Osteoporosis: consejos para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad

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Caracterizada por ser una desmineralización en exceso de los huesos, la osteoporosis cumple hoy su #DíaMundialOsteoporosis. ¡Así que aprenda cómo prevenirla!

Entendida como una enfermedad metabólica ósea, a grandes rasgos, y catalogada como una de las epidemias del siglo XXI, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la osteoporosis celebra hoy y a nivel global su jornada más Internacional, como cada 20 de octubre, llamando a la conciencia social y a la importancia de actuar a tiempo en favor de su prevención. ¿Pero cómo, exactamente, trabajar día a día para ganar en estos dos campos de batalla?

Calcio, menopausia y osteoporosis: una relación a tres bandas

Envejecer es un proceso natural del ser humano, y perder calcio con la edad, también. Es por ello que la osteoporosis está muy ligada a las personas mayores, y más cuando la reducción del calcio en los huesos comienza a darse al entrar en la menopausia, en el caso de las mujeres, empujando a este sexo a una pérdida de densidad ósea; toda una secuela postmenopáusica que es particularmente aguda y acelerada entre la población femenina de los países más desarrollados, según datos de la OMS.

Para entender este riesgo cabe explicar, antes que nada, que el calcio es un mineral al que el organismo recurre para formar y fortalecer los huesos del cuerpo, dándoles estructura y rigidez; es en los dientes y en el caparazón óseo, de hecho, donde se almacena buena parte de este nutriente, el más abundante en el sistema, por cierto, permitiendo así que el organismo pueda realizar muchas y variadas e importantes funciones.

El problema del almacenamiento del calcio, sin embargo, es que su carácter de reserva es más bien transitorio. Esto quiere decir que durante los primeros 35 años de vida, más o menos, va depositándose en el interior de los huesos; un funcionamiento que cambia drásticamente al llegar a la tercera edad, no obstante, tras pasar el umbral de la menopausia; momento en que el organismo deja de almacenar este mineral y empieza a utilizarlo en su totalidad.

Por eso es muy importante ingerir este nutriente en buenas cantidades, aportándole al cuerpo altas dosis de calcio incluso desde las primeras etapas de la vida; y es que un sistema óseo que llegue a la vejez con mucho calcio en su memoria es un sistema que no se desgastará tanto (o al menos ralentizará su degeneración) y no correrá muchos riesgos de romperse o fracturarse.

Está comprobado que la menopausia es una etapa de la vida que incrementa el riesgo de desarrollar osteoporosis; de hecho, la mayor incidencia de este mal de los huesos recae sobre todo en el colectivo de las mujeres postmenopáusicas de mediana edad; tanto es así que «la mitad de las mujeres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica en algún momento de su vida», en palabras de la directora médica de Mautalen, Alicia Bagur, centro de referencia en osteoporosis a nivel internacional.

Y es que las papeletas para acabar contándose entre los pacientes con osteoporosis incrementa al disminuir significativamente los niveles de estrógenos, algo que sucede con la menopausia; una reducción que paralelamente acelera la pérdida de densidad ósea, abriéndole las puertas al deterioro de la calidad y la fuerza del hueso, por un lado, así como al consiguiente aumento de las lesiones y de las roturas. La osteoporosis, igualmente, empeora la gravedad de dichas lesiones, dificultando aún más la recuperación.

Existen ciertos hábitos saludables que ayudan a mermar el riesgo de desarrollar a la larga esta dolencia.

#DíaMundialOsteoporosis: cuando la buena alimentación y el ejercicio regular hacen de antídoto protector

La alimentación, la buena y saludable, la equilibrada, es clave no solo para obtener una salud de hierro, que también, sino para alejar la sombra de la osteoporosis. Y en ello se incluye el alimentar al organismo con un suficiente aporte de calcio, a fin de contar con unos huesos fuertes y robustos.

Según la guía ‘Manejo clínico de la osteoporosis’ que el IGSS o Instituto Guatemalteco de Seguridad Social publicó en 2019, el organismo de las personas de 50 años en adelante requiere de una dosis diaria de 1,200 mg de calcio, así como de 450 mg de vitamina D, señalando que son nutrientes que pueden encontrarse en alimentos de consumo diario como huevos y yogur, queso y leche y demás derivados del lácteo.

En la guía antes citada, de hecho, se recomienda beber dos vasos de leche al día, u optar por ingerir diariamente un vaso de leche y un derivado lácteo. Después de todo, y tal y como autorizan los firmantes del documento, cuanto mayor sea el consumo de alimentos fuente de calcio, mayor será la cantidad de calcio retenido, hasta que alcanza el umbral necesario de la persona.

Asimismo, tanto las sardinas como el puerro y los garbanzos también rebosan de mucho calcio entre sus minerales, igual que las acelgas y el brócoli, las espinacas y las lentejas, las avellanas, almendras y pistachos y frutos secos similares, amén de esas bebidas industriales bastante reabastecidas.

De todo ello se deduce que el consumo diario de calcio podría ayudar a prevenir la osteoporosis y, para quienes ya la padecen, ingerir igualmente este nutriente contribuye a evitar fracturas y otras complicaciones a posteriori.

En la misma línea de alimentos saludables que ahuyenten la enfermedad de los huesos también se encuentra la vitamina D, más cuando este nutriente es fundamental para una correcta absorción del calcio. La mejor manera de sintetizar esta vitamina es pasando unos 10 o 15 minutos al sol cada día, sin abusar del tiempo y protegiéndose lo mejor posible ante esta exposición; de esta forma se evita además la aparición de manchas en la piel y se esquiva el fotoenvejecimiento.

Pero la vitamina D también se puede consumir, aunque para ello habrá que comer huevos, pescados grasos y, si el médico lo supervisa y consiente, también suplementos vitamínicos.

¿Sabía que los huesos también se benefician del movimiento?

Porque la dieta balanceada no lo es todo, el deporte también constituye una forma de envejecer mejor y protegerse contra la osteoporosis. Practicando ejercicio físico con regularidad se ayuda a los músculos y articulaciones a fortalecerse, siendo esta apuesta algo muy vital para evitar el deterioro óseo. En este punto se suele recomendar el caminar con regularidad, mantener una buena actividad física de 30 minutos al día, como mínimo; y adoptar un entrenamiento que, con la ayuda de un peso, trabaje la fuerza y la fortaleza, mejorando en el camino la movilidad y la resistencia, el equilibrio y la postura… entre otras muchas otras facetas muy beneficiosas que a la larga previenen caídas y lesiones.

La lista de buenos hábitos que adoptar para mantener a la osteoporosis a raya se completa con decir adiós al tabaco y al alcohol, al ser dos sustancias nocivas que reducen la producción de estrógenos y atentan contra la salud ósea; y con acudir a consulta médica con regularidad, ya que existen fármacos que contienen esteroides y, por tanto, aceleran el deterioro óseo al tomarlos.

Los especialistas, además, pueden prescribir una receta acorde a cada persona, cada caso y cada necesidad individual, recetando a veces terapia hormonal y recomendando consumir estrógenos, razón por lo que es fundamental confiar la salud en manos profesionales.

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