El riñón es uno de los órganos más vitales del ser humano, al encargarse de depurar y mantener limpia la sangre. Pero ¿qué ocurre cuando surge la enfermedad?
Desde el 2006 se lleva celebrando a nivel mundial el Día Internacional del Riñón, en igualdad de condiciones para toda sociedad, y a instancias de la Federación Internacional de Fundaciones Renales (IFKF) y la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN).
Por ello, especialistas y organizaciones en el campo de la Nefrología sanitaria se visten hoy de rojo para reclamar más concienciación social global, expresar la importancia de atender la salud renal, para enfatizar en la necesidad de poner en marcha mecanismos para prevenir su enfermedad, y desarrollar acciones para retrasar su evolución.
¿Cuáles son los problemas que ocasiona un mal funcionamiento en los riñones?
Hablamos de una enfermedad renal crónica (ERC) que tiene a más del 10 por ciento de la población mundial entre sus afectados, aun cuando un alto porcentaje de ellos lo desconocen. Se trata de una patología que exige diálisis y trasplante renal, a fin de enlentecer la progresión hacia fases más avanzadas y tener una oportunidad de seguir adelante, viviendo.
Y es que cuando los riñones fallan, surgen los problemas. Con razón, si se tiene en cuenta que estos órganos hacen de depuradora y filtro en el organismo, un conducto por el que se eliminan todas las toxinas que o bien ha producido el propio cuerpo o bien se han ingerido.
¿Cómo lo hace? A través de la orina. ¿El problema? Que, si dicho filtro no funciona o lo hace mal, las toxinas se quedan en la sangre y desatan una serie de efectos dañinos para la salud, desde anemia hasta una pérdida de la fortaleza ósea, pasando por infartos de miocardio e incluso accidentes cerebro vasculares.
Resulta muy sencillo detectar precozmente cuando un riñón o los dos no funcionan bien, lo que en cierta forma es un alivio, ya que eso empuja a tomar cartas en el asunto. Con un simple análisis en sangre y una muestra de orina, los médicos pueden traducir la presencia y nivel de la creatinina, la urea, el sedimento y la albumina como pruebas inequívocas de alteraciones en el organismo, descartando previamente ciertas causas transitorias.
Vigilar y controlar continuamente la tensión arterial, la diabetes y el colesterol resulta vital a la hora de proteger la función renal, acciones muy eficaces a las que también se suma el no fumar, el bajar de peso y el mantener una dieta apropiada y saludable, pues brindan una opción para contener la evolución de la enfermedad.
¿Qué supone convivir con esta patología?
Si tener una enfermedad es una mala noticia en sí, recibir un diagnóstico de problema renal en el riñón es un gran desafío que conlleva estar ligado a pruebas médicas, análisis periódicos, cuidados en la dieta, cambios en los hábitos de vida… etc.
Mas ello no significa que los pacientes con esta afección están abocados a renunciar a llevar una vida normal. Sí, el reto mayor es poder compaginar las consultas y todos los demás cambios con el trabajo y el resto de las actividades cotidianas, cierto; pero se puede vivir bien con la enfermedad.
Hay afecciones físicas que no se pueden evitar, véase la fatiga y el dolor, la depresión y el deterioro cognitivo, dificultades de sueño y problemas gastrointestinales… pero ellas derivan tanto de la propia enfermedad como de su tratamiento.
Sin embargo, es un hecho que los enfermos del riñón pueden preservar su rol familiar, laboral y social, efectuando apenas unas variaciones en el proceso. Participando activamente en la toma de decisiones vinculadas a su enfermedad, las personas con problemas de riñón no solo pueden mejorar sus resultados clínicos; también pueden abrazar su normalidad anterior y un relativo bienestar, gracias a controlar su salud y a un enfoque directo sobre sus propias fortalezas.
¿Por qué es importante esa fecha conmemorativa del riñón?
El Día Mundial del Riñón demanda, en suma, menos discriminación social y económica entre los pacientes de este rango, ya que ello dificulta su acceso a los tratamientos; pero la fecha también exige más políticas de apoyo, iniciativas que fomenten el empoderamiento del paciente, medidas que respalden su resiliencia, cambios de paradigma y más y mejores formas de atención y de comunicación social.
Después de todo, solo hay que recordar que esta enfermedad en el riñón es una lotería que en cualquier momento puede tocarle a cualquiera, a la vista del 3,5 por ciento de su crecimiento anual; lo que significa que la fecha invita a pensar cómo a uno le gustaría vivir en esa situación… y empezar a colaborar en esa mejora planteada.