Kelly pide a las instituciones un cambio en la ley para que personas ciegas puedan desarrollar su vida profesional sin perder la pensión por discapacidad.
Kelly Arrontes es artista, ciega a consecuencia de una miopía magna agravada por un accidente que le provocó un desprendimiento de retina, y reside en una de los principales centros neurálgicos del país, Barcelona.
Su historia es una de las miles de personas en España cuya discapacidad les limita. No en términos de vida respecto a otro, sino de cara a las instituciones, que establecen ciertos parámetros que impiden la confluencia de cobrar una pensión con la de realizar un trabajo, en su caso repleto de talento: la pintura. Precisamente ahí es donde incide nuestra protagonista.
Kelly pide a las instituciones un cambio en la ley para que personas ciegas puedan desarrollar su vida profesional sin perder la pensión por discapacidad
Arrontes, en la campaña que ha iniciado a través de la plataforma Osoigo, lo explica perfectamente: «Por mi discapacidad no puedo optar a los mejores trabajos solo por miedo a perder mi pensión, mi única fuente regular de ingresos. Con lo que me veo obligada a poder trabajar sólo unos pocos meses al año».
«Nuestra pensión es nuestra única fuente regular de ingresos. Pedimos a las instituciones un cambio en la ley para que personas como yo podamos desarrollar nuestra vida profesional sin perder la pensión por discapacidad y poder trabajar con garantías», explica Kelly, cuyo talento no pasa desapercibido
«La mía es una situación repetida en España», asevera Kelly Arrontes
La artista remarca que «en España el 14% de la población tiene alguna discapacidad y están en una situación similar a la mía, sin poder trabajar por el mero hecho de quedarse sin pensión y que no compense aceptar el trabajo».
Una petición con destinatario claro, el Senado
Por este motivo, pide al Senado, «en su nombre, en de la organización Artistas Diversos y en el de muchos otros que sufren esta injusta situación, que las personas con discapacidad puedan desarrollar una vida profesional sin perder su pensión, que se nos les dé la oportunidad de poder aceptar trabajos y de pagar la seguridad social sin miedo a rechazarlos por el hecho de poder perder nuestra única fuente de ingresos», insiste.