El doctor Hermida es un hombre riguroso. Quedamos para hablar acerca de las enfermedades de los chicos y muestra —con toda la precisión posible— qué es y qué supone ir a visitar a un urólogo; ellos y ellas, porque no olvidemos que podemos vernos afectados con cualquiera de las enfermedades que arrastran los pacientes que él trata. Una revisión a tiempo a cierta edad —recalca— es necesaria.
Prensa Social: Dr. Juan Hermida, usted es especialista en Urología, adjunto al hospital Clínico San Carlos y jefe de Urología del Hospital Universitario Madrid Torrelodones.
Hablar de salud cuando nos referimos a los varones es saber cuándo debe acudir un hombre al urólogo y por qué.
J.H.: A cualquier edad se debe ir al urólogo cuando se tenga algún síntoma que esté relacionado con el aparato genitourinario, pero si es para prevenir el cáncer de próstata, debe ir a partir de los 40 años si hay antecedentes familiares de cáncer de próstata, y si no se tienen antecedentes, se debe acudir a partir de los 50 años una vez al año a revisión.
P.S.: Para que todos los hombres se queden tranquilos, ¿qué hace un urólogo cuando inspecciona a un varón? ¿Es doloroso?
J.H.: La inspección es por el tacto rectal que es una parte más de la exploración física, que no tiene por qué ser dolorosa. Existen circunstancias especiales por las cuales la exploración puede ser molesta (una hemorroide trombosada, una fisura) y todos somos delicados a la hora de explorar pero eso no quita que si se tiene una patología anorrectal pueda ser molesta.
P.S.: Se habla mucho de la PSA, ¿qué es?
J.H.: El PSA (Antígeno Prostatico Específico) es una proteína que produce la próstata que para lo único que sirve es para el semen sea menos espeso y que los espermatozoides asciendan mejor en el momento de la fecundación, pero se utiliza fundamentalmente como un marcador tumoral. Que esté elevado no significa que se tenga un tumor porque no es específico del cáncer de próstata, pero sí de la próstata y puede haber circunstancias que no habiendo cáncer pueda estar elevado. Tenemos que verlo en el contexto global del paciente y con las demás herramientas de las que disponemos, ya no solo el PSA total que va unido a proteína sino el PSA libre que es una fracción del PSA y nos ayuda a discenir a qué pacientes es necesario o no una biopsia de próstata. Y luego lo que es importante es cuando si se ha diagnosticado un cáncer.
P.S.: ¿En qué casos se realiza una biopsia? ¿Duele?
J.H.: Se realiza ante el PSA elevado y hay criterios de sospecha de un cáncer de próstata o en caso de que el tacto rectal sea sospechoso. Hay cánceres que en los que puede haber un nódulo palpable y está indicado hacer una biopsia aunque el PSA sea normal. Se hacen todas bajo sedación.

P.S.: ¿Qué es el 4K Score o histoscanning?
J.H.: Son instrumentos que ayudan al diagnóstico del cáncer de próstata que ayudan a valorar zonas sospechosas en el caso de que la ecografía haya sido normal.
P.S.: ¿Cuáles son los principales avances que se han producido en el diagnóstico del cáncer de próstata?
J.H.: Son muchos y cada día se producen más, pero últimamente el mayor es la biopsia fusión. Como técnica de imagen se utiliza la resonancia magnética multiparamétrica en la cual se ven zonas sospechosas de cáncer de próstata y con un software específico se fusionan las imágenes con la ecografía y se biopsian esas zonas y el resto de la glándula.
P.S.: Respecto a la intervención si tenemos un tumor prostático, ¿qué hay de cierto en la tesis de la impotencia que procura al varón, es una leyenda urbana?
