El condón masculino, el clásico y más conocido, es un artículo que es preciso usar siempre, llegado el momento de mantener relaciones sexuales. ¿Por qué?
Dado que actúa de protección y prevención, tanto frente a enfermedades de transmisión sexual (ETS) como a la hora de evitar embarazos no planificados, tal y como informan desde el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Así que sí; ya tenga uno 20 o 40 o 57 años, se acueste con un hombre o con una mujer… no importa; el preservativo es una fina barrera que marca la diferencia entre un sexo seguro y una puerta abierta a contagiarse de alguna ETS como la clamidia, el VIH, el herpes genital, las ladillas, la tricomoniasis, la gonorrea o la sífilis.
¿Qué debe hacer o no con un condón masculino?
Antes de pasar a detallar paso a paso cómo ponerse debidamente el preservativo, es preciso explicar lo que se puede hacer y no con esta herramienta anticoncepcional que ni necesita de receta médica para comprarse.
Primeramente, recomendamos leer atentamente las instrucciones del condón masculino que vienen plasmados en el paquete que se ha comprado, verificando ante todo la fecha de caducidad / vencimiento, cerciorándose además de que el preservativo en cuestión no luce ningún defecto o rotura.
Como medida de precaución para saber que el condón masculino sigue sellado, uno debe poder sentir una pequeña burbuja de aire al apretar ligeramente el paquete. Por tanto, si resulta que el preservativo está rasgado, duro, pegajoso o seco es mejor atajar por lo sano; es decir, descartarlo, tirarlo y directamente no usarlo.
Otro consejo a tener en cuenta es la importancia de usar preservativos de látex o de poliuretano, guardando los condones masculinos sobrantes en un lugar fresco y seco y, llegado el momento, abriéndolos con los dedos, únicamente, nada de dientes o tijeras.
A fin de evitar que se rompa, se puede utilizar lubricantes, si es preciso, especialmente aquellos hechos a base de agua o silicona.
No es recomendable en absoluto archivar el preservativo en cuestión en una billetera, en el bolsillo o en el coche, y menos durante mucho tiempo, ya que aunque los preservativos tienen una duración muy larga, tanto la humedad como el calor y la fricción pueden acabar dañándolos; y lo mismo reza para el espermicida nonoxinol-9, cuyo uso en los condones es del todo contraproducente, tanto así que puede llegar a provocar irritación.
No, los preservativos jamás deben reutilizarse. En este sentido, lo recomendable es usar uno nuevo por cada acto sexual, ya sea vaginal, anal u oral; asimismo, es preferible recurrir a otro condón masculino nuevo cada vez que uno varíe de un tipo de sexo a otro.

Una misma actitud de precaución y renovación del preservativo que se debe mantener si se da el caso de perder la erección y el pene se pone blando. Lo único a hacer en estos casos es quitarse el abierto y vestido y enfundarse otro preservativo cuando el miembro vuelva a estar firme.
Ante un condón masculino en la mano es preciso esquivar aquellos productos untados de vaselinas, lociones, mantequillas, aceites corporales de bebé o para cocinar, dado que todos ellos pueden provocar que el preservativo se acabe rompiendo.
Digno de recordar es también la relevancia de no darle vuelta al preservativo en los casos en que uno se lo haya colocado mal por accidente; mejor abrir uno nuevo. E importantísimo señalar, por último, que uno no debe ponerse dos condones a la vez ni tampoco reutilizar uno que ya haya sido utilizado.
¿Cómo debe usar y colocarse correctamente el preservativo?
Leídas y retenidas las directrices, lo siguiente por hacer es asegurarse de que el condón masculino se va a desenrollar en la dirección correcta. ¿Cómo cerciorarse? Fácil, manteniendo el borde hacia afuera, conservando su forma de pequeño gorro, y desenrollándolo un poco antes de colocarlo y así asegurarse al cien por cien de que el lado sostenido es el correcto, el que mira hacia fuera.
Es importante señalar que uno debe colocarse el condón masculino en el miembro viril antes incluso de empezar a mantener relaciones sexuales, evitando en todo momento que toque antes de tiempo la boca y zonas genitales de la pareja sexual, y extendiéndolo únicamente cuando el pene está erecto. ¿Cómo?
Abriendo el paquete y retirando con cuidado el condón de su envoltura, primeramente, colocándolo a renglón siguiente en la cabeza del miembro; para aquellos varones que estén circuncidados, es recomendable retraer primero el prepucio.
Sacar el aire que se encuentra en la punta del condón masculino es el siguiente paso a dar en esta lista de directrices del correcto uso y colocación del preservativo, seguido por desenrollar poco a poco esta especie de funda sexual hasta llegar a la base del pene, dejando eso sí un poco de espacio en el extremo de la punta, a fin de que se deposite allí el semen.
Tras la eyaculación, se debe sostener el borde del condón masculino por el lado que ha quedado fuera, es decir, por el anillo que rodea la base del miembro; y luego, sin dejar de agarrarlo con firmeza, retirar el pene del interior del cuerpo de la persona con la que se ha mantenido el acto sexual. Es muy importante hacer esta retirada antes de perder del todo la erección; ¿y por qué? Para evitar que el preservativo se afloje demasiado y sus bordes escupan algo de semen.
Por último, hay que proceder a quitarse el condón masculino con toda precaución, vigilando no derramar semen por accidente cerca de la otra persona. Hecho lo cual solo restará tirar el preservativo usado a la basura; nada de por el retrete, ya que puede obstruir las tuberías.
Cerramos el artículo con un consejo extra, y es la ventaja de echarle más lubricante de silicona o a base de agua al condón masculino; y es que, si bien es cierto que la mayoría de los condones masculinos ya vienen lubricados anticipadamente, colocar unas gotas de lubricante en la cabeza del pene o en la cara interna de la punta del condón antes de desenrollarlo puede venir muy bien.
¿Y por qué? Dado que no solo puede mejorar las sensaciones en la zona durante el acto sexual, sino contribuir además a esquivar la posibilidad de que el preservativo se rompa con el roce; un plus que también se puede disfrutar esparciendo lubricante en la parte exterior del condón masculino, una vez éste se encuentre bien extendido y ajustado al pene, eso sí.