Son muchos los estudios centrados en investigar cómo ayudar a las personas con diabetes, una enfermedad que dispara los niveles de glucosa o azúcar en la sangre.
Ahora, una nueva investigación de la Universidad de Tulane, en Estados Unidos, sostiene que una dieta baja en carbohidratos puede ayudar a las personas con diabetes a reducir su nivel de azúcar en sangre… o al menos a esos diabéticos no medicados que no tienen forma de lidiar con su enfermedad, haciendo lo propio también con quienes corren el riesgo de padecer diabetes en el futuro.
Cuando la dieta estabiliza la balanza de la diabetes
El estudio en cuestión, divulgado recientemente por la revista ‘JAMA Network Open’, basó su análisis en observar a dos grupos durante seis meses y comparar sus resultados al cabo de dicho periodo. El primero de ellos estaba asignado a una dieta baja en carbohidratos, mientras que al segundo se le invitó a continuar con su dieta habitual.
De esta manera detectaron que el grupo de la dieta baja en carbohidratos presentaba mayores descensos de la hemoglobina A1c al cabo de seis meses, justo en el marcador de los niveles de azúcar en sangre, en comparación sobre todo con el grupo que seguía su dieta de siempre. Con las mismas, los investigadores también se percataron de que el primer grupo perdió peso y tuvo niveles más bajos de glucosa en ayunas.
«El mensaje clave es que una dieta baja en carbohidratos, si se mantiene, podría ser un enfoque útil para prevenir y tratar la diabetes de tipo 2», resumió al respecto de estos resultados Kirsten Dorans, autora principal del ensayo y profesora asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane. Sin embargo, la facultativa también admitió que aún «se necesita más investigación» en este campo, para dar como válido al cien por cien esta opción.
La diabetes de tipo 2 es la más común de entre todos los niveles de riesgo que puede alcanzar esta enfermedad, cabe recalcar, pese a su alto índice de gravedad, ya que puede afectar notable y severamente a la calidad de vida de quien lo padece, desatando sobre sus hombros una lluvia de síntomas como cansancio general, entumecimiento de manos y pies, visión borrosa y un largo etcétera; amén de regalarle al paciente una pérdida de visión, enfermedades cardíacas y renales y otros problemas graves de salud.
Ahora bien, ¿en qué radica la importancia de este estudio?
Sus datos son un indicativo importante para quienes se encuentran en el limbo de la insulina; es decir, personas con prediabetes cuyos niveles de A1c, pese a ser inferiores a los niveles dictaminados como diabetes, son igualmente superiores a la media general y normal.
Hablamos de un colectivo prediabético que corre un mayor riesgo de padecer infartos de miocardio, sufrir accidentes cerebrovasculares, y al final desarrollar diabetes de tipo 2; algo que empeora por el hecho de que no toman medicamentos para reducir los niveles de azúcar en la sangre, haciendo aún más crucial el recibir a tiempo una dieta saludable y adecuada a su condición.
Todo ello quedó de manifiesto en el estudio, el cual contó con la participación de personas cuyo nivel de azúcar en sangre oscilaba entre la prediabetes y la diabetes y que no tomaban ninguna medicación para lidiar con esta situación clínica. Así, los del grupo bajo en carbohidratos presentaron niveles de A1c, ya que dicho medidor de azúcar en sangre les descendió un 0,23 por ciento más que los del grupo de la dieta habitual. La cantidad, si bien es modesta, es también «clínicamente relevante», en palabras de Dorans.
Cabe detallar, a este respecto, que la dieta dictaminada al primer grupo era bastante especial, con las grasas ocupando casi la mitad de las calorías ingeridas, si bien en su mayoría eran grasas saludables monoinsaturadas y poliinsaturadas, de esas que habitualmente se encuentran en las nueces, en el aceite de oliva y demás alimentos similares de la misma talla.
Y si bien es Dorans la primera en precisar que su estudio no prueba que una dieta baja en carbohidratos prevenga la diabetes, es cierto que el ensayo sí abre la puerta a nuevas investigaciones sobre cómo mitigar los riesgos de salud de los prediabéticos y diabetes no tratada con medicamentos, y así lo hace reseñar la investigadora.
«Ya sabemos que una dieta baja en carbohidratos es un enfoque dietético utilizado entre las personas que tienen diabetes de tipo 2, pero no hay tanta evidencia sobre los efectos de esta dieta en el azúcar en la sangre en las personas con prediabetes», hizo ver. «Se podría trabajar en el futuro para ver si este enfoque dietético puede ser un enfoque alternativo para la prevención de la diabetes de tipo 2».