Muchos hombres, a partir de una cierta edad, se plantean la opción de un implante capilar para solucionar los problemas que le genera la alopecia.

Como hemos informado en Prensa Social, los hombres cada vez demandan más las operaciones de estética. La pandemia producida por la Covid-19 ha acrecentado aún más esta tendencia en la sociedad española. Las más habituales son aquellas que buscan una mejora facial, entre ellas ha tenido mucho auge el implante capilar.

¿Qué es el implante capilar?

Es bastante habitual que los hombres, a partir de una cierta edad, empiecen a tener alopecia. En algunos casos no es muy relevante, pero en otros pueden llegar a perder el pelo por completo. Esta circunstancia puede generar problemas problemas personales por no estar a gusto con su aspecto físico o tener complejo por la nueva realidad.

Un hombre mayor sin pelo, pensativo
Un hombre mayor sin pelo, pensativo. / © Brett Sayles. Pexels

Por ello, y gracias a la evolución de las operaciones de estética de este tipo, el implante capilar, también denominado como trasplante de pelo o micro injerto capilar, ha adquirido un mayor protagonismo y audiencia entre los hombres españoles. Esta técnica consiste en la extracción del pelo de una zona donde no existe caída, para implantarlo a través de una sencilla cirugía en las áreas que han quedado despobladas.

Pasos de la cirugía

Habitualmente, el primer paso para llevar a cabo esta operación de estética que se realiza con el paciente despierto (no requiere ingreso hospitalario) es rapar la zona donante de la cuál extraerá los folículos el cirujano. Posteriormente, se seleccionarán aquellos que tengan la mejor calidad y se separan del resto sin dañar sus componentes intactos.

Los efectos finales suelen observarse a los 12 meses de la intervención, pero a partir de los tres primeros ya se empieza a notar el cambio

Una vez que ya tenemos los folículos preparados, éstos se conservan con un líquido especial a baja temperatura mientras que se llevan a cabo las incisiones para trasplantar el cabello en el paciente. Una vez se haya terminado todo el proceso previsto, la persona podrá irse a casa, pero deberá proteger la zona tratada para que no se vea dañada y pueda hacer el efecto deseado.

Técnicas más utilizadas para el implante capilar

Para llevar a cabo esta sencilla intervención, las dos maneras más utilizadas para extraer los folículos del paciente son: implante capilar ‘FUSS’ o ‘FUT’ (también conocido como ‘técnica de la tira’) o implante capilar ‘FUE’ (Follicular Unit Extraction). La diferencia entre ambas técnicas radica en la manera en la que se lleva a cabo el proceso.

En la primera (‘FUSS’ o ‘FUT’), se extrae el pelo del paciente en una tira de golpe y luego se seleccionan con microscopios los folículos que se vayan a injertar de esa tira. Suele hacerse con cabello de la zona posterior o lateral de la cabeza y la tira tiene unas dimensiones de entre 15 y 20 centímetros de longitud y un centímetro de ancho. Se genera una cicatriz mínima, que el cirujano debe cerrar con unos pocos puntos que a las dos semanas se retiran.

Normalmente, se utiliza la técnica ‘FUSS’ o ‘FUT’ para implantes de zonas más grandes y la manera ‘FUE’ para operaciones más focalizadas

Mientras que si la persona decide utilizar la otra alternativa (‘FUE’), el cirujano deberá ir extrayendo e implantando uno a uno todos los cabellos necesarios. Se utiliza un bisturí circular llamado punch y esta técnica no genera ninguna cicatriz ni se necesitan puntos, únicamente quedarán unas pequeñas marcas circulares a su alrededor. Es un proceso más lento que el anterior.

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