Los hábitos saludables no solo están vinculados a la nutrición y al ejercicio; existen siete de ellos que también pueden ayudar a disminuir las posibilidades de acabar desarrollando demencia, según un nuevo estudio.
Tras seguir durante dos décadas a varias mujeres, la presente investigación, de carácter preliminar y presentada durante la 75ª Reunión Anual de la Academia Americana de Neurología (AAN, por sus siglas en inglés), ha hecho una aportación muy orientativa sobre el papel y el influjo de los hábitos saludables más allá de la dieta.
Cuando la exposición a la demencia está sujeto a los hábitos saludables
Y es que la entidad ha revelado que hay siete hábitos saludables que, como buenos factores del estilo de vida de una persona, pueden desempeñar a la larga un papel significativo en la reducción de su riesgo de demencia; sí, esa condición crítica y mental que altera la capacidad de pensar y recordar, mientras dificulta el realizar actividades cotidianas y hasta tomar decisiones.
Saber esto es de sumo interés, ciertamente, ya que, tal y como hizo ver Pamela Rist, miembro de la Academia Americana de Neurología y doctora del Hospital Brigham and Women’s de Boston, en Estados Unidos, «dado que ahora sabemos que la demencia puede comenzar en el cerebro décadas antes del diagnóstico, es importante que sepamos más sobre cómo los hábitos en la mediana edad pueden afectar al riesgo de demencia en la vejez». Para esta facultativa, «la buena noticia es que tomar decisiones saludables sobre el estilo de vida en la mediana edad puede conducir a un menor riesgo de demencia más adelante en la vida».
En el estudio, en el que participaron 13.720 mujeres cuya edad media rondaba los 54 años al inicio del trabajo, se pone datos y conclusiones al análisis observacional de tener que realizar un seguimiento de 20 años en total, en los que los investigadores examinaron toda la información médica de Medicare, así como sus datos, a fin de identificar a aquellas participantes que en algún momento de esas dos décadas habían recibido un diagnóstico de demencia. Hablamos del 13 por ciento de ellas, cabe añadir; es decir, de un total de 1.771 mujeres.
Ahora bien, ¿cuáles son esos hábitos de salud que tanto ayudan a prevenir la demencia?
Llamados ‘Life’s Simple 7’ por la Asociación Americana del Corazón, y clasificados como factores de salud cardiovascular y cerebral por dicha entidad, se trata de comer mejor y no fumar, tener un nivel bajo de azúcar en sangre y controlar el colesterol, mantenerse activo y conservar un peso sano y vigilar que la presión arterial se mantenga saludable,
A fin de transmitirle a los participantes la importancia de estos valores sanitarios con forma de hábitos saludables, los investigadores fueron puntuando estos siete factores en cada voluntario del ensayo, no sin antes ajustar factores como la edad y la educación.
De esta manera, algunos recibieron un cero para una salud mala o intermedia, así como un punto para una salud ideal, siendo siete la máxima calificación. Según detallan los autores del ensayo, la puntuación media de estas participantes fue de 4,3 al inicio del estudio, con una ligera caída al 4,2 al cabo de los 10 primeros años.
Lo más curioso, sin embargo, fue descubrir que, por cada aumento de un punto en esta escala de calificación, el riesgo de demencia del participante que lo obtenía disminuía un 6 por ciento. Unos resultados que dan valor a los hábitos saludables, y que en opinión de Rist, «puede ser alentador para las personas saber que tomando medidas como hacer ejercicio durante media hora al día o mantener la tensión arterial bajo control, pueden reducir su riesgo de demencia».