BA.5.2 y BF.7 fueron las últimas cepas en darse a conocer, y aún hoy continúan siendo las variantes del virus corona que más imperan en el gigante asiático.

La covid-19 ha estado causando numerosas oleadas de preocupación por los múltiples casos que dejaba a su paso, poniendo a las variantes de Alfa y Delta y Gama y Ómicron a la vanguardia de su incidencia internacional.

Un miedo a la vuelta a los contagios que se ha visto azuzado por el levantamiento de las estrictas políticas de control de la infección ejecutadas en china, las cuales iban desde pruebas masivas hasta confinamientos específicos y cuarentena.

Cuando una nueva cepa en china implica la aparición de una nueva amenaza sanitaria para el resto del planeta

Tras saberse que los casos de infección por el SARS-CoV-2 podrían llegar a los 4,2 millones diarios de positivos en china para primeros de marzo, una reciente investigación ha constatado que, en el último brote de contagios experimentado en ese país, sin embargo, no han surgido nuevas variantes del virus corona; no al menos desde que la región asiática terminó su política de cero covid-19, justo el 7 de diciembre de 2022.

Esta enorme transmisión por la que pasa el gigante asiático ya ha llegado a Europa y ya ha rebotado en España, aunque curiosamente no ha causado una nueva ola de positivos, contrario a lo que se temía. Según revela este nuevo análisis de los casos contabilizados en Pekín, realizado por investigadores del Instituto de Microbiología de la Academia de Ciencias de China y publicado recientemente en The Lancet’, por cierto, todas las cepas registradas en este último acceso de contagios pertenecen a linajes ya existentes y conocidos del virus Corona, siendo las variantes de Ómicron las que más han predominado por ahora.

A juicio de los autores, esta es, sin duda alguna, una instantánea de la actual situación de la pandemia en China, muestreos tanto de las características de la población de Pekín como de la circulación de cepas del virus Corona, altamente transmisibles en este momento, o al menos allí.

Un ensayo sobre el virus Corona que puso del derecho y del revés el influjo de las últimas variantes

Durante la realización del trabajo, los científicos analizaron el genoma perteneciente a 413 nuevas infecciones por Coronavirus rastreados en la ciudad de Pekín durante el 14 de noviembre de 2022 y el 20 de diciembre del mismo año. En este sentido, sus conclusiones sugieren que tanto BA.5.2 como BF.7, subvariantes ambas de Ómicron, sumaron el 90 por ciento de las infecciones locales.

En su investigación, el equipo de científicos recolectó desde diciembre del año pasado y de manera rutinaria diversas muestras respiratorias de casos del virus Corona, algunos locales y otros importados, tras lo cual decidió seleccionar muestras al azar, a fin de que fueran útiles para su análisis.

Entrando en detalles, cabe añadir que para las secuencias del genoma los investigadores optaron por generar una tecnología de secuenciación, una rápida y a gran escala, para ser exactos, llegando a estudiar la historia evolutiva y dinámica poblacional a través de las secuencias del virus Corona, eligiendo eso sí las de más alta calidad que existían.

¿Qué implicó esto, exactamente?

Que de 2.881 secuencias de alta calidad en total con las que contaba el equipo, solo 413 nuevas muestras acabaron seleccionadas y secuenciadas al azar, justo en el periodo en que las infecciones empezaron a dispararse. Cabe añadir, en este punto, que 350 positivos de estos 413 casos corresponden a contagios locales, mientras que solo 63 de ellos eran importados, procedentes de 63 regiones internacionales.

«Nuestro análisis sugiere que dos subvariantes conocidas de ómicron, en lugar de cualquier variante nueva, han sido las principales responsables del aumento actual en Pekín, y probablemente en China en su conjunto», tal y como afirmó George Gao, autor principal del ensayo.

Es más; el científico explicó que era importante investigar si los recientes cambios en las políticas de prevención y control de covid-19 en China abrieron la puerta a la aparición o llegada de nuevas cepas del virus Corona, teniendo en cuenta especialmente el significativo impacto que las variantes han tenido hasta ahora en el curso de la pandemia.

«Sin embargo, con la circulación continua a gran escala de la infección en China, es importante que continuemos monitoreando la situación de cerca», aseguró, aclarando que eso es a fin de conseguir «que cualquier nueva variante que pueda surgir se encuentre lo antes posible».

Un ensayo que anda cojo de una mayor secuenciación, retribuido por más muestras que abarquen a todo el país

El estudio, no obstante, tiene varias limitaciones, y eso lo reconocen hasta sus propios autores. ¿Un ejemplo de esto? Su afirmación de que los datos con los que se trabajó son representativos del conjunto nacional del país, pese a que solo se analizaron los positivos confirmados en laboratorio extraídos de la parte continental.

Algo que insinúa una subestimación de los datos, ciertamente, así como del verdadero número de infecciones, conduciendo así a un grado de sesgo de muestreo en el conjunto total de los datos.

¿Cuál fue la conclusión?

Que sigue siendo necesario un mayor muestreo de estos registros del virus Corona, a fin de poner bajo análisis tanto la transmisibilidad como la patogenicidad de las subvariantes de ómicron.

Por su parte, Wolfgang Preiser y Tongai Maponga, profesores ambos de la Universidad de Stellenbosch, en Sudáfrica, afirmaron que «es bienvenido conocer estos datos tan necesarios de China», y es que ellos no participaron en el ensayo.

«Ciertamente es tranquilizador que este estudio no haya arrojado evidencia de nuevas variantes, pero no es una sorpresa», afirmaron aclarando que «el aumento se explica ampliamente por el cese abrupto de las medidas de control efectivas».

Los dos, no obstante, llaman a la precaución e instan a no sacar conclusiones sobre la situación del virus corona en todo el conjunto nacional de china, basándose únicamente en datos correspondientes a Pekín, y menos cuando tales conteos pretenden ser escaparate del índice que puede rebotar más adelante en otras partes del mundo.

«El perfil epidemiológico molecular del SARS-CoV-2 en una región de un país vasto y densamente poblado no se puede extrapolar a todo el país», criticaron, haciendo ver que «otras regiones de China podrían desarrollarse otras dinámicas evolutivas, posiblemente incluyendo especies animales que podrían infectarse por seres humanos y ‘derramar’ un virus más evolucionado».

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