La Fundación Madrina ha lamentado que la maternidad «se convierta en un bien escaso para el primer mundo que se compra en el tercer mundo», en alusión a la maternidad subrogada cuya regulación ha reabierto esta semana el debate al hacerse público el caso de la Ana Obregón que ha recurrido a esta práctica para tener una hija en Estados Unidos.
«No existe el derecho a ser madre, por el contrario, sí que existe el derecho de todo menor a tener una familia y una madre», considera la organización para quien, esta práctica, es «como una trata de menores a beneficio de las personas con más recursos en el primer mundo, haciéndose negocio con la infancia y la maternidad vulnerable y convirtiendo al niño en mera mercancía, privándole de sus derechos fundamentales».
La maternidad subrogada «sólo contempla los derechos de la mujer, nunca el mayor bien del menor». «
Ante esta situación, la organización pide encarecidamente que se luche «con todas las armas posibles» contra la comercialización de la «infancia y la maternidad, que mueve mayor cantidad de dinero en todo el mundo, tras el tráfico de drogas y de armas».