Ningún suero o componente farmacológico está exento de peligro, ciertamente; y la vacuna de Pfizer contra el virus SARS-CoV-2 y su infección no es la excepción.

La vacuna de Pfizer fue una de las primeras que empezaron a inocularse en todo el mundo durante la pandemia. De hecho, desde que se aprobara su comercialización por el Espacio Económico Europeo (EEE) hasta el 13 de noviembre de 2022, los datos de la farmacéutica recogen que ya se han administrado alrededor de 685 millones de dosis de Comirnaty.

Un mismo periodo en el que también se han inoculado cerca de 16,1 millones de pinchazos bivalentes, por cierto, desde el original hasta un suero adaptado para combatir a Ómicron, a BA.4 y a BA.5, entre otras cepas.

El suero contra el virus Corona sigue revelando efectos secundarios en su inoculación

Mientras la Agencia Europea del Medicamento ha dejado caer que la vacunación contra el Coronavirus podría ser anual, administrada posiblemente a comienzo de cada invierno, la vacuna de Pfizer ha revelado un nuevo efecto secundario que aparece tras las primeras horas de haber recibido su dosis.

Cuando el mareo se convierte en una secuela adversa y temporal de la vacunación

La advertencia la ha dado a conocer el Comité Europeo de Farmacovigilancia (PRAC, por sus siglas en inglés), que después de revisar todas las notificaciones recibidas hasta el 18 de junio de 2022 se dio a la tarea de evaluarlas y de informar en un reciente comunicado que «existe al menos una posibilidad razonable de relación de causalidad con esta reacción adversa», refiriéndose a la vacuna contra el Covid-19 de Pfizer, ‘Comirnaty’.

¿Y cuál es ese nuevo efecto secundario, exactamente?

El mareo, según el PRAC. Una suerte de vahído que pasa a considerarse como un efecto secundario de la vacuna de Pfizer, pudiendo aparecer en algún momento de las 24 horas siguientes a la inyección, generalmente.

Una reacción adversa que aparece con poca frecuencia, sin embargo, o eso señala la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) entre las líneas de su 19º Informe de Farmacovigilancia de las vacunas anti Covid.

Según lo registrado por la compañía, hasta la misma fecha antes citada se han notificado un total de 44.280 casos adversos de la vacuna de Pfizer, a raíz de la inoculación del Comirnaty original. De ellas, el 73 por ciento se han dado en mujeres, con otro 82 por ciento localizándose también entre personas de entre 18 y 65 años.

De esta manera, el mareo se ha sumado a los anteriores «acontecimientos adversos» recopilados en el anterior informe de Farmacovigilancia del Ministerio de Sanidad, en el que se enumera a la fiebre y al malestar, junto a la mialgia y la artralgia, la cefalea y la pirexia, la fatiga y el dolor en la zona de vacunación, las náuseas y los escalofríos, la astenia y la linfadenopatía.

Una vacunación anual con o sin Pfizer

Por su parte, la Agencia Europea de Medicamentos (AEM o EMA, por sus siglas en español e inglés, respectivamente) ha apuntado que la vacunación contra la COVID-19 podría convertirse en una campaña anual, administrada «una vez al año y al inicio del invierno», en palabras de Marco Cavaleri, jefe de Estrategia de Amenazas Sanitarias Biológicas y Vacunas de la citada entidad.

Durante su comparecencia en rueda de prensa ante los medios de comunicación este miércoles, Cavaleri aseguró que su organismo regulador sanitario ya se encuentra inmerso en el estudio de esta vacunación anual, valorando el tema con expertos y entidades internacionales, entre los cuales se halla la Organización Mundial de la Salud (OMS), teniendo en consideración «Los criterios y el proceso para la actualización de las vacunas contra la COVID-19».

Temeroso de apoyar una sobresaturación del sistema inmune con las vacunas de refuerzo, Cavaleri propuso «dosis de refuerzo más espaciadas en el tiempo que se sincronicen con el invierno, como se hace con la gripe», y al parecer los demás expertos de la AEM han recogido ese guante.

Entre tanto, el coronavirus «sigue suponiendo una carga importante para los sistemas sanitarios», hizo notar el experto, esgrimiendo que «la baja aceptación de las dosis de refuerzo entre los grupos vulnerables preocupa a la Salud Pública»; razón por la cual no ha dudado en instar a la población a vacunarse de nuevo, ya sea con la vacuna de Pfizer u otra, sobre todo las personas «mayores, embarazadas y pacientes inmunodeprimidos que no se hayan revacunado contra la COVID-19 con una vacuna adaptada». Después de todo, «es necesario proteger mejor a los grupos vulnerables contra los virus respiratorios que podrían causar olas de enfermedad en invierno».

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