Neurocientíficos de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad Católica de Roma y de la Fondazione Policlinico Universitario Agostino Gemelli IRCCS  han modificado genéticamente una molécula, la proteína LIMK1, normalmente activa en el cerebro y tiene un papel clave en la memoria.

Por ello añadieron un interruptor molecular que se activa al administrar un fármaco, la rapamicina, conocido por sus diversos efectos antienvejecimiento para mejorar la memoria. Este hallazgo ha sido publicado en la revista Science Advances.

Este fenómeno, conocido como plasticidad sináptica, implica cambios en la estructura y función de las sinapsis que se producen cuando un circuito neuronal se activa, por ejemplo, por experiencias sensoriales. Estas experiencias promueven la activación de complejas vías de señalización en las que intervienen numerosas proteínas», añade Claudio Grassi, catedrático de Fisiología y Director del departamento de Neurociencia.

La proteína LIMK1 desempeña un papel crucial en la determinación de cambios estructurales en las neuronas, a saber, la formación de espinas dendríticas, que mejoran la transmisión de información en las redes neuronales y son cruciales en los procesos de aprendizaje y memoria.

La investigación, apoyada por el Ministerio italiano de Educación, Universidad e Investigación, la Fundación de la Asociación Americana del Alzheimer y el Ministerio italiano de Sanidad, tiene grandes aplicaciones potenciales, al mejorar nuestra comprensión de la función de la memoria y facilitar la identificación de soluciones innovadoras para enfermedades neuropsiquiátricas como la demencia.

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