Citas médicas, pruebas, enfermedades raras, pocos juegos y mucha consulta. Esto que aparentemente lo hacen con normalidad los pequeños afectados de enfermedades raras o discapacidad, le impide tener relaciones con sus iguales y desarrollar la parte lúdica tan necesaria para crecer con la misma alegría que los demás.

Por ello, la Fundación Distintos ha organizado sesiones para evitar el estigma y favorecer las capacidades de los niños afectados.

«De momento hacemos sesiones cada tres semanas, aunque la demanda de los padres es que sean cada dos. Además, creemos que la asiduidad es la única forma de favorecer la participación de estos niños y tengan más posibilidades de establecer verdaderas relaciones sociales de amistad».

Desde su creación tienen ya una gran lista de espera para apuntarse a las actividades organizadas. Desde La magia del invierno, hasta Un circo distinto o El mundo medieval.

La idea es que los pequeños se vayan conociendo y apoyando y vayan creando relaciones sociales. Que los menores con discapacidad socialicen más allá de su entorno familiar y que a través de la organización se creen planes de ocio inclusivo.

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