Sinónimo de experimentar síntomas duraderos meses después de contraer la enfermedad inicial, el covid persistente sigue revelando riesgos y secuelas en su mal.
Después de constatar que la obesidad aumenta la exposición y empeora la infección del virus SARS-CoV-2, y mientras los enfermos de covid persistente continúan reclamando más estudios y equipos específicos de tratamiento, una nueva investigación científica ha esclarecido que la covid de larga duración multiplica por más de dos el riesgo de acabar desarrollando nuevos síntomas cardiacos, duplicando así y con creces la probabilidad de que el afectado acumule dificultades cardiovasculares.
Así se vincula el Long Covid a las enfermedades del corazón
Cabe aclarar, antes que nada, que dado que aún no existe una definición única de Covid persistente, pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya le ha puesto reconocimiento patológico y significado oficial, los autores del ensayo catalogaron a esta enfermedad como los síntomas que persisten durante al menos cuatro semanas, siendo signos que aparecen al menos dos meses después de la infección inicial por COVID-19.
El estudio, presentado recientemente en la Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología, durante el Congreso Mundial de Cardiología, consiste en una revisión bibliográfica y sistemática, en el que los científicos involucrados realizaron un metaanálisis, basándose para ello en 11 grandes estudios anteriores, en los cuales participaron un total de 5,8 millones de personas. Un trabajo que, en suma, representa el esfuerzo más exhaustivo realizado hasta la fecha en el campo del análisis sobre las complicaciones cardiovasculares derivadas del Covid persistente.
A la vista de sus datos, los investigadores pusieron sobre la mesa pruebas consistentes de que los pacientes con Long Covid eran significativamente más propensas a experimentar síntomas asociados con problemas cardíacos, en comparación con las personas que nunca habían tenido la enfermedad del SARS-CoV-2. Así, síntomas como dificultad para respirar y dolor en el pecho ocupaban los primeros puestos en la lista de probabilidades, junto con fatiga y palpitaciones, amén de revelarse más propensas a presentar marcadores de enfermedad cardíaca o riesgo cardiovascular elevado al realizarse las pruebas de diagnóstico médico y de diagnóstico por imagen.
«La COVID-19 es más que una simple enfermedad respiratoria: es un síndrome que puede afectar al corazón», en palabras de Joanna Lee, autora principal del ensayo y estudiante de medicina de la Universidad Médica David Tvildiani de Tiflis, en Georgia.
Según el parecer de esta facultativa, quien también es becaria del Global Remote Research Scholars Program (GRRSP), «los médicos deben ser conscientes de que pueden existir complicaciones cardiacas e investigar más a fondo si un paciente se queja de estos síntomas, incluso mucho tiempo después de haber contraído COVID-19. En el caso de los pacientes, si han contraído COVID-19 y siguen teniendo dificultades para respirar o algún tipo de problema cardíaco nuevo, deben acudir al médico para que se lo examine».
En este sentido, es preciso aclarar que si bien sí se incluyeron en las muestras a los pacientes con enfermedades cardiovasculares preexistentes, sus síntomas se contabilizaron como complicaciones cardiovasculares motivadas por el Covid persistente cuando estos surgían después de la infección, únicamente.
Durante el trabajo, el grupo de científicos de GRRSP examinó a fondo y sistemáticamente un total de 982 estudios publicados entre 2020 y 2022, tras lo cual seleccionaron 74 ensayos para una revisión aún más íntegra. De esa selección, los investigadores identificaron 11 estudios que incluían datos sobre resultados cardiovasculares, aplicados tanto entre personas aquejadas de Covid persistente o de larga duración, como sobre un grupo de control de participantes que nunca tuvieron Coronavirus. ¿El resultado?
Constatar que, de los más de 5,8 millones de participantes alistados en los 11 estudios, casi 450.000 sufrieron complicaciones cardiacas. Una dificultad que entre los pacientes con Covid persistente, sin ir más lejos, daba una tasa de complicaciones cardiacas que oscilaba entre los 2,3 y 2,5 veces superior a la del grupo de control, curiosamente.
«Los esfuerzos coordinados entre los proveedores de atención primaria, el personal de urgencias y los cardiólogos podrían contribuir a la detección precoz y la mitigación de las complicaciones cardiacas entre los pacientes con COVID prolongado», o así lo afirmó Joanna Lee.
Cuando la inflamación crónica da alas al covid persistente
Ahora bien; aunque la investigación no indagó en los posibles mecanismos biológicos que podrían estar implicados en la asociación entre el covid persistente y las complicaciones cardiacas, los científicos del trabajo aseguran que la inflamación crónica, documentada por cierto mediante marcadores inflamatorios persistentemente elevados en personas con Coronavirus de larga duración, podría ser un factor en esta asociación virus SARS-CoV-2 versus cardiopatías.
De hecho y tal y como detallan entre las conclusiones del ensayo, había un alto nivel de variabilidad entre los estudios, al menos en términos de población y métodos de recopilación de datos, y era un factor que acabó limitando la capacidad de extraer conclusiones definitivas. Una limitación habitual en los estudios relacionados con el coronavirus, dicho sea de paso, visto la falta de datos a largo plazo, ciertamente.
Por ahora, sin embargo, los investigadores tienen previsto elevar su estudio a otro nivel y realizar nuevos análisis, a fin de determinar si las personas con enfermedades cardiovasculares preexistentes pueden sufrir riesgos cardiovasculares diferentes relacionados con el Covid persistente, al menos en comparación con la población general, se entiende.