Pese a que no se puede negar su utilidad e importancia, la adicción a Internet ya es una triste realidad, igual que su mal influjo en ciertos colectivos.
¿Sabe que el uso compulsivo de Internet afecta ya al 3,7 por ciento de la población española con edad comprendida entre los 15 y los 64 años?
Así lo refleja la XIII Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España, difundido en el Portal Plan Nacional sobre Drogas, que resume que en el país hay 1.139.000 personas con adicción a Internet, todas ellas muy enganchadas a las nuevas tecnologías.
Por ello, con motivo del Día Mundial de Internet, hoy, 17 de mayo, se hace necesario actuar más que nunca en consecuencia de estos datos preocupantes. ¿Cómo? Conociendo las señales más habituales que advierten sobre una adicción a la red virtual por excelencia de todos los tiempos y, por tanto, prevenirlos o, como mínimo, reconocer sus signos cuando aparecen y tratar de detenerlos.
Internet: de la relevancia a la dependencia
Tanto las redes sociales como su correspondiente tecnología avanzada han supuesto un antes y un después en la forma de comunicarse con los demás; un avance que cobró aún más relevancia durante la pandemia generada por el Coronavirus. Pero todo exceso perjudica, y eso es innegable, tanto que es de dominio público que un abuso del consumo virtual puede tener una repercusión negativa en la salud, una adicción a Internet que degenera en una necesaria intervención de profesionales.

Este uso desmedido de las nuevas tecnologías no reparte por igual su adicción a Internet entre la población. En este sentido, los jóvenes de entre 15 y 24 años son los que más apego y dependencia muestran ante las redes sociales, representando el 11,3 por ciento de la población. Les sigue en segundo lugar el grupo de 25 a 34 años, con un 5 por ciento, ya sea porque hagan un uso abusivo o inadecuado de los videojuegos, teléfonos móviles u otras pantallas y tecnologías.
Así, conocer las señales de adicción a Internet es el primer paso que dar para conseguir que esta malsana dependencia quede al descubierto y, con ello, evitar que vaya a más. Para Rubén Chacón-Cabanillas, enfermero especialista en Salud Mental, y miembro de la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (AEESME), la dependencia a las pantallas se puede evitar. ¿Cómo? Manteniendo una “relación sana» con las redes sociales y con los demás medios tecnológicos.
¿Cuáles son las señales de adicción a Internet más frecuentes?
Existen ciertos signos de alarma que identifican el inicio de una fuerte afición a las redes sociales, y todas ellas exigen la intervención terapéutica de educación al adolescente, joven, adulto o persona mayor de turno, por un lado, a la par que demandan la necesidad de establecer un normal funcionamiento de acceso y empleo de las nuevas tecnologías.
En la lista de alertas a la dependencia de Internet destaca el aumento del tiempo de uso de dichas tecnologías, descuidar la salud, desatender las relaciones con amigos y familiares, abandonar las actividades de la vida diaria, rendir menos en los estudios, empeorar en la alimentación… amén, cómo no, de dejar de hacer el ejercicio físico que se hacía antes u optar por una deprivación de sueño, menor a cinco horas, en favor de permanecer conectado a la red.
Otros síntomas son el pensamiento continuo y reiterado de las redes sociales, intentar acotar el tiempo de conexión, aislamiento social, mentir en cuanto al tiempo real que uno lleva conectado, experimentar euforia al estar ante un ordenador, móvil o tableta; o, por el contrario, percibir cambios físicos o psicológicos como impaciencia o irritabilidad o inquietud o ansiedad cuando el acceso a la red falla, es lento o directamente inexistente.
Cabe mencionar, por último, que la utilización abusiva e inadecuada de las nuevas tecnologías puede derivar en diversos trastornos paralelos, como los relacionados con la alimentación o con el estado anímico; incluso puede derivar en otras repercusiones psicosociales como la ansiedad y las obsesiones, o los problemas de autoestima, el distanciamiento afectivo, el aislamiento social, ciertos síntomas depresivos, dificultades de sueño y, cómo no, alteraciones en la salud mental.
¿Cómo actuar ante un mal uso o adicción a Internet?
Lo primero que recomiendan los expertos como Chacón-Cabanillas es establecer un horario y límite de uso a nivel familiar. Pactar esto con los adolescentes es muy conveniente, pues ello ayuda a construir una buena educación en cuanto a los hábitos saludables del uso de los aparatos, ya sea móvil o tableta, ordenador o videoconsola… etc.
La ubicación de tales dispositivos es, además, otro apoyo en esta lucha contra la adicción a Internet, más cuando se deja en un lugar comunitario y se hace asequible para toda la familia. En cualquier caso, no está de más animar a la persona adicta a que se relacione más con otras personas, ayudarle a estimular su diálogo y comunicación con la familia, incitarle a fomentar sus aficiones de lectura o deporte y actividades en equipo.
También es importante apostar por el control parental, establecer con el adolescente o joven o adulto una organización de reglas seguras que puedan aplicar a la hora de navegar por la red. Asimismo, sensibilizar a la sociedad sobre esta problemática y sobre el uso debido de las redes es muy fundamental, tanto a nivel familiar como de profesorado, y hacer lo mismo en la información de conductas que pueden constituir un delito, como el ciberacoso, el grooming (captaciòn de menores) o el sexting (mensajes sexuales).