«Montesquieu ha muerto», exclamó hace años Alfonso Guerra con su inteligente ironía.

Y es que la división de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, que el filósofo francés argumentaba como base del régimen democrático, se veía gravemente vulnerada con la rastrera intromisión del gobierno de entonces en el ámbito judicial, con jueces y magistrados de su cuerda política.

Aún más descarado y más burdo fue Pinocho Sánchez… perdón (¿en qué estaría yo pensando?)… más descarado y más burdo fue Pedro Sánchez en cierta entrevista televisiva.

Al cuestionar el periodista la independencia del poder judicial por ciertas actitudes compadres del ministerio fiscal, la respuesta del presidente fue para mear y no echar gota pero, al menos, clara como el agua clara y la poca vergüenza: «La Fiscalía depende del gobierno». Así. Como suena. Tratándonos a los ciudadanos como si fuéramos tontos siempre, parafraseando al humorista José Mota.

Y lo que te rondaré morena, dejando a nuestros togados hechos una pena. Desde los medios de comunicación se nos habla contínuamente de jueces conservadores y de jueces progresistas.

No. De ninguna manera, estimados lumbreras, que a una no se la dais con queso. Un juez es un juez. Punto y pelota. Alguien consagrado a la justicia, capaz de trascender a sus concepciones ideológicas, morales, políticas y sociales para juzgar con objetividad en el marco jurídico vigente.

Sí, lo seguimos viendo. Ha bastado con que Pedro Sánchez haya insinuado que el gobierno va a hacer todo lo posible para crucificar a Rubiales, para que el ministerio fiscal haya entrado al trapo, instando a la futbolista a que denuncie para seguirle el juego.

Evidentemente el piquito de Rubiales fue más inoportuno que un apretón de vientre cuando estás enfundado en un traje de neopreno, pero matar moscas a cañonazos es propio de cortitos con sifón de garrafón, máxime en el contexto de un momento de euforia trepidante, sin mencionar siquiera la presunción de inocencia a la que Rubiales y todos tenemos derecho.

El caso es que ahí lo tienen: la mismísima fiscalía guiñándole el ojo a algunas (olvidando muy chungamente que la justicia es ciega), a la vez que no se pronuncia, no sabe, no contesta, no tiene ni idea sobre la situación que viven muchísimas otras mujeres: mujeres con discapacidad sometidas a sus familias, mujeres confinadas en sus viviendas por tener estas insalvables barreras arquitectónicas, mujeres sin oportunidad para acceder al mercado laboral, etc …

Es decir, mujeres de las que a ciertos gerifaltes gubernamentales no les interesa que conozcanos su realidad. Mujeres a las que se les niega la potencialidad que tienen para aportar a la sociedad. Mujeres a las que el ministerio fiscal no les facilitará ni siquiera la hora.

En definitiva: mujeres.

Rocío de los Reyes Machuca

Embajadora del Consejo Español en Defensa de la Discapacidad y la Dependencia en Andalucía (CEDDD-A)

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