La Fundación Aladina pide a las administraciones ayudas para las familias con niños enfermos de cáncer para hacer frente a los gastos derivados de la enfermedad.
Desde prótesis, pelucas, sesiones de fisioterapia o medicinas, y en los casos más extremos hasta alojamiento o alimentación. Los gastos derivados del cáncer infantil van mucho más allá de los tratamientos que cubre el sistema sanitario. Y entonces, ¿cómo asumen las familias todo ese esfuerzo económico que el sistema no financia?
El cáncer infantil es una enfermedad que puede afectarnos a cualquiera, en cualquier lugar. Casi la mitad de su impacto económico recae en los hogares, pero muchos de ellos no pueden cubrir esos costes. ¡Las familias necesitan ayuda!
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