Prevista a combatir un mal sanitario con una alta tasa de mortalidad, esta posible vacuna contra el ébola busca refrenar otra futura epidemia viral hemorrágica.
Confirmado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado recientemente luz verde a una nueva posible vacuna contra el ébola; o, mejor dicho, a la cepa culpable de causar el último brote del ébola virus, que ya lleva un mínimo de 55 víctimas mortales en su historial.
¿Qué es el ébola?
Grave y mortal las más de las veces, tal y como indican desde esta enciclopedia médica, el ébola es una enfermedad virulenta causada por un patógeno, que en su propagación de la enfermedad afecta a humanos y a primates, provocando en quien la sufre fiebre y vómitos, diarrea y sangrado… entre muchos otros síntomas preocupantes.
Descubierto por primera vez en 1976 a orillas del río Ébola, localizado en la República Democrática del Congo, el ébola se ha presentado en varias ocasiones a golpe de brotes pequeños, siendo el que se vivió en marzo de 2014 por el África occidental el peor de todos ellos, matando a casi el 40 por ciento de sus aquejados.
Pese a ser un virus, el ébola no se propaga tan fácilmente entre los seres humanos como el resfriado común o la gripe, el sarampión o el covid-19. Su transmisión empieza cuando se presentan los síntomas, de hecho, mediante contacto directo con fluidos corporales infectados como la saliva o la orina, las heces o el sudor, el vómito y el semen, e incluso por contacto con la leche materna, entrando normalmente en el cuerpo a través de una ruptura en la piel o por las membranas mucosas de los ojos, la nariz y la boca.
Cabe añadir, por último, que el ébolavirus también puede diseminarse entre las personas por contacto con CUALQUIER tipo de superficies, ya sean materiales u objetos, agujas o vendas o ropas, siempre y cuando hayan estado en contacto con los fluidos corporales de una persona enferma de este mal.
¿Cuáles son las ventajas que promete la nueva vacuna contra el ébola?
Después de 80 días en crisis sanitaria, Uganda ha optado por poner a prueba la primera posible vacuna contra la cepa de ébolavirus que lleva meses azotando al país, no sin antes recibir el apoyo de la OMS. Hablamos de un brote que ya se ha cobrado la vida de 55 personas, y eso como mínimo, incluyendo dos sanitarios, además de contagiar a otros 150.
Se trata de un ensayo clínico cuya coordinación corre a cargo de la entidad sanitaria de la ONU, dicho sea de paso, que ha arrancado contando de antemano con 1.200 dosis de un combinado farmacéutico realizado por el Instituto Sabin contra la cepa de ébola de Sudán, al ser esta la responsable de causar el brote actual para el que no ha habido vacuna… hasta ahora, contrario a lo que sí ha ocurrido con la cepa de Zaire.
«Trabajar juntos para evaluar vacunas rápidamente, trae beneficios ahora y en el futuro», y así lo hizo constar durante el anuncio del inicio del ensayo Tedros Adhanom, director general de la OMS, quien a renglón siguiente aplaudió la inventiva calificándola como una buena respuesta internacional, y comparándola después con los siete meses que en 2015 se necesitó para iniciar un ensayo similar en Guinea.
Bautizado como ‘Tokomeza Ebola’, lo que vendría a significar algo así como ‘solidaridad contra el ébola’, el ensayo de esta nueva posible vacuna contra el ébola está dirigido por la Universidad Makerere de Uganda, copatrocinado asimismo por la OMS y el Ministerio de Salud ugandés. Además, también contará con otros dos combinados farmacológicos, tal y como ha detallado la propia organización sanitaria, creada una por la compañía Merck, y la otra por la Universidad de Oxford, el Jenner Institute y Serum Institute of India.
Una operación sanitaria que, por cierto, ya cuenta con nueve equipos de investigación sobre el terreno de nueve distritos de Uganda, nada menos, región que más ha sufrido la expansión de esta enfermedad.
Y si bien la última notificación de nuevos casos de ébola por esta zona se registró el 27 de noviembre de este mismo año, según datos del organismo sanitario de la ONU, este ensayo clínico sobre una nueva posible vacuna contra el ébola no tiene más objetivo que conseguir inocular el suero resultante a los «contactos de casos confirmados recientemente», en palabras de la OMS, los cuales serán «invitados», aunque siempre siguiendo las medidas «éticas» pertinentes.