La diabetes es un plato con regusto a escasa salud física. Una enfermedad que a veces le abre las puertas a las enfermedades cardíacas, desafortunadamente.
La diabetes empieza en el tipo 1. Se trata de una enfermedad que tiene la peculiaridad patológica de causar que los niveles de azúcar que dan glucosa a la sangre permanezcan en niveles muy altos, debido a que el cuerpo no produce insulina, precisamente la hormona que ayuda a que la glucosa, proveniente de los alimentos que se consumen al alimentarse, vaya a parar directamente a las células; lo que les subministra una energía que más tarde retribuye al organismo.
Una exposición a las enfermedades cardíacas
Ahora bien; según un nuevo estudio publicado en la revista especializada ‘Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism’, perteneciente a la Asociación Estadounidense de Endocrinología Clínica ( AACE, por sus siglas en inglés), las personas que padecen simultáneamente tanto de una diabetes tipo 2 como de deterioro cognitivo podrían tener un mayor riesgo de sufrir alguna de las manifestaciones patológicas de las enfermedades cardíacas.
¿Como cuáles? Un accidente cerebrovascular, por ejemplo, un ataque cardíaco, mismamente, e incluso la muerte, directamente; más aún si se compara su índice de exposición con el riesgo que afrontan otros diabéticos.
«Nuestro estudio descubrió que las puntuaciones bajas en las pruebas cognitivas predecían la enfermedad cardíaca en personas con diabetes y otros factores de riesgo cardíaco», explicó al respecto de los resultados de la investigación Hertzel C. Gerstein, coautor del trabajo e investigador de la Universidad McMaster, ubicada en Canadá.
Cabe aclarar, en este punto, que el deterioro cognitivo es otra condición clínica que se produce cuando una persona tiene problemas para concentrarse, recordar, aprender cosas nuevas o tomar decisiones que afectan a su día a día. Hablamos de una enfermedad cuya curva de seriedad va en incremento, de leve a grave, especialmente cuando viene asociada con el Alzheimer, la diabetes, el Covid-19, los accidentes cerebrovasculares e incluso las enfermedades cardíacas.
«Aunque la explicación de esto sigue sin estar clara, deberían ofrecerse a estos pacientes medicamentos para el corazón de eficacia probada para reducir su riesgo futuro de sufrir un infarto o un ictus», observó Gerstein.
Es más, el equipo de científicos evaluó la relación existente entre la función cognitiva y los futuros eventos cardiovasculares. Para ello, contó con 8.772 personas con diabetes tipo 2, participantes todos ellos del ensayo REWIND, a los que sometieron a más de cinco años ininterrumpidos de seguimiento.
Fue así como descubrieron que aquellos participantes que contabilizaban el nivel más bajo de función cognitiva de entre todos los colaboradores del ensayo, tenían un mayor riesgo de acabar sufriendo un ataque al corazón y/o un ictus, en comparación al menos con las que tenían niveles más altos de función cognitiva.
¿Qué nuevos datos arroja este ensayo?
La investigación constata, para ser exactos, que los pacientes con deterioro cognitivo grave se enfrentaban a una probabilidad mayor de sufrir eventos cardiovasculares adversos importantes, hasta 1,6 veces más; amén de acumular una probabilidad de 1,8 veces más en lo que respecta a padecer un ictus o, peor, morir, algo que resalta de sobremanera al compararlos con los datos demostrados por las personas sin deterioro cognitivo.
Son resultados que, en suma, sugieren que la función cognitiva podría predecir a futuro el riesgo de acumular una o más enfermedades cardíacas en el organismo de una persona.