Del cáncer de próstata cada vez tenemos más información de él antes de intervenir, apoyados en distntos aspectos histológicos y de laboratorio, así como de imagen, (número de cilindros afectados, el Gleason Score, las imágenes de la resonancia magnética) todo esto nos sirve para hacer el planteamiento quirúrgico. Hay pacientes en los cuales podemos hacer una cirugía que preserve los haces neurovasculares que pasan pegados a la próstata y que son responsables de la erección, y si podemos ser conservadores, separamos los haces de la glándula e intentamos preservar la función sexual y además, la continencia urinaria. No todos los pacientes que se operan tienen que quedar impotentes, ni todos, potentes.
P.S.: Díganos qué diferencias existen entre la electroporación, la crioterapia, el HIFU, etcétera.
J.H.: Son alternativas al tratamiento del cáncer de próstata, ninguna de ellas, a día de hoy aprobadas en guías clínicas no se contemplan como definitivas sino como ensayos clínicas.
P.S.: ¿En qué casos se decide que se debe practicar la prostatectomía radical de la radioterapia?
J.H.: Esta es la pregunta del millón. En un paciente que es candidato a prostatectomía radical, también puede ser para la radioterapia ya que ambas son alternativas con fin curativo. Por edad o comorbilidades una cirugía puede ser demasiado tratamiento y sobre todo en pacientes que no quieren perder la continencia urinaria, son candidatos a la radioterapia. En algunos casos recurrimos a tratamientos multidisciplinares, que dependerá del el resultado histológico, si el PSA no baja etc.. A veces con la cirugía no es suficiente, y lo complementamos con radioterapia.
P.S.: ¿Qué tipo de abordajes practica su equipo?
J.H.: En nuestro equipo habitualmente hacemos prostatectomía radical laparoscópica o robótica; la abierta no la realizamos salvo que tenga una contraindicación para la laparoscopia. La robótica tiene mayor precisión porque se trabaja en 3 dimensiones, no hay cansancio ni temblor.
P.S.: ¿En qué momento un varón debe alertarse?
J.H.: Ante la presencia de cualquier síntoma y en cualquier caso cuando haya un sangrado (hematuria) en la orina que puede ser un tumor en el riñón o vejiga tanto hombres como mujeres. Y también síntomas relacionados con la micción.
P.S.: En cuanto a los implantes peneanos, ¿usted los recomienda y en qué casos?
J.H.: Los implantes peneanos, las prótesis para la disfunción eréctil son la solución definitiva y es la alternativa ante la no respuesta a fármacos orales y/o terapias de inyección cavernosa o uretral.
P.S.: En cuanto a los implantes peneanos, ¿usted los recomienda y en qué casos?
J.H.: Los implantes peneanos, las prótesis para la disfunción eréctil son la solución definitiva y es la alternativa ante la no respuesta a fármacos orales y/o terapias de inyección cavernosa o uretral.
P.S.: Se habla mucho de la menopausia en la mujer pero realmente al varón se le informa poco y no acude a revisiones cuando llega a cierta edad. ¿Por qué sigue siendo así?
J.H.: Todavía en España tenemos esa cultura de cierta vergüenza y lo que hace es que el paciente llega tarde. Se debe evitar hoy en día. Acudir al urólogo a partir de los 50 años debe ser normal.
P.S.: ¿Qué ofrece el programa de cirugía reconstructiva y funcional genitourinaria masculina?
J.H.: Abarca varios aspectos: por un lado, abarca la morfología y la funcionalidad del pene y por otro lado, la uretra y las enfermedades y estrecheces que hacen que no se orine bien.
P.S.: Corren ríos de tinta acerca del alargamiento del pene. ¿Esto existe, se debe hacer?
J.H.: Se puede hacer, sí, se debe hacer, depende. El pene tiene la longitud que tiene. Con la edad, aparece el síndrome metabólico, depositándose grasa en el abdomen y en la zona prepúbica, y puede parecer que el pene es más corto, pero no es cierto. La longitud no varía. El tejido peneano es el que tiene cada uno. Existen cirugías en la que puede acortarse el pene, como en la corrección de las incurvaciones.
