Cuando se creó la armadura institucional democrática de España y de las generosas normas que rigen sus autonomías, los legisladores poco podían imaginar que debían prever tanta deslealtad de los distintos gobiernos.
Resulta increíble que algunos políticos se hayan dedicado a romper sistemática y obstinadamente las costuras de ese complejo entramado legislativo, llevado a cabo por los que fueron enemigos reales de trinchera, confrontados con armas en una guerra civil. Y no adversarios de salón como los actuales.
En Cataluña ha sido aún más persistente el intento de saltarse la ley y la esencia de su espíritu, rompiendo la convivencia lograda con tanto esfuerzo de políticos leales, que ahora añoramos una gran mayoría.
Señores políticos: den ejemplo y ocúpense de coser tanto descosido y recuperen la lealtad. Esta que es la virtud más importante a que están obligados para el bien de nuestro pueblo. No intenten seguir tapando sus vergüenzas utilizando las instituciones democráticas.
Fernando López Clarós
Barcelona, 10.07.22