¿Sabe cómo interpretar el estado sanitario que esconde el color de la orina? Aprenda aquí a traducir su aspecto, advirtiendo precozmente posibles problemas.
El color de la orina es casi como un radar de patologías. Y es que, aunque no lo parezca, hay ciertos rasgos que pueden ser clave a la hora de detectar diversas enfermedades que ya se están encubando en el organismo; son propiedades que varían desde el olor, el color y hasta la cantidad de espuma de la propia orina, y que únicamente precisan una buena y correcta interpretación de su apariencia.
¿Cuáles son los tipos de orina y su significado?
Aprender a conocer y distinguir qué aspectos se deben tener en cuenta para analizar con la vista y el olfato las clases y el color de la orina, así como traducir las conclusiones que de ello se extraiga, es muy importante, ya que en cierta forma va en ello la salud o, como mínimo, la prevención prematura de ciertas enfermedades.
«El color, la transparencia, el olor y la cantidad de espuma de la orina nos proporciona mucha información, por ejemplo, sobre el estado de hidratación», esclareció al respecto Juan Pablo Burgués Gasión, doctor especialista en Urología, en el Hospital Quirónsalud.
Bien es cierto, eso sí, que existen ciertos factores externos que generan cambios y que son inofensivos; como ejemplo de ello se encuentra el consumo de ciertos alimentos, que tras digerirse acaban cambiando el color de la orina al actuar como pigmentos naturales. En cualquier caso, los cambios en la orina son alarmas que el cuerpo expulsa para invitar a acudir lo antes posible a una consulta de urología.

Veamos qué significa cada color de la orina y de qué quieren advertir
El amarillo es la tonalidad más habitual de la orina, tanto si la tonalidad varía de un tinte claro a oscuro. El amarillo responde a la urobilina, uno de esos componentes que se disuelve en el agua, de ahí que sea de un amarillo oscuro, ámbar o miel en función de la cantidad de agua que se haya consumido.
Más claridad a cuál mayor cantidad de agua, entonces, porque al beber menos la urobilina tiene oportunidad de concentrarse más, generando una orina más oscura.
Hay que estar atento empero a esa orina que, sin haber bebido gran cantidad de agua, sale transparente o muy clara, porque puede alertar de la presencia de diabetes.
Si bien la tonalidad naranja puede aparecer en la orina tras un consumo de zanahoria o remolacha, puede significar no obstante la advertencia de que hay un problema de hígado en el organismo. ¿Qué hacer? Acudir enseguida a un especialista si no se han consumido los vegetales antes mencionados y, aun así, se expulsa una orina naranja.
En cuanto a la traducción de esa orina color azul verdosa, se sabe que tanto los espárragos como algunos colorantes alimentarios son los víveres que generalmente suelen causar este anormal color en esta “necesidad menor”, aunque los especialistas advierten que la orina azul y verde también puede deberse al influjo de determinadas bacterias, aquellas que producen infecciones urinarias.
¿Y qué dice la orina color café?
Esta tonalidad responde sobre todo a la ingesta de productos como las alubias, las habas o los frijoles que pueden provocar este tipo de orina. Cuando tiene color café corresponde a una intensa deshidratación o a causa de determinadas enfermedades hepáticas.
Por otro lado, el color rojo o rosado lo producen la ingesta de alimentos rojos tales como los arándanos, ya que son capaces de teñir la orina de esa tonalidad, si bien también puede responder a la intensa práctica de ejercicios físicos.
En ausencia de tales factores, la orina roja o rosada es la que más complicaciones sanitarias suele esconder. Indica la presencia de hematuria (sangre) en la orina. El sangrado puede verse propiciado por diversas infecciones urinarias y también por problemas graves en la uretra, o debido a la presencia de cálculos renales, cistitis, traumatismos en el riñón o en la vejiga, pasando incluso por una advertencia de cáncer de vejiga, riñón o próstata.
En todos los casos, debe acudir al urólogo para salir de dudas para que éste, si es preciso, le practique técnicas de diagnóstico recomendadas ya sea TAC (Tomografía Axial Computerizada); un análisis completo no sistemático de orina, una ecografía o cistoscopia entre otros.
¿Qué tipo de olor puede presentar la orina?
El color de la orina no es el único indicativo para tener en cuenta a la hora de mantener una observación atenta en la salud de uno, como ya hemos señalado. La orina con fuerte olor, por su parte, aparece ante una ingesta de espárragos o café; no obstante, puede significar asimismo la presencia de una infección urinaria.
La orina turbia, en cambio, responde generalmente a cálculos ubicados en la vía urinaria. Si al expulsarse sale un olor y ganas de miccionar (hacer pis) con demasiada frecuencia, ello puede esconder un síntoma sobre la presencia de una infección urinaria en el organismo.
Por último, la orina espumosa es indicio de proteínas acumuladas y exige que se realice un exhaustivo estudio con el que comprobar si se trata o no de un exceso de proteínas en la dieta o, peor aún, si se debe a una enfermedad renal.
Los especialistas aconsejan esperar unas 24 horas tras advertir tonalidades, olores y espumarajos anormales en la orina, de modo que se pueda descartar la ingesta de un alimento en concreto y se debe esperar a que tenga un color normal pasadas las horas. Es aconsejable beber mucha agua.
«Si este cambio en la coloración persiste o viene acompañado de otros síntomas, como dolor o fiebre, o se trata de orina roja, consultad lo antes posible con vuestro médico», aconseja el doctor Burgués Gasión.
¿Cómo poder detectar posibles problemas en la orina entonces?
El perfil de una micción adecuada, según el especialista Burgués Gasión, empieza por una orina cuya expulsión ha de ser fácil; más aún, debe ser rápida y sin generar esfuerzos una vez haya comenzado.
No solo el color de la orina es importante; también precisa salir con normalidad y regularidad, sin interrupciones involuntarias ni sensación de dolor al orinar, con un chorro fuerte al principio de la micción.
De esta forma, Burgués Gasión y el resto de los especialistas urólogos diestros en la urología afirman que si se experimenta un goteo prolongado una vez que se ha terminado de orinar es mala señal, debiendo salir únicamente un par de gotas adicionales.
Por otra parte, es más natural sentir que uno ha vaciado completamente la vejiga, sintiéndose satisfecho después de orinar, sin necesidad de repetir la micción a los cinco o diez minutos. En ese sentido, desde la urología señalan que se debe permanecer entre dos y tres horas hasta sentir de nuevo la acuciante necesidad de orinar algo que, por supuesto, varía según «la cantidad de líquidos que se consuman», tal y como ha aclarado Burgués Gasión.
¿Y qué pasa cuando se siente ganas de orinar otra vez? Como recomendación, el urólogo Burgués Gasión afirma que uno debe ser capaz de resistir un tiempo, explicando que «un repentino y urgente deseo de orinar con miedo al escape de orina no es normal».
¿Traducción?
Que todos estos síntomas detectados en la orina pueden significar diversas patologías urológicas que, ante todo, se deben descartar lo antes posible, acudiendo al especialista y dejando que el profesional estudie cada caso de forma individual, valiéndose para ello de la realización de las oportunas pruebas, con las que obtener más adelante un diagnóstico adecuado.
«En los varones, si hay alguno de estos síntomas, lo más frecuente es que exista hiperplasia benigna de próstata», una situación que en el caso de las mujeres suele responder sobre todo ante la llamada hiperactividad vesical o vejiga hiperactiva, es decir, el intenso, incontrolable e inevitable impulso de orinar, al contraerse sin previo aviso la vejiga, originando a veces en su espasmo una pérdida final de la orina.