El franquismo, con poco tino, limitó los incrementos de los alquileres, través de la Ley de Arrendamientos Urbanos. Con ello se consiguió la degradación de los inmuebles en alquiler, ya que los propietarios perdían capacidad de inversión al no generar ingresos que les permitiera mantenerlos. Finalmente acabaron malvendiendo a los inquilinos o a los denostados fondos de inversión.
Nuestro gobierno socialista, está haciendo exactamente lo mismo. Con lo que conseguirán que los únicos propietarios que puedan poner pisos en alquiler sean los fondos buitre, ya que los particulares desaparecerán de ese mercado, por indefensión. Los contratos serán todos de cortísimo plazo, para perjuicio de los inquilinos con menor poder adquisitivo.
Fernando López Clarós
Barcelona, 31.03.23