Neuralgia del trigémino, ese dolor raro e insoportable que afecta a la cara

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Trigeminal nerve diagram. Ganglion, ophthalmic, mandibular and maxillary nerves. Sensations to face, mucous membranes, and other structures of human head. Cranial nerves anatomical vector illustration

¿Sabe qué es la neuralgia del trigémino y cómo se puede tratar? Hoy, aprenda todo sobre una de las patologías más desconcertantes de los nervios periféricos.

Como cada 7 de octubre, el mundo especialista de la bata blanca y la neurología celebra a nivel global el Día Internacional de la Neuralgia Trigeminal, conmemorando así una de las enfermedades más raras, facialmente hablando, que implica el sistema nervioso periférico; ese nervio eminentemente sensitivo que, en concreto, se ocupa de darle sensibilidad a la cara.

El objetivo de esta fecha no es otro que hacer campaña de conciencia social sobre esta afectación poco frecuente entre la población; una dolencia que aqueja a 1 de cada 15.000 a 20.000 personas a nivel mundial, según los últimos datos.

Pero ¿qué es la neuralgia del trigémino?

Hablar sobre este mal es aludir a un dolor intenso localizado tanto en un nervio sensitivo como en sus ramificaciones, lo que en términos médicos se conoce como neuralgia; un ramalazo que aparece debido a la irritación o al daño en el propio nervio.

La neuralgia del trigémino es, por tanto, esa intensa molestia que recorre la cara y empieza en el nervio oftálmico, continúa por el nervio maxilar, y desciende hasta alcanzar el nervio mandibular. ¿Cómo se manifiesta? Mediante un doloroso estímulo en el área afectada, ya sea al masticar o al afeitarse, como al cepillarse los dientes o al lavarse la cara.

Sumamente incapacitante, a veces, se dice que las huellas de su dolor se dejan sentir como una sensación de calambre, o algo parecido, o como la descarga de un shock eléctrico, creando un mapa de sufrimiento en la frente y en la mandíbula, boca y orejas, labios y nariz, mejillas e incluso el cuero cabelludo, convirtiendo cada roce en dichas zonas en un auténtico concierto de padecimiento.

Frecuente sobre todo entre las personas de edad avanzada, especialmente entre las mujeres mayores de 40 o 50 años, los datos e índices clínicos de esta patología encuentran en el desgaste del nervio la causa de su aparición, aunque poco más se sabe con certeza sobre su origen.

A nivel mundial son muy pocas las personas que conviven con la neurología del trigémino, afortunadamente, aunque esta rara enfermedad genera en todas ellas ansiedad y depresión y otras consecuencias psicológicas en su salud mental, algo que se ve agudizado además por el deterioro de su calidad de vida, ya que también aqueja negativamente a la realización de las tareas cotidianas y a las actividades rutinarias.

Tanto es así, que la no detección o la carencia del tratamiento correcto puede ocasionar depresión, pérdida de peso o, peor aún, suicidio, tal y como advierten los especialistas en la descripción de sus datos recogidos.

¿Cómo prevenir la neurología del trigémino?

Hablamos de una enfermedad rara que gusta regalar a sus pacientes diversos episodios de dolor, los cuales pueden durar pocos segundos o dilatarse en varios minutos, llegando a confundirse con los problemas dentales, si bien se puede llegar a controlar con la debida medicación. Una dolencia cuyo método principal de diagnóstico, por cierto, corre a cargo de una aplicación de estudios por imágenes, más exactamente en el nervio trigémino, ya que ello permite detectar quistes, tumores y malformaciones vasculares.

Ahora bien, se trata de una dolencia que carece de medidas específicas en favor de su prevención, desafortunadamente, por lo que los médicos optan por dictaminar un tratamiento basado en el alivio de sus síntomas, ya sea temporal o parcialmente, a fin también de intentar evitar que el paciente sufra el menor número de episodios de crisis por dolor agudo.

Y dado que la patología tiende a presentarse en personas con antecedentes de enfermedades vinculadas a los nervios, generalmente, véase un tumor o la esclerosis múltiple o un vaso sanguíneo hinchado, mismamente, todo cuanto se puede hacer para evitar caer en sus garras es intentar prevenir algunos factores de riesgo, especialmente aquellas relacionadas con esas condiciones clínicas que tienden a conducir a una neuralgia del trigémino; sí, nos referimos a la arteriosclerosis, por ejemplo, a haber experimentado un trauma facial o haberse sometido a una cirugía oral.

¿La buena noticia? Que hoy en día existen varias opciones de tratamientos médicos y procedimientos quirúrgicos para combatir a la neurología del trigémino. Es el caso de los fármacos anticonvulsivos o antiepilépticos, por ejemplo, recetados para estabilizar las membranas de los nervios; o la radiocirugía estereotáctica, mismamente, prescrita para mejorar la calidad de vida en un 88 por ciento, según el consenso médico.

Entre los modos sanitarios de tratar la neurología del trigémino destaca asimismo la técnica de termo coagulación por radiofrecuencia, útil porque cosecha un alivio del dolor en un 90 por ciento tras aplicarse quirúrgicamente sobre el Ganglio de Gasser, acumulando además una muy baja tasa de mortalidad.

O el procedimiento de la descompresión microvascular, sin ir más lejos, que suele generar poquísimas complicaciones (entre un 0,2 a un 0,5 por ciento), y en cambio suele proporcionar un alivio más prolongado del dolor, por un lado, y una mejora perceptible y sostenida en las actividades cotidianas, por otra parte.

Cabe añadir, por último, que la Neuralgia del Trigémino lleva mucho tiempo tratándose con pastillas, generalmente, administrándose una medicación en dosis pequeñas que se abandonan, sin embargo, cuando el paciente no lo tolera y sufre severos e importantes efectos secundarios. En palabras de José María Torres Campa-Santamarina, doctor especialista en Neurocirugía y también coordinador del Servicio de Neurocirugía del Centro Médico de Asturias, la neurología del trigémino es uno de los dolores más insoportables que puede llegar a experimentar un ser humano.

«Como el dolor no es continuo, es decir, no se produce todo el tiempo igual, sino que hay una serie de brotes. Normalmente suelen notarse más en primavera y en otoño, por lo que cuando el paciente tiene el dolor toma la medicación y luego no tiene por qué tomarla de nuevo».

De igual forma, en las tácticas de defensa contra esta patología los especialistas tampoco suelen descartar la influencia nutricional; de ahí que recomienden llevar un modo de vida saludable, desde una alimentación sana y equilibrada, por ejemplo, hasta la práctica regular de algún deporte u otro tipo de ejercicio físico.

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