Seres humanos vagan por las calles de cualquier ciudad de los Estados Unidos de Biden. Esos, que antes de conocer el fentanilo se evadían con el famoso binge drinking (beber mucho) los fines de semana o se emporraban para no sostener la frágil e irreal vida en la que están inmersos. Y ya llegó a España.

El mercado negro trafica con esta droga barata y letal cien veces más potente que la morfina; cincuenta más que la heroína pero si sobrevives, lo haces en un estado deplorable. Los adeptos a esta sustancia son identificados rápidamente porque se asemejan a las películas de zombies; esos que deambulan por las calles sin saber muy bien adónde van ni quiénes son.

Aunque esta droga se utiliza de manera profesional por los anestesistas ya se trapichea con ella aunque de forma legal sea imposible adquirirla en España.

«Aquí no tenemos posibilidad alguna de automedicarnos ahora porque está todo muy vigilado, pero sí podemos comprarla por fuera», asegura Blas G. uno de los entrevistados.

Esta droga se hace en un laboratorio y por tanto es muy peligrosa. Su ingesta procura la depresión del sistema nervioso central pero está comprometida la respiración porque puede provocar y provoca paradas respiratorias. De ahí a entrar en coma hay un paso, pero muchos se arriesgan a experimentar la aventura de estar en ese lugar. Ese viaje que puede ser el último; esa apuesta por tener la última baza a cambio de unas monedas. Ahora sí que hemos superado a los años 80.

«Antes murieron por heroína, ahora por fentanilo», asiente con cierta tristeza.

Blas G. se abre para contarme qué pasa y qué les pasa cuando adquieren esa droga. Los síntomas arrancan con un estado de semiplacidez que pronto se convierte en un escenario dantesco. La piel se queda fría, como si estuvieras muerto y la respiración es muy débil. Parece por un momento que puedes ahogarte o atragantarte pero es peor porque llegas a entrar en coma si te pasas de dosis.

El fentanilo es un analgésico muy fuerte que existe hace más de cincuenta años pero nunca había estado pululando libremente de forma ilegal. Actualmente se puede encontrar en su forma líquida o bien en polvo (se puede asemejar a la cocaína o a la heroína) algunos drogadictos la mezclan con éstas y otros la toman además del alcohol.

Se instila en los ojos, se toma por vía oral o se chupa como una golosina y de pronto se controla el dolor y se viven emociones distintas y se vive en una felicidad extrema, tanto que esa sedación llega a provocar la muerte.

Con dos miligramos de fentanilo se puede encontrar la dosis letal y el peligro de su uso es que en España era residual, tan solo un dos por ciento hace seis años y actualmente hasta el 15% de la población ya la ha probado y va in crescendo.

Nos encontramos con un verdadero problema de salud pública. Jóvenes y no tan jóvenes experimentando la felicidad y el dolor en la misma escena. De algunas drogas se sale con ayuda, en este caso no se llega a pedir porque la intensidad es muy alta y el «viaje» no tiene retorno en muchos casos.

En Estados Unidos más de cien mil personas murieron el año pasado por esta causa. La sobredosis ha vuelto, en España.

De ser utilizado como un analgésico fuerte a traficar con esa sustancia para sentir ese placer. Aquí un 15,8% de la población ya lo conoce y lo consume como opiode según apunta *EDADES (Encuesta sobre el uso de las drogas en España realizado por el Ministerio de Sanidad). La adicción y el descontrol está a un paso de su consumo. Empezaron con el tramadol, luego la codeína y ahora el fentanilo. Éste no da oportunidades, ni segundas ni terceras. Piénsenlo.

*Consulte la encuesta EDADES

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Directora de Prensa Social. Periodista. Doctora en Ciencias de la Comunicación. Máster en Dirección Comercial y Marketing y Gestión de RR.HH.. Profesora Universitaria Ciencias de la Información. Estudios de Psicología y Derecho. Miembro de The Geneva Global Media United Nations, Presidente de DOCE, Miembro del Comité Asesor de la Fundación López-Ibor, Miembro del Comité de Ética Sociosanitarios EULEN, Consultora de Comunicación loquetunoves.com. Autora libros: Actos sociales y familiares, fotografía social. Junio 2012. Coautora: El cerebro religioso con María Inés López-Ibor. Enero 2019.

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