Existen remedios que ayudan a combatir la impotencia causada por una disfunción eréctil, sin pastillas y con bastante práctica y eficacia mostrada a la espalda.
¿Las píldoras azules pueden ayudar a los hombres con problemas sexuales? Sí, ciertamente. Aunque este no es el único remedio existente y plausible contra la disfunción eréctil de los hombres. Abajo les dejamos una lista de seis remedios contra este tipo de impotencia biológica, dispuestos al alcance de cualquiera y basados en diversos revitalizantes naturales.
¿Qué es la disfunción eréctil?
La disfunción eréctil, conocida también en su forma abreviada como ‘DE’, es la incapacidad para conseguir una erección satisfactoria, o una dificultad para mantenerla.
Se trata de un asunto serio que no invita a guasas, aun cuando la población insista en minimizar el asunto con bromas o pullas o motes que solo contribuyen a degradar la problemática, y a que se escondan en el mutismo quienes lo padecen, temerosos de convertirse en el blanco de desdén de la sociedad de su entorno.
La disfunción eréctil existe, empero, agazapada entre la gente y con más afectados de lo que se puede llegar a pensar en un principio. La DE no solo imposibilita una práctica sexual; debilita la autoestima de quien la sufre, e incluso a veces se presenta como un mal colateral de otra dolencia aún peor, como la diabetes u otra patología del corazón.
En función de su duración, existe la disfunción eréctil moderada, presentada de cuando en cuando y a pinchazos; y la completa, que es persistente y afecta al 8 por ciento de los hombres de más de 40 años, tal y como señala en la revista Nature el estudio ‘International Journal of Impotence Research’, agregando entre sus pacientes al 40 por ciento de quienes han cumplido o superan ya la franja de los 60.
Se cree que el índice es mayor, empero, ya que son datos basados únicamente en aquellos que se atreven a confesar su DE en las encuestas y otros estudios analíticos. Para todos estos hombres, las pastillas azules que empezaron a comercializarse allá por 1998 supusieron un rayo de esperanza.
Su elevado precio, empero, sus posibles efectos secundarios e incluso el bochorno que genera en muchos la sola idea de ir a comprarlos y exponerse al descubrimiento social, cohíbe a muchos a la hora de recurrir a ellas. Tanto así que no son pocos quienes optan por buscar otras soluciones a su disfunción eréctil, respuestas abrigadas fuera del amparo de la farmacología.
En semejante contexto, los remedios naturales para impedir la aparición de la flacidez persistente se yerguen como un regalo recibido con los brazos abiertos. Por ello y para demostrar que muchos problemas sí tienen una solución fácil, efectiva y sana, compartimos con ustedes este compendio de reparaciones contra la disfunción eréctil, consejos acuñados directamente por los propios expertos.
1. Aumente su consumo de aceite de oliva
Si al aceite de oliva se lo conoce también como oro líquido es por algo. Aumentar (y mucho) el consumo de esta sustancia establecerá en el organismo una lucha contra la disfunción eréctil.
A decir verdad, lo que realmente ayuda es volcarse en una dieta mediterránea plagada de la ingesta de frutas y verduras y pasta, pues la combinación ha demostrado ya sobradamente que es buena para el corazón. Un órgano vital cuya mala función, expresada en forma de trastornos cardiovasculares, ha revelado esconder empero muchos episodios de la disfunción eréctil, convirtiendo a la ED en el síntoma de una enfermedad, y no en la enfermedad en sí.
Y es que, manteniendo a raya tanto al colesterol como a la tensión arterial, se podrá mejorar la actividad sexual. Según avisa el coordinador nacional del Grupo de Andrología de la Asociación Española de Urología, el doctor Natalio Cruz, la dieta mediterránea es un antídoto contra la ED, porque en el resto de las modalidades alimenticias «la testosterona en la grasa se va a convertir en hormonas femeninas, y el colesterol disminuye el flujo de sangre que llega al pene».
2. Renuncie del todo al cigarrillo y no fume
Sí, definitivamente es cierto que los hombres que fuman se exponen a un mayor riesgo de acabar abocados a una disfunción eréctil, una probabilidad que va in crescendo conforme aumenta el número de cigarros fumados.
