Queda menos de un mes para muchas cosas, entre ellas, que el Gobierno español asuma la presidencia del Consejo de la Unión Europea (UE), en medio de la vorágine de las elecciones del 23 de julio.
En este periodo las personas con discapacidad esperan disponer de la tarjeta con discapacidad europea de forma que se fomenten, no solo sus derechos, sino la movilidad dentro del mercado común.
La Tarjeta Europea de Discapacidad existe como proyecto piloto desde 2016, al que se sumaron ocho países de la Unión Europea (Bélgica, Chipre, Estonia, Finlandia, Italia, Malta, Rumanía y Eslovenia).
Mediante la misma esperan que sean garantizadas al menos, una de las cuatro libertades de la UE, la referida a la anterior para ver cómo son reguladas las libertades en torno a la discapacidad en otros países. Realmente las desigualdades en el reconocimiento de la discapacidad suponen muchas cuestiones, entre ellas, la desprotección y la falta de apoyos.
En Europa existe otra barrera para los españoles con discapacidad dado que apenas alguno habla inglés con fluidez y los contenidos no son accesibles por lo cual, resulta complicado obtener con esos recursos beneficios para las personas con discapacidad.