Día Mundial frente al melanoma: la importancia de cuidar la piel

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The doctor's gloved hands point through a magnifying glass at the birthmark on the woman's shoulder. The concept of moles and skin cancer.

En la lucha constante frente al cáncer, el melanoma es una batalla que se declara cuando el tumor se origina en los melanocitos, bien sea maligno o cutáneo.

El melanoma es un tipo de cáncer de piel cuya visibilidad mediática, conciencia social y relevancia médica celebra hoy su Día Mundial, subrayando así la necesidad de conocerlo mejor para empezar a vencerlo de verdad. Una efeméride que busca desterrar los mitos y leyendas que giran en torno a esta patología, y poner en bandeja de conocimiento internacional sus signos y causas y tratamientos.

¿Qué es el melanoma?

Se trata de un tipo de cáncer de piel que se origina cuando los melanocitos, las células que dan a la piel su color bronceado o marrón, comienzan a crecer descontroladamente. En otras palabras, mientras los melanocitos se encargan de producir el pigmento que da tonalidad a la piel, protegiendo así las capas más profundas de la piel contra los efectos nocivos del sol, un fallo en estas células puede desembocar en el propio melanoma.

Por ello se dice que el melanoma se origina en los melanocitos, pudiendo presentarse como un cáncer de melanoma maligno o uno de melanoma cutáneo, surgiendo cuando buena parte de las células del melanoma continúan produciendo melanina, generando tumores negros o color café, usualmente, luciendo a veces blanco, pálido o rosado.

Hablar de melanoma es aludir a un tumor de piel muy presente en la sociedad, pese a que otros cancerígenos le superan a nivel de incidencia. Lo que muchos ignoran es que esta enfermedad es bastante más agresiva que otras englobadas en la categoría del cáncer, debido sobre todo a su mayor probabilidad de originar metástasis, tal y como señaló la Sociedad Española de oncología Médica en su Informe SEOM 2022.

¿Qué quiere decir esto? Que, si no se descubre y se trata a tiempo, el melanoma puede convertirse en un peligro para la vida; una amenaza fuera de control propiciada por su nociva expansión al resto del cuerpo.

Cabe señalar, en este sentido, que el melanoma suele desarrollarse en cualquier parte de la piel, siendo más habitual en las piernas, en el caso de las mujeres, y en el pecho o espalda u otra zona del tronco, en el caso de los hombres. Otros sitios también comunes son el cuello y los hombros, las palmas de las manos, debajo de las uñas o en las plantas de los pies. Menos comunes (aunque no por ello imposibles) es el melanoma en ojos, boca, genitales y el área anal.

¿Se puede prevenir el melanoma?

Actualmente no existe cáncer sensible a la prevención, y el melanoma no es la excepción; ahora bien, lo que sí se puede conseguir es disminuir el riesgo de padecerla, y he ahí la esencia que todas las entidades sanitarias lanzan acerca de esta enfermedad.

Combatir el melanoma implica apostar por la fotoprotección, incidir en el autoexamen, enfatizar el cuidado de la piel y priorizar en el control dermatológico. Y es que la constante exposición a la radiación ultravioleta (UV) que tiende a derramar el sol representa por sí sola la principal causa de la aparición de este cancerígeno, igual que hacer un uso abusivo e inadecuado de otras fuentes artificiales.

Así, el melanoma es un tumor cuyo riesgo se ve propiciado por otros factores como el acumular un historial de quemaduras solares, mostrar una piel muy clara, reunir muchos lunares en el cuerpo o tener lunares inusuales, vivir en regiones cercanas al ecuador o en zonas más elevadas, latitudinalmente hablando, y presentar un sistema inmunitario debilitado.

¿Cómo se puede intentar reducir el riesgo de padecer melanoma?

Según este conglomerado especializado en cáncer, lo primero es evitar el sol durante el mediodía, usar protector solar siempre, no importa si es invierno o verano, embutirse en ropa de protección, no consumir las camas y lámparas de bronceado. Y, cómo no, acudir al dermatólogo si uno percibe una lesión preocupante en alguna parte de la piel.

E igual de importante es conocer el tipo de piel que uno tiene, y así notar enseguida cualquier tipo de cambio. Y es que curar este cáncer no es imposible, si bien la probabilidad de conseguirlo va muy ligada a si se detecta a tiempo o no; después de todo, una detección a tiempo implica un diagnóstico temprano y una respuesta médica precoz.

De esta forma, es primordial señalar que cualquier lunar o llaga o marca, cualquier protuberancia o imperfección o cambio inusual en el aspecto o la sensación de un área de la piel, representan una advertencia o las señales principales de que se está produciendo un melanoma u otro tipo de cáncer de piel en el organismo.

Así, aunque tener lunar es absolutamente común y normal y hasta inofensivo, es importante verificar que no haya aparecido uno nuevo; y mantener vigilados a los que ya están; ¿cómo? Comprobando que su tamaño, color, forma o textura no han cambiado, pues ello puede sugerir un melanoma en desarrollo.

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