Esta es una exposición afirmada en un estudio realizado en 2007 por parte de la Universidad de Tulane, en Luisiana, Estados Unidos, tras analizar entre 2000 y 2001 a más de 7.000 varones en China. En dicho estudio, se señaló que un 22,7 por ciento de los casos de varones del gigante asiático con DE eran atribuibles a su continuo consumo de tabaco.
3. Las ventajas de desplazarse a pie y abandonar la bicicleta
El deporte es un declarado aliado del bienestar físico y, por consiguiente, un enemigo de la disfunción eréctil. ¿A qué se debe? Porque mejora la circulación sanguínea y, con ello, la resistencia y el rendimiento físico de quien lo practique con asiduidad.
«Con ejercicio vamos a conseguir que nuestro árbol vascular esté preparado para llevar sangre a todos los órganos, incluido el pene», en palabras del doctor Cruz.
¿Toda disciplina deportiva es buena? Casi todas. La bicicleta, por ejemplo, no es recomendable para este cometido contra la DE. ¿Y por qué? Debido a que sus sillines «traumatizan el periné, y se dañan las arterias que llevan sangre al pene», o eso subraya Cruz, quien agrega que las bicis incluso «crean esa sensación de adormecimiento en el glande que tienen algunos ciclistas».
4. Asomarse al herbolario es encontrar una mina de interesantes posibilidades contra la disfunción eréctil
La arginina, producto típico de herbolario, es un aminoácido que aumenta el flujo de sangre necesario para que el acto sexual se pueda llevar a cabo, tal y como afirma en uno de sus libros Victoria Dolby Toews, escritora de temas médicos.
Se trata de una sustancia presente en alimentos ricos en proteínas como el pollo, la soja, el arroz integral, las nueces y los lácteos… y en un montón de frasquitos de herbolario.
Tomarse entre dos o cinco gramos de arginina por las noches, ayudará a no acabar con una impotencia, o eso asevera esta experta, quien agrega que es igual de recomendable ingerirlo una hora antes del acto sexual. Asimismo, ciertas plantas poseen efectos afrodisiacos que ayudan a acrecentar el deseo y la potencia.
¿Como cuáles? El yohimbe, por ejemplo; el ginkgo, igualmente, y el ginseng, cómo no. Sus extractos activan el flujo sanguíneo en general, de modo que algunas no son aconsejables para aquellas personas con hipertensión.
5. Nada como relajarse y meditar
El estrés no es bueno en ningún posible caso sanitario; es un ácido que corroe la salud, propiciando la aparición de diferentes trastornos, entre ellos la disfunción eréctil. Si a ello se suma que la impotencia puede (y suele) generar estrés en quien la padece, esto plantea un círculo vicioso del que es difícil salir, tal y como apunta el doctor Cruz.
«El estrés supone una descarga de adrenalina y esta cierra las arterias que llegan al pene; en un estado de estrés nadie puede tener una erección».
¿Solución? Alejarse de la ansiedad. En este sentido, es mejor optar por relajarse, practicar ejercicios de respiración y hacerlos con mucha regularidad, tratando al mismo tiempo de desconectar del trabajo, por un lado, y de relativizar los problemas, por otra parte. ¿Resultado? Un ánimo que con toda probabilidad volverá a nacer, fuerte y pulsante.
6. Hacer el amor
Este consejo es bastante irónico. Porque si la disfunción eréctil impide hacer el amor… ¿cómo se va a recurrir a este acto para dificultar la aparición de la DE? Respuesta: esta es una medida preventiva, no reactiva.
En un estudio realizado en 2008, científicos pertenecientes al Hospital Universitario de Tampere, en Finlandia, demostraron que los hombres que con mayor frecuencia mantienen relaciones sexuales, son menos propensos de acabar padeciendo a la larga el problema de la flacidez del pene. ¿Traducción? Más sexo, menos disfunción eréctil.
Entonces, ¿la disfunción eréctil puede curarse sin medicación?
Absolutamente sí, y sin grandes sacrificios de por medio. Empezando con cuidar la nutrición, mejorar el peso, beber menos alcohol, hacer más deporte, abandonar el tabaco, dormir mejor por las noches y, por supuesto, identificar factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes y el colesterol. Porque la impotencia se puede superar, si uno abraza hábitos más saludables.