La música es un ocio con ritmo y superación y a través de los grandes músicos que hicieron historia, se puede ver su amistad sonora con la discapacidad.
La música es un acompañante de toda la vida. La discapacidad, cuando se tiene, el compás de notas graves o altas con el que se intenta concordar. Sordera, ceguera, movilidad reducida… ninguna discapacidad frena a quien merece ser reconocido, aplaudido, recordado y referenciado durante años y siglos, tal vez hasta eones, y solo por quienes son y el arte que legaron, no por lo que padecen.
En el artículo de hoy vamos a conocer a esos grandes músicos de la historia que vivieron su discapacidad a través de la música. No hicieron magia, no hicieron imposibles; únicamente vivieron, y vivieron sin recluirse o minimizarse. Porque, después de todo, y tal y como proclama la frase popular: «la vida te pone los obstáculos; los límites, te los pones tú». ¿Preparados para dar la nota?
Ludwig van Beethoven: cuando la sordera no acaba con el sueño de la vida
Todo el mundo conoce a este gran compositor de talla histórica. Sus piezas o, como mínimo, su nombre.
Nacido el 16 de diciembre de 1770, en Bonn, y fallecido el 26 de marzo de 1827, en Viena, no tuvo una vida fácil, entre maltratos familiares, problemas financieros, un enamoramiento fallido intercedido por la ley, intoxicación por plomo, una neumonía que fue mortal, y una sordera repentina al inicio de su carrera musical, la discapacidad sensorial que lo adecúa a esta lista.
Reconocido a nivel mundial como un genio de la música clásica, este gran compositor llegó al mundo con la estrella de la música bajo el brazo. Y es que Beethoven no nació sin oír. Niño prodigio del solfeo y la composición, ya con 7 años tocaba el clarinete, el órgano y el piano.
Sus problemas de audición comenzaron a sus 29 años, tras presentar su Primera Sinfonía a la alta sociedad del Burgtheater de Viena. Su sentido auditivo empezó a fallar para captar los sonidos más altos, una ausencia de agudos que en apenas diez años le envolvieron en un abandono total de sonidos.
Con casi 40 años estaba completamente sordo. Y, aun así, se las apañó el resto de su vida para componer a pesar del silencio de sus oídos. 8 sinfonías, 127 obras, muchas partituras y miles de notas naciendo y danzando bajo sus dedos… Seguro que, aunque no oía la melodía, el recuerdo de sus entonaciones fueron guía suficiente para hacerle componer con conocimiento de causa, reafirmándole como todo un gran maestro de la sinfonía.
Brian Wilson, de los Beach Boys: armonizando con el silencio
Su tiempo, la década de los 60. Su estilo, el Surf rock. Su mérito, componer y liderar y, más tarde, triunfar. Brian Wilson, nacido en 1942, fundó junto a sus hermanos el grupo musical Beach Boys en el Hawthorne de California, y eso que para entonces ya estaba sordo de un oído. Los motivos de su sordera no están confirmados (aunque hay diversas teorías para elegir) y a sus problemas de audición se sumó más tarde a mediados de los 80 un síndrome esquizoafectivo que le hacía ver alucinaciones.
Tras casarse, se separó del grupo e inició una carrera por su cuenta como single. Solo o en solitario, Brian fue un cantante con mucha repercusión mediática, una trayectoria musical marcada por la publicación de 15 discos en total, 12 de los cuales fue en solitario.
Retirado actualmente de los escenarios, sus canciones, no obstante, son un fantasma muy presente y valorado de su música.
Ray Charles Robinson: El padre del Soul
Nació en 1930 y alcanzó a vivir casi 74 años. Apenas contaba con 5 primaveras cuando se le diagnosticó una enfermedad degenerativa, glaucoma, tal vez, la enfermedad de tensión ocular que deteriora la vista hasta acabar perdiéndola por completo, en la mayoría de los casos. Robinson, de hecho, quedó ciego del todo a los 7 años. A pesar de ello, o quizá precisamente por ello, los instrumentos musicales se convirtieron en la mejor de sus lenguas, especialmente el saxofón y el piano.
Desde el principio demostró que el soul era su bandera musical, un territorio que fomentó y le encumbró. Cada vez que la prensa le hacía la pregunta del millón, si la ceguera le había supuesto un impedimento en su aprendizaje musical, él replicaba con la misma frase:
«Iba a hacer lo que iba a hacer de todos modos. Toco música desde los 3 años. Entonces podía ver. De modo que la ceguera no tuvo nada que ver con eso. No me dio nada, tampoco me quitó nada».
Un cantante invidente con un historial músico enorme e intachable, que en el 2005 le valió un Grammy a toda su carrera, una gala de estos premios en su honor, un film conmemorativo y oscarizado de su vida, interpretado por Jamie Foxx, y el puesto número 10 de los 100 mejores artistas de todos los tiempos, según la revista Rolling Stone, dedicada a la música, las películas y la cultura popular.
