Después de contabilizar a más de 17 millones de afectados en Europa, el covid persistente ha sumado en un estudio una nueva secuela al espectro patológico de su mal.

Pérdida de memoria, problemas cardíacos, alucinaciones sensoriales, disfunciones cognitivas, distorsiones olfativas, ansiedad y hasta depresión… las consecuencias del covid persistente son numerosas y peliagudas, llegando a superar incluso los doscientos síntomas; y lo peor es que cada vez se suman más secuelas a su causa, como es el caso reciente del dolor torácico, revelado en una nueva investigación científica y especializada.

El Long Covid continúa revelando más señales de su patología

El trabajo en cuestión, realizado desde la institución de Intermountain Health, en Estados Unidos, y presentado durante la Conferencia Científica 2023 del Colegio Americano de Cardiología (ACC 2023), tiene un carácter retrospectivo, en esencia, y refleja el esfuerzo de los investigadores por cuantificar lo que el Long Covid significa ahora y lo que podría implicar en el futuro para sus millones de afectados.

A fin de revelar esta incógnita, los científicos involucrados en el trabajo estudiaron a casi 150.000 pacientes, a la caza de síntomas cardiovasculares, lo que les llevó a descubrir que los participantes que dieron positivo acumulaban tasas más elevadas de dolor torácico; un signo que aparecía hasta los seis meses de la infección inicial e incluso a un año posterior de haberlo padecido.

Entendido como esa enfermedad en la que se experimentan signos y síntomas del SARS-CoV-2 durante cuatro semanas o más después de la fase inicial del mal del virus, el covid persistente o Long Covid o Covid de larga duración regala a quien lo padece complicaciones de salud que se mantienen durante meses, años, incluso; una papeleta que puede tocar hasta a esas personas que solo pasan por unas infecciones leves del Coronavirus.

«Muchos pacientes con COVID-19 experimentan síntomas mucho más allá de la fase aguda de la infección», y así lo indicó Heidi T. May, autora principal del estudio y doctora en epidemiología cardiovascular de Intermountain Health. «Aunque no observamos tasas significativas de acontecimientos importantes como infarto de miocardio o ictus en pacientes que presentaban una infección inicial leve, sí observamos que los dolores torácicos eran un problema persistente, lo que podría ser un signo de futuras complicaciones cardiovasculares», matizó.

Durante el ensayo, el equipo de científicos separó en tres grupos a los pacientes participantes con Covid-19 y pertenecientes al Intermountain Health. Por un lado tenían a 148.158 personas de 18 años o más que dieron positivo en la prueba de Covid, y que entre marzo de 2020 y diciembre de 2021 recibieron un tratamiento de régimen ambulatorio, mientras que por otro lado contaron con un grupo compuesto de 148.158 pacientes de Intermountain con covid-19 negativos de edad y sexo aproximado, atendidos en los mismos meses antes señalados.

Ahora bien, ¿qué pasó con el tercer grupo? Que este estaba conformado por 148.158 pacientes en total con categoría de control histórico, quienes recibieron atención médica entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de agosto de 2019 y cuya observación e inclusión en el trabajo se hizo para dar cuenta de cómo los pacientes accedieron de forma diferente a la atención sanitaria en los momentos más críticos de la pandemia.

Cuando el Long Covid causa un dolor en el pecho que palpita prolongadamente medio año o más

Según los datos revelados, los investigadores se percataron de que las personas que dieron positivo en el virus corona tuvieron tasas significativamente más altas de experimentar dolor en el pecho, concretamente a intervalos de seis meses y un año, si bien no observaron otros aumentos en los eventos cardiovasculares.

«En este momento, los síntomas no se traducen necesariamente en resultados concretos, pero eso es algo que habrá que volver a evaluar con el tiempo», y así lo señaló la doctora May, quien añadió asimismo que «podría ser que los efectos duraderos de la infección en el sistema cardiovascular sean difíciles de cuantificar en términos de diagnósticos u otros acontecimientos a corto plazo», razón por la que «no se aprecien hasta un seguimiento más prolongado».

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