pueden hacerla en cualquier sitio, en compañía también cerca de la persona que están cuidando y poder conectar con una parte de ellos mismos que les apoya, pues es muy muy valioso y lo pueden, lo pueden hacer perfectamente. De hecho, como digo, hay evidencias que avalan su utilidad para manejar el estrés, el ánimo y mejorar incluso su condición.
F.O.: En términos generales, ¿cuáles han sido los grandes avances de la neurología en el último siglo?
A.A. Esta pregunta es muy compleja de contestar. La neurología ha avanzado en tantos aspectos que no sabría contestar a esta pregunta. Piensa en todos los tratamientos de los ictus en fase aguda, los tratamientos para el Parkinson, que ha modificado mucho control sintomático de esta enfermedad. Los avances increíbles en inmunología, esclerosis múltiple.
En fin, la mayor parte de las áreas de la neurología han sufrido en la formación radical. El mayor hándicap de neurología o el mayor reto quizás es que las enfermedades neurológicas crónicas no hacen más que crecer y crecen en frecuencia más rápido de lo que le da tiempo a la ciencia a seguirles el paso.
Y aunque las técnicas revolucionarias y los fármacos novedosos hayan sido importantes en muchos aspectos, creo que la parte humana de la neurología humanista, filosófica, espiritual, considero que los neurólogos como especialistas en el cerebro humano tenemos que ser capaces de leer y de integrar un poco la experiencia más humana de los pacientes.
Creo que es ahí donde tenemos que seguir reivindicando nuestro papel y esforzándonos por no alejarnos de la visión cercana de nuestros pacientes, que la tecnología no nos confunda y no nos haga pensar que toda la solución a esas enfermedades va a venir de fármacos, de técnicas explosivas, de soluciones milagrosas, no, porque realmente creo que nuestra labor va mucho más allá.
F.O.: Además de la relación de la meditación con la neurología que presentó en Valencia, ¿cuáles son otras las líneas de trabajo que captan el interés en su desempeño profesional?
A.A.: Pues las líneas de interés que tengo de trabajo sobre todo van mucho en el sentido de acercar la medicina a las personas y no al revés. Intentar personalizar nuestro enfoque, nuestros tratamientos, nuestro acompañamiento en la enfermedad a los valores y las necesidades individuales de cada persona. Intentar modificar también nuestro lenguaje, la forma en que nos referimos a los problemas de salud y a quienes los padecen.
Estoy haciendo trabajos en los que participan directamente personas con la enfermedad, sobre todo en relación con el Parkinson, para tratar de comprender mejor cuál es su vivencia real.
Quiero adaptar nuestra actividad, nuestra investigación y nuestra asistencia clínica a la persona que padece porque durante demasiado tiempo ha estado el médico en el centro y muchas veces sin tantos recursos para hacer el viaje de acompañamiento de una forma más simétrica, porque es mucho más enriquecedor y mucho más valioso.
Creo que tenemos que centrar los esfuerzos en promocionar la capacidad intrínseca de las personas de sanar, de hacerlo mediante su propio esfuerzo y su estilo de vida.
Potenciar todas las partes sanas que tenemos todos y tratar de con ello y llegar a la mejor situación posible. Como conclusión, mi interés se centra en una apuesta por una medicina personalizada y más integrativa.
Francisco Olavarría