Las entidades que trabajan con el colectivo de la discapacidad se muestran preocupadas por aquellos refugiados que, dentro de su situación de vulnerabilidad, necesitan un ayuda especial. Personas con discapacidad que llegan a nuestro país tras un duro peregrinaje.

Así, por ejemplo, la Asociación Protectora de Personas con Discapacidad Intelectual o del Desarrollo (Asprona León) hace un llamamiento urgente a la solidaridad para dar respuesta a las necesidades de atención que van a precisar alrededor de 20.000 personas con discapacidad dentro del contingente de 250.000 refugiados que se espera que España reciba debido a la guerra en Ucrania.

Si desean contribuir pueden hacerlos llamando o enviando un mensaje a través de WhatsApp al número de teléfono 661 697 603.

Se estima que entre 2.000 y 3.000 personas con discapacidad intelectual pueden llegar a España por esta crisis humanitaria.

Ambas entidades piden dinero como fórmula de apoyo y desaconsejan iniciativas solidarias de acogida informal de personas fuera del sistema del Estado español.

«Hay que recordar que las oenegés de ayuda al refugiado acogen anualmente a unas 13.000 personas en un año, lo que supone que España tendrá muchas dificultades en la acogida», precisa Asprona León.

Dado el déficit de plazas de que dispone el sistema de acogida habitual, se ha promovido una alianza público-cívica para desplegar una acogida inclusiva a la población refugiada procedente de Ucrania. Esto implica supone una estrecha coordinación con la Administración y también la solidaridad del Movimiento Organizado de la Discapacidad.

El albergue de ANFAS: un refugio seguro

Por su parte, la Asociación navarra en favor de las personas con discapacidad intelectual (ANFAS) ha cedido el albergue de peregrinos en Estella para dar alojamiento a un grupo de 38 refugiados ucranianos.

Camas en albergue de Estella
Camas en albergue de Estella. Foto: ANFAS©

«Nuestra asociación, que tantas veces se ha beneficiado de la solidaridad y generosidad de Navarra, ha querido aportar así su pequeño granito de arena, en un conflicto en el que es la población civil quien más está sufriendo, destaca la entidad».

De este modo, el albergue de Estella, que ha recibido a tantos peregrinos fatigados por el Camino, ahora acoge a otros muy distintos: los peregrinos de una guerra.

Un equipo formado por personas con discapacidad intelectual, familiares, personas voluntarias y profesionales de ANFAS han trabajado para dejar todo listo y adecuado para la llegada de las familias ucranianas.

Asimismo, la asociación ha manifestado su preocupación respecto a «la gravísima situación que viven decenas de miles de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo que están atrapadas en la guerra de Ucrania».

Un alto en el camino de los refugiados: el albergue de Plasencia

La asociación Placeat con sede en Plasencia (Cáceres), también ha ofrecido el albergue de peregrinos que tiene en San Gil como hospedaje transitorio hasta finales de junio de 2022, a los desplazados ucranianos que puedan llegar a la capital del Jerte.

El presidente de la entidad, Francisco Valverde, ha señalado que las instalaciones constan de 35 plazas que servirán «preferentemente para socorrer a familias ucranianas que vengan acompañadas de personas con discapacidad».

De otro lado, Valverde ha señalado que ellos asumirán todos los costes: energía, alimentación y otras necesidades derivadas de la estancia de los hospedados.

Los refugiados ucranianos ocupan estos días las camas donde antes descansaban los peregrinos del Camino de Santiago. Unos llegaban aquí por devoción o para cumplir una promesa. Ellos, lo hacen para sobrevivir.

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