Llamados grand influencers o influencers sénior, los mayores están de moda tal y como publica la revista The Gerontologist; un número de personas que vuelcan sus conocimientos en las redes en forma de reels o vídeos y no dejan indiferente a nadie.
Mujeres y hombres que desafían el edadismo y los prejuicios sobre la vejez porque lo suyo es contar seguidores y procurar transmitir cuanto saben.
Según los gerontólogos, ser influencer le otorga muchos beneficios a las personas mayores. Desde mejorar su autoestima, aumentar su visibilidad como colectivo; encontrar una actividad en la jubilación; evitar el edadismo y sumar dinero a la pensión, entre otras cosas.
Para muchos el mero hecho de editar un vídeo; tener contacto con la gente joven; estar en las redes sociales o ser un influidor para sus iguales supone un estímulo importante.
Mujeres de 98 años que son influenciadoras de moda y otras que hacen deporte o aconsejan qué comer. Desde Linda Rodin; Ari Seth Cohen; Jenny Kee; Judith Crone; Sara Jane Adams; Helen Van Winkle; Colleen Heidemann; Maica Jaúregui; Reyes Torres o Rafael Antolín entre otros, son hombres y mujeres que triunfan porque en la vejez, siempre hay mucho que enseñar, muchos reels con los que triunfar.

¿Cómo puede empezar a ser influencer?
En primer lugar debe crear una cuenta de correo electrónico.
Posteriormente debe registrarse en las principales plataformas: Instagram, TikTok o You Tube. También puede hacer en Twitter o Facebook para poder subir reels (vídeos cortos).
Lo más importante es identificarse con un personaje y/o crear uno con lo que quiera transmitir. Desde recetas de cocina hasta trucos para limpiar cristales. Si no imita a otros y genera contenido propio será un influencer nada más empezar y tendrá seguidores que le busquen por su actividad.
Es relevante identificarse con determinadas etiquetas, llamadas hashtags que se añaden a sus vídeos a la hora de colgarlos. De esta forma, las personas que tengan interés en su materia, podrán localizarlos con facilidad.