P.S.: Hablamos de varios fármacos tipo Cialis, Viagra etc. ¿Qué quiere transmitirles a nuestros lectores para que lo tengan claro?
J.H.: Se pautan para la disfunción eréctil. Son fármacos que tienen un perfil de seguridad amplio y la única contraindicación que tienen es que no pueden tomarse con el uso con vasodilatadores cardíacos (nitroglicerina sublingual). Se hace una valoración cardiológica e incluso en pacientes con by-passes coronarios se pueden utilizar siempre y cuando no utilicen fármacos que contienen nitroglicerina.
Es importante saber que no todos los pacientes pueden responder a estos fármacos. La disfunción eréctil es un problema vascular, la ateroesclerosis afecta a todos los vasos e igual que afecta al corazón y produce un infarto, o tenemos un accidente cerebrovascular puede ser una alerta de otro tipo de enfermedades y tenemos que decírselo a nuestro médico.
P.S.: ¿Cómo se aborda la incontinencia urinaria en el varón?
J.H.: Eso es complejo. Depende del tipo de incontinencia. Algunos se asocian a los síntomas de la hiperplasia benigna de próstata, el llamado «síntoma de llenado» que afecta a pacientes que tienen urgencia y a los que se les escapa algunas gotas porque no llegan al baño. Esa se puede tratar con fármacos y si se puede tratar con cirugía, es la indicación. Por otro lado está la incontinencia tras tratamientos quirúrgicos de hiperplasia o cáncer. Ahí la cosa cambia: no es un problema de función vesical sino mecánica y esfinteriana. Pueden necesitar la colocación de dispositivos con mallas que ayuden a recolocar el esfinter e incluso poner uno artificial.
P.S.: Vamos a cambiar de tercio. Veamos otras patologías que puede sufrir el varón en el aparato genitourinario. ¿Cuándo se forman piedras en el aparato urinario?
J.H.: En esta pregunta vamos a hablar de igualdad. Hablamos de hombres y mujeres. Es más frecuente en varones pero no mucho más. Existen piedras que se forman en el riñón por alteración metabólica, anatómica, que hace que exista una predisposición a formar piedras, (tanto en hombres como en mujeres), pero en varones si ademas existe un mal vaciado de la veiga puede hacer que se formen piedras en la propia vejiga.
P.S.: ¿Cuándo debe alarmarse un varón si no tiene deseo sexual? ¿Es cierto que la edad condiciona esta situación o es una leyenda urbana?
J.H.: Cuando esa falta de deseo le produzca problemas de salud mental o de pareja es cuando debe acudir al médico, sí es importante. La edad condiciona porque en la senectud hay una serie de cambios fisiológicos que hacen que el deseo sexual y la capacidad de respuesta al estímulo sexual se vea afectada.
P.S.: ¿Es posible la telemedicina en esta especialidad?
J.H.: Con la pandemia hemos aprendido mucho y hemos aprendido que en determinadas patologías sobrecargamos las consultas y que no hace falta hacer un seguimiento tan estricto en consulta, como por ejemplo un tratamiento farmacológico para la incontinencia. En todas las especialidades tiene ventajas e inconvenientes. En tratamientos y dar resultados y comentarlos, es óptimo y aporta mucho.
P.S.: ¿Qué consejos les da a nuestros lectores varones llegados a los 50 años?
J.H.: Si no hay antecedentes familiares directos, una visita anual al urólogo y entre los 50 y 60, si el PSA está por debajo de uno, cada dos años. Si se tienen antecedentes familiares a partir de los 40.
P.S.: ¿Y a las personas mayores, en situación de dependencia o con discapacidad?
J.H.: A estos pacientes polimedicados yo les aconsejaría que si tienen un control bueno de sus síntomas —con la menor medicación posible— es como mejor van a vivir.
P.S.: Muchas gracias, doctor Hermida. Ha sido un honor y un placer poder conversar con un médico tan comprometido.