La asociación El Defensor del Paciente concluye en su memoria anual del año 22 que tanto las pruebas diagnósticas como las quirúrgicas arrastran hasta casi cuatro meses de demora porque la Sanidad española está colapsada tras la pandemia.
En todas las comunidades autónomas existen listas de espera si bien Cataluña es la que más retraso tiene, hasta 165.552 pacientes. El empeoramiento generalizado supone que cada mes se acumulan enfermos sin tratar porque aún no tienen diagnóstico alguno aunque el buen dato es que las cirugías han bajado un poco.
Por ello, desde la asociación piden a la Administración que valoren la situación actual en España y traten de igualar la atención porque es demoledor la diferencia entre pacientes de acuerdo con la Comunidad Autónoma en la que hayan nacido.
El País Vasco es el que funciona mejor, si bien esperan dos meses para las cirugías frente a los aragoneses o catalanes, que aguardan hasta 150 días. Madrid está en segundo lugar y Navarra en tercero. El resto de las Comunidades tienen deficiencias severas, acumulación de pacientes y sobre todo falta de diagnóstico. No hablemos de la España vaciada y la falta de atención médica de los habitantes de pueblos y aldeas.
En todos los supuestos faltan especialistas y en breve existirán al menos ochenta mil facultativos que se van a jubilar lo que supondrá un mayor atasco si cabe en este área. Flexibilizar criterios de acreditación MIR; aumentar las plazas en las facultades de Medicina y sobre todo garantizar la estabilidad laboral y la retribución económica son parte de las soluciones que proponen desde la asociación.