José Monserrat Feliciano: el cantautor invidente más famoso de los latinos
Nació en Lares, Puerto Rico, el 10 de septiembre de 1945. Ciego de nacimiento debido a un glaucoma congénito, su niñez estuvo marcada por la música, de la que pronto fue un apasionado, aprendiendo además a tocar primero la percusión, luego el acordeón y, en la adolescencia, su mayor afición: la guitarra.
Cantante, guitarrista y compositor, Feliciano inició su carrera musical siendo la estrella invitada de muchos antros. Un talento cuyo público supo apreciar y que le alzó a la fama mundial entre la década de los 70 y 80, dejando un legado de soft rock y boleros.
Stevie Wonder: a ciegas con la música
Otro invidente de nacimiento. Nació el 13 de mayo de 1950 en Saginaw, Michigan, niño tan prematuro que nunca llegó a ver, porque nunca se le llegaron a desarrollar las retinas.
El piano, el bajo y el teclado, la armónica, la batería y las congas se cuentan entre la lista, nada corta, de los muchos instrumentos que Stevie Wonder aprendió a tocar durante su infancia, incluyendo sus cuerdas vocales, que aprendió a adiestrar, a aflautar, a pulsar y a hacer vibrar en el coro de su iglesia.
Sus dos matrimonios, primero con la cantante de soul Syreeta Wright, y más tarde con Yolanda Simmons, también cantante y madre de sus dos hijos, le abrió las puertas de la industria de la música. Finalmente, el contrato millonario con el prestigioso sello discográfico Motown en 1975, terminó de cambiarle la vida para siempre. Aún hoy en día la gente canta y reacciona con emoción ante sus muchos estilos musicales, los sorprendidos recursos de su versátil voz, la amplia gama de sus melodías.
Han pasado más de cuatro décadas de aquello, y el también activista sigue levantando pasiones. Su carrera musical es una brillante estela de más de 100 millones de discos vendidos, 25 premios Grammy, talento del Rock and Roll, y muchas, muchas canciones que han dado la vuelta al mundo.
Félix Klieser: una trompeta tocada sin tocar
El más joven de la lista, pues nació en Göttingen, Alemania, en 1991; Felix Klieser es un músico de esos que ni de niño permiten que su discapacidad les condicione. Nació sin brazos debido a un peculiar desarrollo fetal, y a los 4 años su predilección por la trompa animó a sus padres a cumplirle el sueño de aprender a tocar este instrumento, comenzando las clases a los 5 y sacándoles partido desde el principio, a pesar de ser incapaz de agarrarlo con las manos, ausentes e inexistentes.
¿Su método? Colocar la trompeta en un soporte de metal, creado a su medida por un fabricante de instrumentos, de tal forma que puede soplar por su boca sin que la trompa se mueva, al tiempo que toca con el pie izquierdo sus pistones, y con el derecho cierra los agujeros de salida, si lo necesita, gracias esto a una sordina. El resultado de esta maniobra es una postura cómoda, nada forzada, que le ha permitido ganar muchos premios, tocar para diferentes orquestas, y componer hasta tener material suficiente para grabar su propio disco en solitario.
Liu Wei: nadie dice que el piano debe ser tocado… por las manos
«Para mí, solo hay tres cosas que no puedo perder en mi vida: aire, agua y música». Tan famoso por su arte musical y pianista, son igualmente conocidas sus frases de superación. «Tengo una nota que tengo en mi escritorio y leo todos los días: camina, al menos tienes dos piernas perfectas». Su reputación, actualmente, es mundial.
Ganador del primer Got Talent de China en el 2010, esta estrella nacida el 7 de octubre de 1987, en Beijing, perdió sus dos brazos a los 10 años, a raíz de un accidente con un cable de alta tensión. «Tras el accidente sólo había dos caminos en mi vida: morir lo más rápido posible, o vivir lo más brillante posible».
De modo que, consciente de su nueva condición, se embarcó en la tarea de aprender a comer y vestirse solo, sin dejar que ni médicos ni sus padres le echaran una mano. Una fuerza mental que tampoco le abandonó a la hora de perseguir su gran sueño, ser músico. A los 18 años empezó, y a los 23 ya tocaba el piano con los pies, acción que enseñó al mundo entero por el popular concurso televisivo.
Por su discapacidad motora, Liu Wei es un ejemplo de superación y ausencia de victimismo que hoy, muchos siguen.
El talentoso con el que ponemos el broche de oro a una lista que subraya que, a pesar de las discapacidades que se puedan llegar a padecer de nacimiento o por golpes de la vida, se puede seguir triunfando, hechizando con los temas, inspirando con las obras, y coreando y paliando las carencias de una discapacidad con la majestuosidad de la música.