El cáncer de mama metastásico recibirá inmunoterapia personalizada

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El cáncer de mama metastásico causa la muerte de 6.000 mujeres cada año, aproximadamente, afectadas cuya edad oscila entre los 35 y los 55 años.

Así es. La inmunoterapia personalizada investigada por científicos podrá incorporarse probablemente a la lista de tratamientos contra el cáncer de mama metastásico, según aseveraciones de los resultados de un reciente ensayo clínico publicado en el Journal of Clinical Oncology.

Un rayo de luz clínico para las mujeres con cáncer de mama metastásico

Dirigido por investigadores del Centro de Investigación del Cáncer, perteneciente al Instituto Nacional del Cáncer, en Estados Unidos, el trabajo pone sobre la mesa una nueva inmunoterapia experimental que usa las células inmunitarias de la propia persona afectada, aquellas que combaten los tumores del organismo.

Así, los científicos involucrados en el estudio blanden este descubrimiento como una opción que bien podría valer para tratar a personas con cáncer de mama metastásico, tras percatarse de que muchas de las personas afectadas por este tipo de cancerígeno pueden generar una reacción inmunitaria contra sus propios tumores.

Esta reacción es un requisito previo para esta clase de inmunoterapia, sin embargo, ya que se basa en células T ubicadas dentro y alrededor del tumor, las llamadas TIL o linfocitos infiltrantes de tumores.

Este fue un pequeño ensayo clínico que se realizó en 42 mujeres que padecían de cáncer de mama metastásico. De entre todas ellas, el 67 por ciento generaron una reacción inmunitaria contra su cáncer, 28 resultados que enseguida estuvieron en disposición de ponerse bajo escrutinio analítico.

En este sentido, los investigadores demostraron que una mujer con cáncer de mama metastásico, la cual, por cierto, recibió tratamiento directo en el periodo de este ensayo, tuvo una reducción total del tumor, lo que en jerga especializada se conoce como respuesta completa.

Fue así como pudieron utilizar los propios linfocitos de una paciente, dándole categoría de medicamento para tratar el cáncer, habida cuenta de que su técnica suscitaba el ataque de las únicas mutaciones presentes en dicho cáncer de mama.

«Se asume como dogma que los cánceres de mama con receptores hormonales positivos no son capaces de provocar una respuesta inmunitaria y, por ello, no son susceptibles a la inmunoterapia», expuso Steven A. Rosenberg, coordinador del estudio, añadiendo a continuación que los hallazgos de su estudio «sugieren que esta forma de inmunoterapia se puede usar para tratar a algunas personas con cáncer de mama metastásico que han agotado todas las demás opciones de tratamiento».

Cabe matizar al respecto, que el innovador enfoque de este ensayo se empleó asimismo para tratar a seis mujeres en total, tres de las cuales acabaron experimentando una reducción del tumor medible.

¿Estamos entonces ante un nuevo umbral contra el cáncer?

Aunque el tratamiento de la inmunoterapia ayuda al propio sistema inmunitario a combatir el cáncer, la mayoría de los inhibidores de puntos de control inmunitarios y demás inmunoterapias disponibles han llegado a demostrar que poseen, a pesar de todo, una eficacia limitada contra los cánceres de mama con receptores hormonales positivos; un rasgo que comparten la mayoría de los cánceres de mama, ciertamente.

Pero este ensayo clínico en fase 2 fue diseñado para poner bajo análisis este enfoque de inmunoterapia, específicamente, y ver si podría generar regresiones tumorales en personas con cánceres epiteliales metastásicos, un abanico entre el que se cuenta el cáncer de mama, cómo no.

Para ello aislaron los TIL de las muestras tumorales y, más tarde, en pruebas de laboratorio, los científicos probaron su reactividad contra los neoantígenos, aquellos producidos por las diferentes mutaciones en el tumor. ¿Qué resultó de todo ello? De entre todas las estudiadas, 28 mujeres presentaron un TIL capaz de reconocer un neoantígeno, y eso como mínimo, y casi todos ellos fueron neoantígenos únicos, identificados para cada paciente en concreto.

«Es fascinante que el talón de Aquiles de estos cánceres pueda ser potencialmente las mismas mutaciones genéticas que causaron el cáncer», expresó Rosenberg. «Ahora tenemos información sobre 42 pacientes, lo que demuestra que la mayoría da lugar a reacciones inmunitarias», arguyó.

Así, los tumores acabaron reduciéndose en tres de las seis mujeres estudiadas, tras la finalización del tratamiento. Una de ellas venía heredada de un estudio anterior realizado con las mismas características en 2018, y actualmente permanece libre de cáncer.

Las otras dos, por su parte, tuvieron una reducción de su tumor, alcanzando una disminución del 52 y 69 por ciento, transcurridos seis y diez meses del final de la prueba, respectivamente. En ambas la enfermedad volvió, no obstante; levemente, bien es cierto, de modo que se logró extirpar quirúrgicamente.

«Estamos utilizando los propios linfocitos de un paciente como medicamento para tratar el cáncer al atacar las mutaciones únicas en ese cáncer», tradujo el investigador. «Es la inmunoterapia más personalizada», sostuvo.

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