Covid persistente: cuando la obesidad aumenta la exposición y empeora la infección

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Si la covid persistente es esa enfermedad que prolonga los síntomas del SARS-CoV-2 tras la infección inicial, la obesidad potencia sus riesgos.

Tras evidenciar que el exceso de peso puede llegar a complicar la respiración, afectando directamente a la respuesta inmunitaria del organismo, un nuevo metaanálisis, realizado en Reino Unido y compuesto de más de 30.000 adultos procedentes de nueve grandes estudios de cohortes prospectivos, asegura que la obesidad está vinculada a un riesgo excesivo de infección por coronavirus y covid persistente. Esto es debido al índice de masa corporal elevado (IMC) que estos pacientes tienden a acumular, es decir, niveles altos de azúcar en sangre, básicamente.

Cuando la obesidad y el sobrepeso abren las compuertas de la covid persistente

El estudio, que viene a ratificar que la obesidad conlleva un mayor riesgo de covid persistente, no ha sido publicado todavía en ninguna revista científica, aunque sí ha sido presentado en un reciente congreso; más exactamente durante la Reunión Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD, por sus siglas en inglés), celebrado en esta ocasión en Estocolmo, Suecia.

Si de por sí la obesidad dispara el riesgo de hospitalización o ingreso en una unidad de cuidados intensivos para los pacientes con Coronavirus, en opinión de diversos estudios, la nueva investigación, liderada por cierto por Anika Knuppel, doctora del University College de Londres, en la Unidad del MRC para la Salud y el Envejecimiento a lo Largo de la Vida, se enfoca en ratificar que la obesidad y la diabetes son dos factores de riesgo para pillar esta infección que ha hecho pandemia a nivel mundial.

«Al principio de la pandemia, las investigaciones identificaron la diabetes y la obesidad como factores de riesgo para enfermar gravemente de covid-19», tal y como recordó la doctora Knuppel. «Y sabemos que muchas personas que padecen diabetes de tipo 2 también tienen exceso de peso. Nuestros primeros resultados apoyan la idea de que los mecanismos relacionados con la obesidad pueden ser los responsables del exceso de riesgo de contraer la COVID-19 asociado a la diabetes, en lugar de los niveles elevados de azúcar en sangre per se».

No obstante, aunque estudios anteriores mostraron que los aquejados de obesidad y diabetes reúnen más probabilidades de enfermar gravemente y morir al contraer el Coronavirus, no pudieron evidenciar que este colectivo tiene más posibilidades de contraer en sí la infección. Y es precisamente en este vacío de demostración científica en lo que viene a focalizarse el presente trabajo, a decir verdad, basándose en el hecho de que los mecanismos subyacentes en el Lon Covid siguen sin estar claros, admitiendo asimismo que lo mismo ocurre con el papel de éste en los síntomas prolongados de la enfermedad.

A fin de ahondar más en este campo, los investigadores buscaron el factor común de una serie de características clínicas medidas antes de la pandemia (realizadas entre 2002 y 2019), desde el nivel medio de azúcar en sangre, por ejemplo, hasta el tipo de diabetes detectada, pasando por la relación cintura-cadera (RCC), el IMC, y la infección por covid-19 autodeclarada y el covid prolongado, rastreado en nueve estudios de cohortes en curso.

Unos análisis aplicados a un grupo de personas donde el 57 por ciento eran mujeres, con edades comprendidas entre los 19 y los 75 años que, además, incluyeron otras mediciones como el perímetro de la cintura y la cadera, el peso y la altura, y la información de los cuestionarios sobre salud y estilo de vida, debiendo completar asimismo al menos un cuestionario durante la pandemia, entre los meses de mayo de 2020 a septiembre de 2021, respondiendo a preguntas sobre su Coronavirus vivido y sobre la duración de sus síntomas en curso.

Unas asociaciones en precaria evidencia

Cabe aclarar, en este sentido, que las asociaciones utilizadas en la investigación se ajustaron a veces por sexo y edad, etnia y educación, tabaquismo e ingresos. Así, 5.806 del total de 31.252 adultos participantes declararon haber tenido alguna vez covid-19, mientras que 584 declararon haber sufrido covid persistente, informando su infección tras basarse en una prueba positiva o sencillamente en una fuerte sospecha.

Según los resultados observados, 4.243 de estos participantes con obesidad o sobrepeso mostraron tener un 20 por ciento mayor de riesgo por cada aumento de 5 kg/m2 en el IMC, lo que significa un 20 y un 36 por ciento más de probabilidades de padecer Long Covid, respectivamente. Con todo, y debido a que las asociaciones con las categorías de IMC no fueron estadísticamente significativas, «no podemos estar seguros de que no se deban al azar», tal y como reconocieron los propios autores del trabajo, y más cuando los análisis que investigaron la asociación con el IMC ni siquiera fueron concluyentes.

«Nuestros primeros resultados sugieren una relación de la adiposidad con la infección por COVID-19 y la COVID-19 larga, incluso después de tener en cuenta los factores sociodemográficos y el tabaquismo», indicó a tal respecto la doctora Knuppel.

«Tenemos que seguir explorando qué hace que las personas con sobrepeso y obesidad corran el riesgo de sufrir peores resultados y cómo se relaciona esto con los casos graves».

De hecho, los científicos involucrados en este trabajo reconocieron, durante la presentación de este, que el estudio fue más bien observacional, por lo que no puede probar que un mayor IMC aumente el riesgo de infección por covid-19; lo que a su vez también significa que no pueden descartar la posibilidad de que otros datos faltantes u otros factores no medidos en la investigación puedan haber afectado los resultados obtenidos.

A esta admisión sobre los puntos flacos del trabajo se suma asimismo que las mediciones clínicas realizadas antes de la pandemia podrían estar desfasadas en algunos de los estudios incluidos, el no haber basado todos los diagnósticos participantes de covid-19 en una prueba positiva, y el propio hecho de que los participantes estaban más sanos que la población general, limitando así las conclusiones que puedan extraerse.

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