La burguesía catalana nunca había tenido interés por los cargos en la administración. Ellos tenían sus puestos asegurados en las empresas familiares, aunque estuvieran poco capacitados en algunos casos.
La realidad actual es que la administración catalana ofrece sueldos interesantes y sin riesgo. Tal vez por eso muchos han vendido sus participaciones y empresas familiares o han renunciado a emprender en negocios por la comodidad de puestos “vitalicios” más cómodos.
También podría ser esa razón, la que ha llevado a los emprendedores a marcharse y sus iniciativas hayan desaparecido. Este era el auténtico “hecho diferencial” catalán. Su capacidad de crear empresas. Tristemente ha desaparecido.
Fernando López Clarós
Barcelona, 20.09.22