Elena García y la esperanza infantil de comenzar a andar

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© EDV/ RAQUEL P. VIECO

Elena, natural de Valladolid, ha logrado construir un exoesqueleto pediátrico que podría hacer que niños «que no han caminado nunca se pongan de pie».

«Dar la oportunidad a los niños de desplazarse por el espacio supone cambiar el concepto de la rehabilitación. Ya no es una máquina o una persona que te obliga a hacer determinados movimientos, sino que es el niño, en su afán de moverse, explorar y jugar, el que va trabajando. Y eso produce efectos que van más allá de lo muscular: hablamos de autoconfianza, autopercepción, seguridad… Poner a caminar de forma efectiva y real a un niño que nunca lo ha hecho es darle una oportunidad de mejora física, pero también de crecimiento personal». Así explica Elena García cómo es un proyecto que puede cambiar la historia y la vida de numerosos niños; así como la de sus familias.

García, ingeniera industrial y natural de Valladolid, ha logrado construir un exoesqueleto pediátrico que podría hacer que niños «que no han caminado nunca se pongan de pie»

Un avance tecnológico sin precedentes que debe su nacimiento a la idea primigenia de esta ingeniera industrial y de la compañía que ella encabeza. Hablamos de Marsi Bionics, una spin off del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

 © Marsi Bionics

 «Para un niño que no puede andar, ni sostenerse por sí mismo, es una pasada. Hace muchísima ilusión», revela Elena García Armada, artífice del exoesqueleto pediátrico, y que será distinguida con el Honoris Causa por la UEMC de Valladolid

¿Qué características tiene el exoesqueleto infantil?

Respecto al producto, sus creadores lo describen de la siguiente manera:

«El modelo ATLAS 2030 es un exoesqueleto de marcha de tipo THKAFO, que sustenta al niño desde el tronco hasta los pies. Se viste encima de la ropa, se sujeta al cuerpo y sus motores y su robótica emulan articulaciones y músculos. No requiere control torácico y se le puede añadir un sistema de sujeción de cabeza. El exoesqueleto está compuesto por 8 articulaciones activas que aportan movilidad total en todas las direcciones. Las dimensiones del dispositivo son fácilmente ajustables al crecimiento del niño».

«El exoesqueleto interpreta la intención de movimiento del paciente de forma no invasiva y responde a esta intención en cada paso. También puede trabajarse de forma pasiva, generando un patrón de marcha específico para cada paciente. Incluye baterías extra»

¿Cómo se coloca?

«Se coloca fácilmente en 5 minutos. Va acompañado de un marco auxiliar que se puede acoplar al exoesqueleto para garantizar la seguridad del paciente y aportar al niño la sensación de caminar por sí mismo, así como facilitar al terapeuta la posibilidad de interactuar con el paciente cara a cara, sin necesidad de mantenerse detrás sujetándolo», sentencian.

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