Más accesibilidad cognitiva en el #DiaMundialAutismo

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Accesibilidad cognitiva contra la exclusión
Imagen cedida por Gino Crescoli.

La accesibilidad cognitiva, el reclamo de #TEA, implica adaptar los entornos a las necesidades de comprensión y participación de las personas con autismo.

Como cada 2 de abril, se celebra a nivel internacional el #DiaMundialAutismo, fecha que este año las personas con #TEA y sus familias han aprovechado para reivindicar más espacios accesibles en los que puedan disfrutar, primero, y sentirse bien, ante todo. Un reclamo de accesibilidad universal que se convierte en accesibilidad cognitiva al tratarse de este colectivo con discapacidad intelectual y dificultades de comprensión.

¿Qué es el autismo?

Al hablar del Trastorno del Espectro Autista (TEA) se alude a un trastorno que afecta tanto a la configuración del sistema nervioso como al funcionamiento cerebral; ello da pie a que las personas con autismo presenten diversas dificultades en dos de sus áreas neuronales, la comunicación e interacción social, por un lado, y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta, asimismo.

De arranque neurobiológico, según explican desde la Confederación Autismo España, aún hoy sigue sin estar determinado las causas y orígenes que explican la aparición del TEA, si bien existe consenso científico y médico en que la genética tiene una fuerte implicación en la aparición de esta enfermedad, considerada a grandes rasgos como una discapacidad intelectual.

Tener TEA significa mostrar ciertas características nucleares propias y definitorias que se van manifestando indistintamente a lo largo de los años, lo que se traduce en variabilidad. Así, si bien existen miles de cientos de personas con TEA, no hay dos personas con TEA iguales, pues las habilidades intelectuales y lingüísticas nunca se replican.

Así, del desarrollo personal y los apoyos que reciba en su crecimiento dependerá el modo en que se manifieste este trastorno en cada individuo, y mucho tienen que decir al respecto el grado en que la persona logre desarrollar su lenguaje, y si presenta o no una discapacidad intelectual asociada.

¿Cuáles son sus rasgos más identificativos?

Invisible, definitivo, cognitivo e impactante, el autismo no se da a conocer a simple vista, mediante un rasgo diferenciador; lo hace a través de las competencias cognitivas y de conducta personal, ante todo, con manifestaciones y necesidades que van variando según la etapa del desarrollo y las experiencias adquiridas en cada una de las fases de vida.

El Trastorno del Espectro Autista demanda, empero, un abordaje integral y personalizado en forma de apoyo profesional y familiar, orientado sobre todo a facilitar los respaldos especializados, basados en una evidencia que garantice la mejora de la calidad de vida de cada persona con TEA, de ahí que el núcleo familiar sea también un apoyo fundamental.

¿Cómo reconocer el autismo en una persona con TEA?

Pese a que el autismo es muy diverso y cambiante, los expertos afirman que comparten dos factores clínicos muy propios: la comunicación e interacción social, manifestándose a nivel de comprensión y expresión verbal y no verbal; y la flexibilidad de comportamiento y de pensamiento, exteriorizándose en dificultades para responder a las demandas de los diferentes contextos, resistiéndose a ajustar la forma de pensar y de comportarse según los cambios e imprevistos.

Por otra parte, las personas con TEA tienen ciertas capacidades que los hacen reconocibles a ojo experto: la honestidad, la sinceridad, la atención por los detalles, la lógica, la adaptación y seguimiento de las rutinas… así como el respeto y cumplimiento escrupuloso de las reglas pautadas, altas competencias en tareas mecánicas y repetitivas, la capacidad de escuchar sin prejuzgar, y la curiosidad y el dominio de temas muy específicos y de su interés.

Convivir con una persona con autismo se traduce, por tanto, en convivir con alguien con patrones de comportamiento repetitivo, que a veces puede llegar a ser rígido, insistente en que las cosas transcurran siempre de la misma manera.

Pero también es convivir con una persona normal (lo son) con sus aciertos y fallos, sus defectos y virtudes, sus habilidades y carencias y, sobre todo, con su propia huella y esencia con la que dejar influencia en las personas que la rodean y marcar su paso por el mundo.

¿Qué es la accesibilidad cognitiva?

Si la accesibilidad universal es una cualidad de esos entornos que ayudan a la integración, comodidad, autonomía y disfrute de todas las personas, no importa su discapacidad, la accesibilidad cognitiva se entiende como un entorno adaptado, previsto a que ese colectivo con problemas de comprensión entienda, participe y hasta pueda utilizar lo que le rodea a su propio beneficio de comodidad e independencia.

La accesibilidad cognitiva debe estar hecha también a imagen y reflejo de las necesidades, características y capacidades de las personas con TEA, a fin de que moverse por esos entornos adaptados no les plantee más dificultades.

A la caza de esta meta, asociaciones, familias y personas con autismo han tomado las redes sociales y lanzado una campaña de concienciación y sensibilización de la importancia de visibilizar y apostar por la accesibilidad cognitiva, subrayando el requerimiento de hacer de la sociedad un mundo más accesible.

Sectores, servicios, entornos… establecer medidas de accesibilidad cognitiva es un derecho con forma de conciencia colectiva y generalizada, una llamada a la igualdad de oportunidades, otra forma en que la educación, la sociedad y el mundo laboral pueden llegar a expresarse; en suma, la puerta abierta a disfrutar del acceso y uso de los servicios con mayor facilidad, integración y adaptación.

Toda accesibilidad cognitiva trabaja codo con codo con los llamados sistemas alternativos de comunicación, reconocidos por permitir orientarse por los entornos con facilidad, entendiendo la información que traen consigo, y allanando el camino para comunicarse con los demás.

Hablamos, cómo no, de los entornos cognitivos con sistemas de señalización y construidos para todas las personas, mayores o jóvenes, residentes o turistas, leyentes o analfabetos.

¿Qué debe tener un espacio para pasar el filtro de accesibilidad cognitiva?

Debe ser un entorno que haga gala de una comunicación más simple, que cuente con elementos arquitectónicos muy gráficos que amorticen la estimulación sensorial, que saque a relucir su apoyo a la comunicación e interacción social, y que las tecnologías de la Información y de la Comunicación que emplee estén diseñados para todas las personas, tengan o no discapacidad intelectual.

Lectura fácil e insonorización de espacios, en otras palabras, e identificación de los puntos de entrada, salida, información y diferenciación de zonas, ascensores y áreas de espera incluidos.

Sin olvidar el uso de la luz natural, la organización de los espacios según sus usos, seguimiento de direcciones o indicaciones, poder desplazarse con autonomía y seguridad, y traducir con sencillez la información de imágenes, pictogramas, avisos y anuncios.

Otros elementos gráficos que ayudan a la movilidad, autonomía y orientación en los entornos con accesibilidad cognitiva son aquellos donde las personas con dificultad de comprensión como el TEA puedan sentirse cómodas con los niveles de luces, ruidos y olores, y dispongan de la información que les permita saber qué hacer a continuación, según el lugar y el momento.

¿Ejemplo? Sistemas de señalización claros y sencillos, que sean de tipo textual, acústico o visual, ya consistan en pictogramas o imágenes reales, y que además favorezcan la localización y apoyen el desplazamiento seguro y autónomo; numeración de las plantas o pisos o niveles, unificación de los nombres de todas las áreas, la inclusión de los mapas con información de “Usted está aquí”.

Puede decirse, en suma, que la accesibilidad universal, primero, y la accesibilidad cognitiva, más exactamente, son en verdad una inversión, donde el mayor beneficio es la integración de todos, por igual.

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