Varias son las enfermedades que de tan discapacitantes pueden degenerar en una incapacidad laboral. ¿Sabía que la artritis se cuenta como una de ellas?
A cinco años de su diagnóstico, la artritis podría causar una incapacidad laboral en quien la sufre. Una amenaza a la que se enfrenta todo el mundo, por cierto, no únicamente las personas mayores.
Artritis, esa patología que cuesta sudor, llanto y millones
Sequedad en los ojos, dolor en las articulaciones y una salud casi de hojalata. Tener artritis reumatoide supone un coste muy alto las más de las veces, tanto a nivel psicológico como en lo económico. De hecho, esta enfermedad ocupa uno de los primeros puestos en la lista de causas de la discapacidad laboral, ya que más de la mitad de las personas que la padecen se encuentran en edad de trabajar, entre los 18 y los 64 años.
Hablar de artritis es aludir a una de las muchas patologías reumáticas; y como tal, se trata de un padecimiento autoinmune e inflamatorio que empuja al sistema inmune, sí, al mismo que protege de enfermedades externas al organismo, a ir en contra de su naturaleza, y ataque a los huesos, a los músculos, a las articulaciones y a los órganos del cuerpo.
La artritis no es muy silenciosa, que digamos, y va dejando un rastro de síntomas conforme se va agravando; señales que conforman la carta de presentación de las enfermedades que se agrupan bajo su ala, como el lupus, la gota, la fibromialgia, la espondilitis anquilosante… y un total de diez dolencias.
Una de las caras más pesimistas de la artritis es la carencia, en muchos países, de profesionales sanitarios encargados de tratarla, única y exclusivamente. Algo que responde a su condición de enfermedad subdiagnosticada, probablemente, a la vista de que en muchas regiones internacionales no se tiene un registro oficial de los casos nuevos que van apareciendo, como tampoco del número de pacientes que engrosan la incidencia de sus enfermedades reumáticas.
A ello se suma, además, que la artritis supone un importante desembolso para la mayoría de quienes conviven con ella, tal y como registra AMEPAR en su web, la Asociación Mexicana de Familiares y Pacientes con Artritis Reumatoide; según informes de esta entidad, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cuantificó un costo anual de 2344 dólares, y eso solo en 2008, calculados entre gastos de bolsillo totales y anuales, y costos directos institucionales, los cuales suponen un 26 por ciento.
Artritis, un sinónimo de incapacidad laboral
No obstante, para entender cómo degenera la artritis en una discapacidad basta fijarse en la opinión experta recogida en esta clínica médica, cuyas líneas indican que esta enfermedad suele conducir a una discapacidad física que adopta serias dificultades para moverse, agarrar, o hacer las actividades más cotidianas.
Lo más curioso de su informe, sin embargo, es quizá el hecho de que, si bien son raras, sí han sido varias las ocasiones en las que la artritis reumatoide ha desembocado en una discapacidad visual. ¿De qué manera? Ocasionando una inflamación en la esclerótica del globo ocular, por ejemplo; es decir, en la parte blanca de los ojos.
Una afección que además provoca la incomodidad extra del dolor y el enrojecimiento de la zona, ya que unos ojos secos son puertas abiertas a infecciones y, más grave aún, a un daño a la córnea, cuando no se trata a tiempo.
En este sentido, entre el 30 y el 40 por ciento de los millones de afectados por la artritis a nivel mundial acaban enfrentándose a una incapacidad laboral a los 5 años de recibir su diagnóstico, según estimaciones de los expertos.
Para la mejicana y experta Sandra Muñoz, por ejemplo, la artritis es «una condición que cambia todo el estilo de vida de la gente y también repercute en su entorno»; algo que expresó en calidad de médica y reumatóloga, añadiendo que la enfermedad «es más común en mujeres, ya que hay una prevalencia de 5 a 1 debido al factor hormonal».