En el Día Mundial de la Televisión hemos entrevistado al maestro de los debates electorales en la pequeña pantalla. El currículo de Manuel Campo Vidal es casi como recorrer una parte de la historia política de nuestro país, y por supuesto del medio televisivo.
A tenor de los resultados del barómetro de UTECA sobre la percepción de la Televisión en Abierto, este medio revalida su función como agente socializador. Es para gran parte de la población, y en especial para las personas de edad más avanzada, ese espacio donde encontrar una información confiable.
La televisión: la mejor programación contra la soledad
Desde que el primer televisor entrara en los salones de los hogares, la televisión ya nunca saldría de nuestras vidas.
Preguntamos a Campo Vidal, uno de los rostros más reconocidos del medio televisivo (no en vano ha presentado más de 2.000 informativos) acerca de la relación cuasi familiar que mantenemos con el televisor al que, incluso antes de que Alexa o Siri existieran, ya le hablábamos.

«Hoy podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que la televisión es ese telón de fondo. Aunque a veces no se vea se deja encendida, se escucha desde cualquier punto de la vivienda y acompaña. La soledad no solo incita a una cierta depresión, sino que también agrava algunas de las enfermedades que existen al somatizarlas. La vida con la televisión ha sido un instrumento de entretenimiento e información, sobre todo, habida cuenta de la credibilidad que tiene entre muchas personas», comenta Campo Vidal para Prensa Social.
Resulta innegable la capacidad casi terapéutica de la televisión: por la compañía que presta, por la accesibilidad a la información o la posibilidad de viajar simplemente a golpe de mando de a distancia.
«Distintos estudios, como el que realizó la Fundación Axa y la ONCE […] sobre personas que sufren soledad, indican que la televisión ha sido fundamental para acompañarlos en todo momento. Esos estudios, no solo incluyen a personas de edad que están en el medio rural, sino también a las que viven en las ciudades», apunta el periodista.
Hacia un modelo de televisión inclusiva
Quien fuera presidente de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, durante casi 13 años, es para todos los españoles la imagen de la templanza.
El moderador de los debates electorales más emblemáticos de los últimos años; y en ocasiones hasta director de orquesta ante el desconcierto de algunas intervenciones de los candidatos.
Periodista y doctor en Sociología, en la actualidad es fundador del Instituto de Comunicación Empresarial (ICE) donde se enseña a otros en qué consiste el oficio de informar y comunicar.
El reputado periodista tenido la ocasión de organizar unos talleres dirigidos a personas con discapacidad intelectual en colaboración con el Grupo AMÁS que defiende los derechos de este colectivo. Una apuesta por el desarrollo personal como motor de su propia evolución profesional.

En este sentido, se gestó un proyecto de periodismo inclusivo que promueve la formación para personas con dificultades de empleabilidad.
Esta iniciativa contempla la creación de un medio de comunicación en lectura fácil que comprende un medio digital, un canal de informativos en internet y se completará con la creación de una escuela de periodismo.
«Cualquier medio de comunicación, y de una forma muy especial la televisión, ha tenido una contribución importante para reducir las desigualdades en un doble sentido. En primer lugar, porque a las personas con dificultades les ha ayudado a que se incorporen a la sociedad de una manera efectiva. Por otra parte, ha informado a toda la sociedad de la existencia de esas personas y ha colaborado en establecer el respeto y la sensibilidad necesaria para fortalecer la convivencia», asegura en esta entrevista.
«Por lo tanto, sí, la televisión ha tenido mucho que ver con la normalización de la vida para todas estas personas», apostilla Campo Vidal.
De la caja tonta al medio con mejor reputación
Ante la epidemia de desinformación, los medios tradicionales se convierten de facto en medios refugio y muro de contención.
El fenómeno de las fakes news ha revitalizado a la televisión y ha reforzado su reputación frente a las plataformas digitales. En definitiva, confiamos más en lo que nos cuentan a través de la pequeña pantalla.
«Si “lo ha dicho” la televisión las personas lo creen»
Según los datos extraídos del barómetro, anteriormente citado, un 90,8 por ciento de los encuestados considera la televisión gratuita un bien de interés general, al que todos tenemos derecho; mientras que un 88,1 por ciento piensa que contribuye a «garantizar a todas las personas el acceso a contenidos de calidad».
«La clave del éxito está en la información eficaz»
La televisión ha demostrado con creces su eficacia, no solo informando; sino además ofreciendo compañía. Haciendo frente a ese maldito canal que nadie quiere sintonizar: el de la soledad no deseada.
Arantza Ostolaza