Reconocido por sus cuatro serotipos y por la infección vírica que todos ellos transmiten, el dengue o DENV puede llegar a sufrirse hasta cuatro veces en la vida.
Como cada 26 de agosto, el panorama global conmemora el Día Internacional del Dengue, a fin de impulsar acciones de control y prevención, y sembrar una mayor conciencia para la prevención y tratamiento de esta patología tan altamente contagiosa que, con razón, ocupa un puesto predominante en la lista de afecciones que más amenazan la salud pública mundial.
Pero ¿qué es el dengue y cómo se propaga?
Transmitida de vectores a humanos a través del mosquito aedes aegypti, principalmente, y del mosquito aedes albopicus, en menor medida, el dengue es una enfermedad considerada endémica en más de 100 países, prevaleciendo especialmente en los sectores más vulnerables, tras haberse detectado por primera vez en los años cincuenta del siglo XX, durante una epidemia desatada en Filipinas y Tailandia.
Hablamos de insectos que, al estar infectados de uno de los cuatro serotipos del virus, causan infecciones asintomáticas, generalmente, o de curso leve a moderado, manifestando señales muy similares a las de la gripe. ¿La diferencia más notoria? Que en algunos casos puede llegar a ser muy grave, presentando complicaciones que empiezan en algo severo y terminan arriesgando la vida de quien la sufre.
¿Quiénes pueden contagiarse del dengue?
Todo el mundo, en realidad. De hecho, ¿sabía que en torno a 500 millones de personas de América del Norte, Central y Sur están actualmente en riesgo potencial de contraer la enfermedad?
O así lo advierten desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), quienes también han informado de que la presencia del virus predomina especialmente en el continente americano y asiático, aunque la incidencia de esta infección se ha multiplicado hasta 30 veces en los últimos 50 años.
Tanto es así que, actualmente, la mitad de la población mundial se encuentra expuesta a la infección del dengue, registrándose unos 390 millones de contagios al año, repartidos por todo el planeta entre 96 millones con manifestación clínica evidente, 500 mil hospitalizaciones, y unos 20 mil fallecimientos en total.
En este sentido, cabe aclarar que tanto los niños pequeños como las personas mayores se encuentran entre los grupos con mayor papeletas para acabar desarrollando complicaciones tras el contagio inicial de alguno de los cuatro serotipos del virus del dengue, más si viven en ambientes que facilitan la cría del mosquito transmisor.
Por su parte, la fiebre, las náuseas y los vómitos son las huellas que más comúnmente componen el rastro de manifestaciones de este virus, junto a la aparición de sarpullidos o erupciones en la piel, molestia muscular y en las articulaciones, dolor de cabeza intenso y dolor detrás de los ojos.
Pero cuando la enfermedad evoluciona a una situación clínica mucho más complicada, estos signos dan paso al llamado dengue grave, desatando en los pacientes manifestaciones más preocupantes, desde fiebre alta incapacitante, hasta dificultad para respirar, pasando por un sangrado alarmante de los órganos internos y por graves complicaciones en tales partes del cuerpo, para al final desembocar en la muerte.
La enfermedad del dengue, empero, se puede prevenir
¿De qué manera? Eliminando todos los reservorios de agua, para empezar, ya que representan un criadero acuático de larvas, el patio de juegos que este tipo de moscas utiliza para depositar sus huevos y multiplicarse, por poca cantidad de agua que haya de por medio; razón por la que es preciso además incorporar mejorías en la salud ambiental, para así acondicionar las bases de una vida saludable.
Otras medidas como remediar suelos, sanear predios e instalar mosquiteros en buen estado pueden ayudar a protegerse aún más de las picaduras de estos insectos, igual que recurrir a los productos repelentes y vestir ropas que tapen brazos y piernas. E igual de importante es deshacerse de esos objetos en desuso que llevan tiempo criando polvo en casa, ya que es el lugar predilecto de los mosquitos para reproducirse.
Y pese a que no hay tratamiento específico de cara al dengue o el dengue grave, siendo la detección precoz, el acceso a atención médica adecuada y la adopción de eficaces medidas antivectoriales las mejores barreras de contención para reducir las tasas de letalidad de esta infección en su formato más severo a menos del 1 por ciento, la vacuna constituye toda una novedad en este campo de lucha.
Se trata de un fármaco atascado en la última etapa de aprobación por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (AEM o EMA, por sus siglas en español e inglés, respectivamente), pendiente aún de aprobación por parte de otras autoridades externas a la Unión europea, incluyendo los organismos sanitarios de muchos países con dengue endémico, siendo la solicitud de legitimación de Estados Unidos la más avanzada de todas.